Después de un año y medio confinados en el estudio, Els Amics de les Arts vuelven a los escenarios para presentar un disco que expande su universo musical. 'Un estrany poder' es el resultado del trabajo codo con codo con el productor escocés Tony Doogan, el personaje que se esconde detrás de nombres como Belle & Sebastian, Mogwai, Teenage Fanclub o Russian Red. El resultado de este binomio inédito son 12 temas que combinan su característico humor -mención especial a la autoparodia que se hacen en 'El seu gran Hit'-, una narrativa que avanza letras más crípticas y sonidos cada vez más electrónicos y arriesgados. Con lo que Dani Alegret (voz y piano) define como “unos nervios buenos”, el cuarteto barcelonés encara ahora una gira que recala en la Sala Barts con triple ración el 4,5 y 6 de mayo.

Os subís al escenario después de casi dos años encerrados en el estudio. ¿Sigue dando vértigo o lo perdisteis hace tiempo?

Seguimos teniendo una especie de nervios buenos. Cuando llevas dos años fuera de los escenarios, lo echas mucho de menos y al volver a subir te sientes como quien está a punto de saltar en paracaídas. O eso creo, porque yo nunca he saltado (ríe).

Antes ya habéis estado sondeando al público en las firmas del disco. ¿Os habéis llevado muchas sorpresas?

Muchísimas. Se nos ocurrió pedirle a los que venían qué canción les gustaba más y lo que nos desmontó es que no hay favoritas y, además, dependiendo de la zona, las respuestas eran completamente diferentes. Por ejemplo, en Lleida preferían 'Salvador' o 'No ho entens', en cambio en el Maresme tiraban más por 'El vent tallant' o Les coses'. Nos chocó mucho.

¿Y esto se ha traducido en el repertorio que preparáis para cada escenario?

Sí. La traducción es que nosotros pensábamos tocar cinco o seis canciones del disco nuevo y el resto de los anteriores, y de momento estamos haciendo 10 de este último para que la gente no se quede con ganas de escuchar aquella canción nueva que le gusta. La verdad es que estamos apostando fuerte por 'Un estrany Poder'.

Es un disco que transita por emociones muy diferentes, con temas que te obligan a bailar, como 'El seu gran hit', y otros, como 'Casa en venda', que conmueven. ¿Cómo es para vosotros a la hora de ponerlo en el escenario?

Exacto, es complicado. Es como un puzzle que debe unirse muy bien para no romper el ritmo del concierto ni traicionar al oyente. Podrías hacer trampas y poner una canción animada después de una triste, pero en realidad estas cosas acostumbran a no funcionar. Lo que hemos hecho ha sido encerrarnos dos semanas en un teatro de Llinars y probar el orden y la conexión de los temas para tomar el pulso a qué responde mejor. Hasta que no lo pruebas, no lo sabes, porque lo que pasa sobre el papel no es la realidad. 

Pregunta obligada: ¿cuál es este 'estrany poder' que da nombre al disco?

Poner título a un disco no es fácil. Somos cuatro los que tenemos que decidir pero nos dimos cuenta de que teníamos una canción ('Un estrany poder') que respondía a lo que es para nosotros la música: algo intangible, porque en el fondo solo son ondas, pero a la vez tiene la capacidad de hacerte sentir todo tipo de emociones. Esto nos parece un poder especialmente extraño: algo que ni si quiera ves y es capaz de crear tanto. Todo nos encajó.

Y si algo define el nuevo universo de este disco es su producción. ¿Buscasteis a Tony Doogan porque teníais claro lo que queríais o pensasteis que sería un buen guía a la hora de explorar nuevos sonidos?

Queríamos hacer algo diferente. Llevábamos 10 años y habíamos trabajado de muchas formas. Teníamos un productor magnífico, que también ha colaborado en este CD, pero queríamos probar cosas nuevas. Y la mejor fórmula era cambiar el proceso porque, a nosotros, nos gustan nuestras canciones. Entonces empezamos a mirar discos que nos gustaban y Joan Enric (Barceló) hizo un Excel fantástico donde aparecían sus productores. Ahí vimos que en muchos de estos estaba este personaje detrás. Entonces nos pusimos en contacto con él y tuvimos la suerte de que aceptara. Ahora no sé si sabremos trabajar sin él (ríe).

¿En qué ha dejado su sello?

