El expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell fue detenido este martes en su domicilio particular de Barcelona tras ser acusado de blanqueo de capitales y pertenencia a una organización criminal. Rosell abandonó su vivienda a las 18:00 horas, después de que miembros de la Guardia Civil y la Policía Nacional la registraran durante 10 horas, y pasó la noche en los calabozos de la Guardia Civil en la Travessera de Gràcia de Barcelona y será trasladado este miércoles a Madrid.
Rosell, que deberá responder ante la justicia por unos hechos ocurridos antes de que fuera elegido presidente del Barça en 2010, pasará el jueves 25 de mayo a disposición de la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela.
La esposa de Rosell, Marta Pineda, también fue retenida en su domicilio, pero Pau Molins, abogado de la familia, aseguró por la tarde que había sido puesta en libertad con cargos. En la operación también fueron detenidos Shane Ohamessian, compañero de promoción de ESADE y empresario libanés al que el expresidente del Barça vendió la empresa Bonus Sport Martketing; Joan Besolí, socio de Rosell en Andorra, y Andreu Ramos, un amigo suyo de la Seu d'Urgell.
La operación empezaba a primera hora de este martes cuando agentes de la Guardia Civil y la Policia Nacional detenían al expresidente del club azulgrana y a su mujer en el domicilio conyugal situado en la calle Deu i Mata de Barcelona. También han sido detenidos tres testaferros para después continuar la operación con una serie de registros tanto en domicilios como en oficinas de Barcelona, Girona, Lleida y Andorra.
La Audiencia Nacional, que ha llevado a cabo la investigación en colaboración con el FBI, acusa al expresidente azulgrana de formar parte de una red de blanqueo de capitales que podría haber desviado hasta 15 millones de euros a cuentas bancarias situadas en El Principado.
Supuestamente, Rosell ocultó las comisiones irregulares que percibió durante la etapa en que la fue máximo representante de la firma Nike en Latinoamérica, y en la que la empresa firmó suculentos contratos con la Confederación Brasileña de Fútbol, que por aquel entonces presidía Ricardo Teixeira. El operativo se ha bautizado como 'Rimet', en referencia al presidente de la FIFA Jules Rimet, impulsor de la Copa del Mundo precedente del Mundial que se sigue celebrando en la actualidad cada cuatro años.
BRASIL, EN LA CAMPAÑA ELECTORAL
El FBI avisó a la policía española de que había detectado movimientos bancarios a España relacionados con dicha trama delictiva.
Los interrogantes que suscitaban la naturaleza de los negocios de Sandro Rosell en Brasil le dieron quebraderos de cabeza antes incluso de acceder a la presidencia del Barça.
"El tema de Brasil ya lo expliqué. Nunca he sido en mi vida encausado. No estoy encausado. Es más, nunca en mi vida he ido a un juzgado. Lo explicaré por última vez y ya no lo explicaré más: yo tengo en Brasil una empresa (Ailanto Marketing Ltda) que hizo un contrato con el gobierno de Brasilia y éste cometió unas irregularidades y, por lo tanto, me han hecho un requerimiento informativo. Aquí se ha acabado", declaró Sandro Rosell durante un acto de campaña el 27 de mayo de 2010.
Por aquel entonces, se presentaba a la presidencia del FC Barcelona, unos comicios que el 1 de julio de 2010 ganó con mucha suficiente, al obtener el apoyo del 61,35% de los votantes y un récord de votos (35.021). Los otros candidatos fueron Agustí Benedito, Marc Ingla y Jaume Ferrer.
Un excompañero de junta y rival en las urnas, Ingla, fue el encargado de airear los supuestos trapos sucios de Rosell en plena campaña electoral. "Hay dos problemas con el señor Rosell: sus negocios de fútbol, el hecho de que contrata partidos amistosos y gestiona jugadores y, después, que tenga una investigación por fraude y corrupción que implica al Estado brasileño. Conviene que aclare este tema porque el socio se lo merece", manifestó el exvicepresidente del club azulgrana.
Rosell anunció que se querellaría contra Ingla por estas declaraciones y también prometió que vendería su empresa, "no por un conflicto de intereses, porque eso es un tema de buena fe o mala fe", sino porque necesitaba "tiempo para desarrollar la tarea de ser presidente del Barça". De aquella querella y la supuesta venta de Ailanto poco o nada se supo a partir de entonces, y Rosell dimitiría como presidente del Barça, tres años y medio después, ante la sorpresa general y alegando unos motivos que no convencieron a nadie.