Asturias, 8.30 de la mañana. Un grupo de unas 30 personas se preparar para bajar 557 metros de profundidad. Van a recorrer por primera vez en su vida la mina de carbón visitable más grande de Europa: Pozo Sotón. No se trata de un grupo de mineros expertos, ni mucho menos aprendices de la profesión, son un grupo de personas que han sucumbido a un modelo de turismo en auge: el industrial.

La propuesta se presenta desde este viernes 20 de abril hasta el próximo domingo 23 de abril en la feria del sector turístico B-Travel. Un salón que el mismo año que celebra sus bodas de plata, ha atraído a 200 expositores con representación de las comunidades autónomas y de 40 países.

Expositor en el B-Travel 2017



Pero la gran novedad del salón ha sido el turismo industrial. En el caso de las minas de Pozo de Soton, la propuesta turística le ha dado una segunda vida a esta explotación en desuso desde 2014, cuando cesó la actividad y dejó de extraer carbón natural. Un año después, empezaron a organizar estos peculiares descensos mineros a los que se han apuntado 3.000 personas y que ahora busca atraer a clientes nacionales y touroperadores presentes en el salón, como reconoce el coordinador de las visitas en la mina, Sergio Martínez.

TURISMO INDUSTRIAL PENÍNSULAR

Pero la minería no es el único sector fabril presente en B-Travel. La Generalitat de Catalunya ha dedicado un expositor donde muestra la oferta turística industrial catalana. En la ruta se incluyen museos como el Gerri de la sal, el de la estampación en Premià de Mar o el del aceite en Granadella. Castilla-La Mancha también promociona este otro tipo de turismo cultural para acercar las tradiciones de la comunidad, así como Portugal, que se ha sumado a la iniciativa para dar a conocer la otra vida de sus fábricas lusas.

El vicepresidente de la Asociación de Operadores de Turismo Industrial (AOTI), Julián Cabrera, explica que en este sector se distinguen dos tipos: el turismo que pone en valor el patrimonio de unas instalaciones en desuso pero visitables y la otra vertiente, que muestra el día a día de fábricas que hasta la fecha solo abrían sus puertas a los trabajadores. “A nivel centroeuropeo este turismo se conoce más, pero no tanto a nivel nacional más allá del enoturismo o el oleoturismo. El resto de patrimonio industrial es desconocido y la gente no lo demanda”, explica Cabrera.

'GLAMPING', LA OTRA APUESTA

En el salón también ha puesto el foco en el glamping. Una experiencia que combina acampadas al aire libre con glamour y servicios de lujo que se ofrecen tanto en tiendas particulares como en establecimientos profesionales. Un sector que crece con especial reconocimiento en Catalunya, donde se encuentran gran parte de los campings con mayor prestigio europeo.

Exterior de una tienda de campaña de lujo, con cocina, comedor y dos camas



El resto del salón permite al visitante dar la vuelta al mundo para escoger su próxima escapada entre la oferta de touroperadores y representantes internacionales.Para la delegación de Perú este era el tercer año consecutivo en el B-Travel. Como explica a Metrópoli Abierta el consejero económico comercial de la Embajada de Perú, Bernardo Muñoz, el turista español que visita el país sudamericano busca turismo y aventura, pero también gastronomía y comercio. “Para nosotros esto es negocio puro y duro porque la mayoría de personas vienen con la idea y aquí se terminan de convencer”.

En cambio, para la delegación oficial de Indonesia, este era su primer año en salón B-Travel donde este año esperan atraer a más turistas catalanes y españoles que quieran conocer la cultura del Sudeste Asiático.

 

Noticias relacionadas