El Barça afrontará el clásico del próximo sábado en el Bernabéu con la autoestima muy alta y la posibilidad de aniquilar al Real Madrid. Con 11 puntos más (eso sí, al al eterno rival le falta un partido) e invicto en la Liga tras haber ganado 13 duelos y empatado tres, el grupo de Ernesto Valverde pasará su reválida más exigente ante el mismo rival que en agosto le sacó los colores y disparó todas la alarmas en el Camp Nou. Cuatro meses después, la urgencias (al menos, en la Liga) se han instalado en la capital de España y en Barcelona celebran que su equipo sea mucho más fiable que el de la pasada temporada. Este domingo, el Barça ha ganado con mucha suficiencia a un Deportivo (4-0) inmerso en muchos problemas. El resultado pudo ser más abultado, pero los barcelonistas han estrellado el balón en la madera en cinco ocasiones.
Con un fútbol mucho más pragmático y ordenado, el Barça de Valverde es mucho menos vulnerable que el de Luis Enrique. Sin Neymar, es menos desequilibrante y mágico, pero rentabiliza mejor sus recursos. Hace un año, el potencial del equipo radicaba en la MSN, con todas su virtudes y sus carencias defensivas. Ahora, el centro del campo ha recuperado el protagonismo perdido. Es más previsible, pero cuesta horrores encontrar la fórmula para inquietar su entramada defensivo.
En la cita previa al gran duelo del Bernabéu, Valverde prescindió de Sergio Busquets (una tarjeta la hubiera impedido jugar en Madrid) y alineó a Alcácer para que su equipo tuviera más profundidad. El valenciano se lesionó muy pronto y su sustituto, Aleix Vidal, confirmó que rinde mejor en labores ofensivas que defensivas. Con los papeles perfectamente definidos, y con Messi como habitual maestro de ceremonias, el Barça resquebrajó al Deportivo con los goles de Luis Suárez (minuto 28) y Paulinho (m. 40). También hubo el habitual espacio para la polémica, con un gol fantasma del uruguayo que no validó Mateu Lahoz.
PENALTI FALLADO POR MESSI
El Deportivo aceptó la derrota sin apenas rechistar y encaró el segundo acto sin la menor convicción de darle la vuelta al partido. El Barça, en cambio, mantuvo el pie en el acelerador y Luis Suárez culminó un centro de Sergio Roberto (minuto 47). Valverde, siempre tan calculador, reservó poco después a Iniesta, sustituido por un André Gomes que sigue siendo más un futbolista de futuro que una realidad.
El Barça siguió gustándose en un partido en el que Messi remató en tres ocasiones al palo y Rubén le detuvo un penalti. Su infortunio contrastó con la fortuna de Paulinho, que marcó por partida doble. En seis días, el brasileño podría jugar su primer clásico en la Liga y el crack argentino deberá ajustar su punto de mira. Será el rival más temido en un Bernabéu que nunca olvidará sus grandes funciones ante el Real Madrid. El próximo sábado, al Madrid solo le vale la victoria. Cualquier otro resultado podría ser letal para el actual campeón de Liga.