En este disco hay tantas cosas que son suyas... Nos ha cambiado todas las estructuras. Doogan es capaz de decirte “¿Por qué reserváis el estribillo para el minuto dos? Ponedlo al principio”. Y también ha sido quien ha resuelto muchas 'luchas' entre instrumentos haciendo que nos quedáramos solo con uno.  

No ha tenido pudor.

¡Ninguno! No se ha callado nada. Nos ha cortado cuando veía algo demasiado denso y nos ha rescrito partes. Y también al revés, nos ha dicho que algo era demasiado pobre y nos ha hecho poner más.

¿El resultado se parece con lo que queríais que fuera este cuarto disco?

Sí, sí. La música (acordes, melodía y letra) es lo mismo que ya había antes de Doogan, pero él le ha dado una estructura y un sonido diferente. Nos ha potenciado la electrónica, ahora es más evidente.

Un sonido más electrónico que contrasta con la colaboración de la OBC (Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya) en dos temas.

Sí. Esto tiene una historia muy bonita detrás. La primera que le enseñamos fue 'El vent tallant', que acababa con nosotros como banda tocando y a parte un cuarteto de cuerda que había escrito para que viese de qué iba y dijo “me gusta, lástima que esto no lo vamos a hacer con un cuartero, sino con una orquesta”. Nosotros nos reímos pero después lo vimos tan convencido que al final me vi llamando al gerente del OBC y pedirlo. Doogan nos dijo que nos dirían que sí, y así fue. Y después nos animamos a hacer una segunda, 'La llum que no se'n va'. Y ahora mismo no me la sabría imaginar '' sin la OBC, estaría vacía.

La letra de 'El seu gran hit' incorpora algunas de las críticas que habéis ido recibiendo. ¿Cómo surge la idea?, ¿forma parte de vuestra rutina como grupo comentar estas críticas?

Desde que recibimos las primeras críticas, que en el fondo son un buen síntoma en el mundo de la música, decidimos que nunca responderíamos e intentaríamos ignorar el tema. Aunque claro que algunas se te quedan porque uno tiene memoria, tanto las que son de Twitter como las que vienen de periodistas (ríe). Y entonces Joan Enric pensó en coger todos estos comentarios y darles la vuelta haciendo una letra autoparódica en la que no solo nos reíamos de ellos, sino también de nosotros. Nos sirve para burlarnos de esta 'crítica fácil', de estos 'haters' que hay en las redes sociales y también del universo musical y de lo que parece que representamos. Da la sensación de que al subir al escenario seamos alguien diferente, pero somos cuatro tíos normales que cada tarde van a buscar a sus hijos al cole.

Una de ellas dice: “Sempre fem el mateix, però ho vestim de manera que sembli que anem millorant amb el temps”.

Esto tiene mucho de cierto. En el fondo seguimos haciendo canciones, evidentemente hemos aprendido a lo largo del camino y ahora sabemos más. Pero, al final ,hacemos lo mismo que hace 4-5 años y nos lo seguimos pasando bien entre nosotros cuatro. Aún mantenemos esa 'piña' que hemos hecho desde el principio y creo que eso se transmite, la gente se da cuenta de que es algo sincero y de que hacemos esto porque nos gusta. Parece muy obvio pero creo que es algo difícil de conservar.

¿Hay momentos en los que se rompe esta 'armonía' después de tantas horas encerrados en un estudio?

Sí, sí, claro, como pasa con cualquier amistad. Sería raro si nunca nos peleáramos, los amigos están para eso, y de tanto en tanto saltan chispas porque tienen derecho a pelearse contigo.

Tenéis por delante un verano con varias actuaciones en grandes festivales. ¿Os sentís cómodos en estos grandes formatos o preferís algo más íntimo?

Ahora que llevamos más de diez años de carrera podemos adaptar el repertorio dependiendo del tipo de formato. A nosotros nos encantan las salas más pequeñas, te permiten relajarte, tocar en un ambiente más íntimo, hacer acústicos...El problema es que es difícil que le salgan a cuenta todo el mundo. Ahora estamos pensando algo en esta línea de cara al próximo invierno, porque hay tantas salas pequeñas por las que nos gustaría pasar... Quizá nos dediquemos uno o dos meses a hacer solo esto y a probar un formato que nos permita poder hablar con el público. 

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