Barcelona y Hermitage: historia de un amor imposible
Colau rechaza el museo por motivos ideológicos tras dar luz verde a su instalación en la Nova Bocana del puerto
5 julio, 2020 00:00Noticias relacionadas
El Hermitage, con tres millones de obras, es el segundo museo con más fondos del mundo, superado solo por el British. Su director, Mikhail Piotrovsky, apuesta por Barcelona, ciudad con la que negocia desde 2012, tras validar un proyecto 100% privado, con una inversión superior a los 50 millones de euros que generaría 400 puestos de trabajo. El 27 de abril de 2018, el pleno municipal --con el voto favorable de los comunes-- aprobó que el Hermitage se instalara en la Nova Bocana. Posteriormente, los concejales de Barcelona en Comú se retractaron. Tras rubricarse un cambio de usos, la alcaldesa alega ahora que se trata de “un proyecto para un solo tipo de público” y contempla la construcción de un outlet, tipo la Roca, en el mismo espacio que debería dinamizar el Port de Barcelona. Su socio en el gobierno, Jaume Collboni (PSC), no está en contra del museo, pero condiciona su voto favorable a una nueva ubicación.
El actual rechazo del gobierno de Barcelona al Hermitage suscita un gran malestar en amplios sectores de la ciudad. Restauración y hoteleros son los más afectados, mientras los responsables del puerto piden a Colau que reconsidere su negativa. “Barcelona no puede descartar, en estos momentos, un proyecto de la importancia del Hermitage”, sostiene Mercè Conesa, la presidenta del Port. Considera que la construcción del museo reordenaría y revitalizaría el Port. Conesa defiende que el museo encajaría muy bien “en el ámbito de la Nova Bocana”. "Estamos dispuestos a llegar hasta el final para defender que el Hermitage se quede en Barcelona. Si deniegan su construcción, puede haber un problema legal", remarcan fuentes del Port.
COLAU Y EL CAPITALISMO
Colau, en cambio, persiste en su rechazo al Hermitage. El comisionado de cultura, Joan Subirats, y la segunda teniente, Janet Sanz, también se han significado en su oposición al museo. Argumentan que el Hermitage simboliza el capitalismo en el sector cultural y aseguran que su ubicación en la Nova Bocana comportaría graves problemas de seguridad y movilidad. Este último argumento es defendido por el PSC, que también votó en contra de la propuesta de Barcelona pel Canvi sobre la ubicación del museo.
“El Hermitage es el claro ejemplo de que los comunes sienten aversión a los grandes eventos, a las grandes obras. Sus asesores culturales dicen que no aporta nada y rechazan que un museo pueda tener un gran atractivo turístico para la ciudad”, denuncia Gonzalo Bernardos. El economista añade: “No les importa que se pierda actividad económica y turística. Solo les preocupa su ideología barata y trasnochada. Colau hace bandera del rechazo al Hermitage”.
LA TRANSFORMACIÓN DE MÁLAGA
Bernardos critica que Colau tenga una “visión sectaria” de Barcelona. Asegura que la oferta cultural es un elemento dinamizador para cualquier ciudad y elogia la transformación de Málaga. Hace un año y medio, el economista formó parte de la candidatura del PSC y confió en Collboni para liderar un cambio en Barcelona. Ahora lamenta el voto negativo de los socialistas en el pleno de junio. “Collboni ha sido clave para los grandes acuerdos económicos de la ciudad, pero solo valora lo que es imprescindible. En el tema del Hermitage ha chocado con la total oposición de los comunes”.
El sector cultural de Barcelona también está preocupado por la gestión de Colau. “Un equipamiento siempre dinamiza una ciudad y el Hermitage es un proyecto muy emblemático”, sostiene una fuente, que también cita el caso de Málaga. “La sociedad civil no ha sabido liderar este proyecto y el gobierno municipal no tiene un proyecto cultural para la ciudad”, insiste la misma fuente. Recuerda, también, que el proyecto presentado por el Hermitage “cumple todos los requisitos normativos, urbanísticos y administrativos”.
Recreación del proyecto que el Hermitage tiene para Barcelona / HERMITAGE
En el pleno municipal del pasado 26 de junio rechazó la proposición de Barcelona pel Canvi que instaba al gobierno municipal a negociar el convenio para la puesta en marcha del Hermitage en la Nova Bocana del Port de Barcelona. El partido que lidera Valls, Ciutadans, Junts per Catalunya y PP votaron a favor, mientras que socialistas y comunes lo hicieron en contra. La clave de la votación fue la abstención de ERC.
