Si hay algo que no falta en Barcelona son academias de idiomas. Centros para estudiar inglés, alemán o francés son habituales en la capital catalana. Lo que quizá no es tan frecuente son las escuelas para estudiar idiomas nórdicos. El Institut Nòrdic es la excepción que cumple la norma. Se trata del único centro de Europa especializado en estas lenguas.

Desde sueco hasta finés, pasando por noruego, danés e islandés, los alumnos que decidan inscribirse disponen de toda la variedad de idiomas escandinavos para elegir. Pero la academia no acaba aquí. Entre las actividades adicionales que se realizan, se encuentra el Kaffè & Parlå, unas sesiones de intercambio lingüístico abiertas de forma gratuita a todos aquellos que quieran participar, sin necesidad de ser alumnos, en las que se practican tanto los idiomas impartidos por la academia como castellano y catalán para nativos de los países escandinavos.

LA LIBERTAD DEL KAFFÈ & PARLÅ

Si hay algo que caracteriza las sesiones de Kaffè & Parlå es su libertad y distensión. Álex, alumno de sueco que se encuentra cursando su octavo año, explica que su intención al asistir a esta actividad es “oír a gente que sea sueca”, y asegura que intenta no faltar a ninguno de los días en los que se lleva a cabo. “No sabes quien hay ni de qué se va a hablar, viene quien puede”, indica el alumno, evidenciando el ambiente distendido e improvisado de las sesiones.

Pese a valorar muy positivamente la dinámica de esta actividad, el estudiante ve un punto en contra, pero asegura que “no es culpa de nadie”. Y es que los ocho años que suma formándose en sueco ha provocado que algunos días no haya asistentes con un nivel del idioma superior al suyo. “Me gusta cuando hay suecos para poder practicar, la mayoría de veces todo el mundo tiene un nivel inferior al mío”, asegura Álex.

La satisfacción general es visible en la propia sala. Los alumnos presentes en la sesión, que en días concretos pueden superar las 30 personas, tienen la oportunidad de practicar idiomas con nativos manteniendo una conversación fluida y despreocupada pero, eso sí, con un profesorado cerca que no duda en intervenir si se debe hacer alguna corrección en el idioma.

CLASES Y ALUMNADO

Hannu Arvio, profesor de finés en el Intstitut Nòrdic, explica a Metrópoli Abierta la dinámica de clases y el perfil del alumnado que acude a ellas. Tras pasar por las diversas salas que componen la academia, el maestro afirma que la escuela ofrece clases reducidas, con un “máximo de 12 alumnos”, lo que facilita el aprendizaje y permite una atención más personalizada. De la misma manera, Arvio explica que los inscritos pueden realizar un examen oficial de sueco en el propio centro, pero que en el resto de idiomas los alumnos “tienen que viajar al país porque es la única manera”, asegurando que algunos de los alumnos “más avanzados” han optado por esta opción.

Por otro lado, el perfil de los estudiantes es bastante lineal y específico. “Normalmente es gente con estudios, con formación, especialmente en ingeniería y medicina”, indica Arvio. En cambio, los motivos que llevan a los alumnos a decantarse por un idioma nórdico sí son variados. “Los estudiantes buscan abrir camino, por motivos laborales, familiares, porque les gusta algo en concreto de estos países o para estudiarlo como cuarto o quinto idioma”, afirma el profesor.

Además de ofrecer preparación lingüística, el Institut Nòrdic también facilita un aprendizaje cultural, lo que sin duda alguna es un valor diferencial que enriquece la enseñanza de este centro. Desde la celebración de días señalados en los calendarios escandinavos hasta aspectos diferenciales con otros países son temáticas que se tratan en las clases, que van más allá de la gramática o la ortografía.

UNA ACADEMIA CARACTERÍSTICA

Además de tratarse del único centro en territorio nacional y europeo especializado en sueco, danés, finés, noruego e islandés, la academia cuenta con otras particularidades. A las ya comentadas sesiones de intercambio lingüístico, hay que añadir los viajes que se realizan anualmente a ciudades de países escandinavos, que generalmente acostumbran a ser capitales.

Pese a que la idea de viajar a los países de procedencia puede parecer algo que no diverge de lo normal, lo que sorprende es la manera de hacerlo. Y es que, como si de ir a una ciudad vecina se tratara, alumnos y profesorado quedan en la localidad nórdica de manera independiente. “En los viajes quedamos allí directamente”, asegura Arvio, tras comentar que en este curso Oslo ha sido la ciudad elegida para visitar. De esta manera, los estudiantes no están obligados a seguir un mismo plan de viaje y tarifa, sino que cada uno de ellos organiza autónomamente la manera de llegar al destino para, una vez allí, realizar unas visitas que sí están programadas.

Con todo, el Institut Nòrdic se muestra como una academia de idiomas atípica, poco convencional, que invita al alumno no solo a aprender una determinada lengua, sino a vivirla mediante el valor añadido de la cultura. Porque, lejos de suponer una dificultad, estudiar un idioma escandinavo en Barcelona es, simplemente, cuestión de voluntad.

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