El síndrome de intestino irritable (SII), comúnmente conocido como colon irritable, es un trastorno del sistema digestivo con una prevalencia mundial de un 11%, cuyos síntomas tienen una gran repercusión sobre las actividades personales y sociales de las personas que lo padecen ya que empeora su calidad de vida y reduce la productividad laboral.
Se trata es un trastorno funcional que se caracteriza por dolor abdominal recurrente, asociado a alteraciones del ritmo deposicional en forma de estreñimiento, de diarrea o de ambos. Es muy frecuente que vaya asociado con hinchazón y distensión abdominal.
SÍNTOMAS Y CAUSAS
Aunque se desconocen las causas exactas del SII, algunos factores pueden contribuir a las causas de esta enfermedad. Es más frecuente en mujeres que hombres y se observa una disminución progresiva según se incrementa la edad de la población estudiada.
Se diagnostica según los siguientes criterios diagnósticos vigentes de ROMA IV, por la presencia de dolor abdominal recidivante que ha de estar presente al menos 1 día a la semana y con dos o más de las siguientes características:
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Se asocia con la defecación.
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Está relacionado con un cambio en la frecuencia de las deposiciones.
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Se asocia con un cambio en la consistencia de las deposiciones.
Los síntomas deben haber comenzado un mínimo de 6 meses antes del diagnóstico.
FACTORES DE RIESGO
Muchos factores juegan un papel importante para la generación de los síntomas del SII, pero algunos pueden ser más predominantes en ciertos individuos que en otros. En este sentido, existen evidencias que demuestran la existencia de alteraciones en la microbiota intestinal en personas afectadas.
En los últimos años se ha demostrado que los pacientes con intestino irritable presentan menos diversidad de especies en su flora intestinal, y tienen más abundancia de enterotipos proinflamatorios comparados con la población sana.
¿CÓMO CONTROLAR LOS SÍNTOMAS?
Los signos y síntomas leves pueden controlarse manejando el estrés, así como realizando cambios en la dieta y el estilo de vida. Hacer ejercicio regularmente, beber mucho líquido, dormir las horas adecuadas, evitar alimentos que generan muchos gases como bebidas alcohólicas y carbonatadas, cafeína, frutas crudas así como ciertos vegetales como repollo, brócoli y coliflor. La fibra soluble ha demostrado ser beneficiosa, pero puede incrementar el dolor abdominal, la distensión y el meteorismo.
Cuando los síntomas son más severos y predomina el estreñimiento pueden ser de utilidad los suplementos de fibra como el plántago o los laxantes osmóticos a base de magnesio o de polietilenglicol.