De Hungría a Francia y, de ahí, al éxito de donde jamás volvió. Se llamaba Gyula Halász, pero siempre será recordado por su pseudónimo. Corto y directo: Brassaï. La Fundación Mapfre (Casa Garriga Nogués) dedica una exposición al fotógrafo que retrató los bajos fondos de su ciudad predilecta, París.
A Brassaï le hubiese encantado ser pintor, pero su talento fue notable en la fotografía: supo encontrar el encuadre y la paciencia para captar el momento exacto. Así, de forma descarnada, retrató la noche de París de los años 30. La parte bohemia y dinámica convivía con la prostitución, los maleantes, ladrones, los amantes, los burdeles y las ferias, que se convirtieron en su obsesión.
Su logro fue revitalizar la rica mitología que ya existía en la literatura y en las artes visuales tradicionales a través de lo cotidiano. Por eso, cada porción de noche parece mágica en sus imágenes. De hecho, sus exposiciones fotográficas nocturnas eran tan largas –hasta de cinco minutos o más– que utilizaba trípode habitualmente.
Sin embargo, no solo la noche le interesó al fotógrafo. En la exposición de la Fundación Mapfre (distribuida en dos plantas) se pueden apreciar los “subcampos” que categorizan la obra de Brassaï: “París de día”, “Sociedad”, “Plaisirs (placeres)”, “Cuerpo de mujer” –un aspecto de moda en la época– “El sueño”, “Retratos”, “La calle” o “Minotaure”, la revista surrealista en la que colaboró con Picasso, André Breton o Salvador Dalí.
Su fotografía diurna no tiene nada de convencional. Sigue siendo perturbadora: véase Cadáver en la orilla del Sena, las fachadas de edificios en ruinas, los vagabundos durmiendo en bancos, un muerto en la acera. Brassaï fue uno de los primeros en admirar el grafiti y en coleccionar cientos de imágenes que sacaba del arte callejero o de objetos en la calle.
Más de 200 piezas –entre fotografías de época, dibujos, una escultura y material documental– conforman la exposición Brassaï que ha comisariado Peter Galassi. La exposición recoge una pequeña muestra de sus numerosas fotografías de los viajes que realizó: una perspectiva de la Sagrada Família desde una posición elevada, un muro pintado en el Sacromonte de Granada o un escaparate de Nueva Orleans.
Más adelante, Brassaï retrató a la alta sociedad parisina y trabajó para la revista Harper's Bazaar que le llevó a recorrer toda Francia, España, Suecia, Estados Unidos o Brasil. En este punto se pueden ver diversas imágenes tomadas en España como un cura hablando con un hombre en Madrid o un retrato de Joan Miró en la plaza Reial y en el barrio chino barcelonés.
Su estilo –composición armoniosa, efectos espejeantes, naturalidad– lo consolidaron como uno de los máximos exponentes de la fotografía moderna. Brassaï es autor de una galería extraordinaria de personajes de la cultura como Picasso, Dalí, Anaïs Nin, Henry Miller, Jean Genet, Jacques Prévert, Lawrence Durrell, Eugène Ionesco, Kiki de Montparnasse, Oskar Kokoschka o Henri Matisse.
Hace 26 años que Barcelona no veía ninguna exposición de Brassaï y lo estaba pidiendo a gritos. Desde este 20 de febrero y hasta el 13 de mayo, la retrospectiva se alojará en la ciudad. Luego viajará a la Fundación Mapfre Recoletos de Madrid entre el 31 de mayo y el 2 de septiembre, y después se podrá ver en el San Francisco Museum of Modern Art (SFMOMA).