El Barça pone el piloto automático en la Liga
El equipo azulgrana derrota al Levante (3-0) con goles de Messi, Suárez y Paulinho
7 enero, 2018 18:15Noticias relacionadas
La Liga, salvo hecatombe, es del Barça. Juegue bien o a medio gas, el equipo azulgrana gana casi por inercia. Con el piloto automático. Leo Messi, Luis Suárez y Paulinho, en el último suspiro, finiquitaron la última función, demasiado intermitente pero suficiente para derrotar al Levante y sumar tres puntos más. A un partido para que termine la primera vuelta, el líder suma 48 puntos, nueve más que el Atlético. Quince victorias y tres empates avalan la propuesta de Ernesto Valverde, el técnico más pragmático y sabio de los últimos tiempos. Otra cosa es el espectáculo.
Valverde hizo de la necesidad, virtud. Lesionado Dembélé, el técnico apostó por un Barça menos exquisito pero más equilibrado y diseñó un equipo menos previsible pero más seguro, entregado siempre a la magia de Messi. Con el regreso del francés y el fichaje de Coutinho, Valverde tendrá más recursos y, probablemente, modificará un guión que le ha funcionado a las mil maravillas. En la abundancia, falta por ver cómo jugará el Barça.
En el primer partido de Liga de 2018, con Dembélé en el equipo titular, el Barça tuvo más profundidad pero también tuvo algunos problemas en el repliegue. Mascherano, sorprendentemente en el equipo titular, avanzó la presión para asfixiar a un Levante que comenzó brioso pero se diluyó muy pronto. El primer gol de Messi (minuto 12) fue un golpe muy duro para los valencianos.
TARDE MUY FRÍA
El Barça, en una tarde desangelada y muy fría en las gradas, también tuvo que reinventarse por la ausencia de Sergio Busquets. Rakitic garantiza una buena salida del balón, pero no tiene la lectura ni la intuición del internacional español. Cuando el equipo se atasca por el centro, aparecen Sergi Roberto y Alba para abrir el campo y combinar con Suárez y Messi. Con estas dos sociedades, el Barça suma ya 10 goles en la Liga. El segundo, contra el Levante, retrató la buena sintonía entre Sergi Roberto y el delantero uruguayo.
El segundo acto fue un tostón. Desaceleró el Barça y el Levante, inoperante, no pudo meterse en un partido con pocas subidas y muchas bajadas. La mejor noticia fue Dembélé, que jugó más de una hora y fue sustituido por Semedo. Entonces, el equipo de Valverde recuperó un 4-4-2 mucho más ortodoxo pero el juego había decaído demasiado. Solo algunos destellos de Messi, una genialidad de André Gomes y otro gol de Paulinho hicieron más soportables una segunda parte que posiblemente solo será recordada por Arnáiz, debutante en la Liga tras sus meritorias actuaciones en la Copa.