MASCARELL, INDIGNADO
Ferran Mascarell, concejal de Junts per Catalunya y ex conseller de Cultura de la Generalitat de Catalunya, se mostró muy crítico con el gobierno municipal. Difundió un vídeo en Twitter en el que acusó a Colau de “obstruir el proyecto de forma vergonzosa, pidiendo informes a medida y bien pagados que después utiliza de forma barruera”. Durante la presidencia de Artur Mas (Generalitat de Catalunya), Mascarell negoció que el Hermitage se instalara en Barcelona con Piotrovsky. El convenio se firmó el 31 de octubre de 2012 en Moscú.
En conversación con Metrópoli Abierta, Mascarell destacó que el Hermitage es un proyecto muy positivo para Barcelona porque combina “iniciativa privada, la colaboración de un museo internacional de gran prestigio y tiene el apoyo del Port de Barcelona”. “El gran problema es que el Hermitage se ha encontrado con un receptor muy negativo, que ni escucha ni dialoga. Y lo más preocupante es que Barcelona no tiene un proyecto cultural sólido ni decidido”, añadió.
OPORTUNIDAD PERDIDA
El concejal de Junts per Catalunya calificó de “grave” que Barcelona “discuta sobre el Hermitage y no lo haga respecto a la construcción del museo de la arquitectura que, por ejemplo, debería tener la ciudad”. Mascarell también se quejó de que Barcelona “está desaprovechando una inversión importante y una buena solución para la Nova Bocana y la transformación del puerto”.
“La negativa de los comunes no me sorprende porque someten la realidad a sus principios ideológicos. Me extraña más la postura del PSC porque, en privado, algunos concejales están a favor del Hermitage. Es un problema gubernamental. Y desconozco la razón de las reticencias y la ambigüedad de ERC”, sentenció Mascarell.
Ferran Mascarell, durante una entrevista concedida a Metrópoli Abierta / HUGO FERNÁNDEZ
VALLS PIDE UNA BARCELONA AMBICIOSA
Manuel Valls censuró el rechazo del gobierno municipal en una entrevista concedida a Metrópoli Abierta. “Es un milagro que los promotores del Hermitage sigan pensando en Barcelona. Tiene una ubicación increíble, frente al mar. Es un proyecto que ni debemos pensar, solo ajustar el tema financiero y su accesibilidad. El no rotundo de Colau y Collboni es una irresponsabilidad porque hay una urgencia para que el turismo vuelva a Barcelona”, manifestó el líder de Barcelona pel Canvi. Valls recalcó que la ciudad “debe ser ambiciosa” y pidió amplitud de miras a sus gobernantes: “Deben pensar a lo grande”.
Luz Guilarte, la presidenta del grupo municipal de Ciudadanos, censuró que Colau anteponga sus principios dogmáticos a las necesidades globales de Barcelona: “Es otra oportunidad perdida para Barcelona. El Hermitage traería turismo de calidad y reforzaría sectores clave como el científico, el universitario y el cultural de la ciudad”.
LA ABSTENCIÓN DE ERC
El PP también esgrimió que el rechazo del gobierno municipal tendrá consecuencias para Barcelona. Económicas y de imagen. “Más allá de los puestos de trabajo directos e indirectos y de perder un edificio icónico, lo peor es el golpe a la proyección internacional de Barcelona. Su construcción constataría que la ciudad está viva y sigue siendo muy atractiva para grandes proyectos”, manifestó el concejal Óscar Ramírez a este medio.
ERC, en cambio, optó por la abstención en el pleno del 26 de junio. "Un tema es la formulación y otra nuestra opinión del Hermitage Barcelona. Para votar en un sentido u otro, queremos ver el instrumento jurídico y las alegaciones. Hoy, alguien está en falso: o el Ayuntamiento o el Port de Barcelona", declaró Gemma Sendra a Metrópoli Abierta.
LA POSTURA DEL PSC
La concejal de ERC aseguró que los partidos políticos "están distorsionando el debate". "En el caso del Hermitage, un grupo de inversores tienen un acuerdo con el Hermitage para construir un espacio cultural con un restaurante, un bar, una tienda y una sala de exposiciones. Es un proyecto privado que se está complicando. La foto se ha movido un poco y no es clara", añadió Sendra.
El PSC votó en contra de la propuesta de Barcelona pel Canvi, pero los socialistas quieren aclarar su postura sobre el Hermitage. Ya lo hizo Jaume Collboni, el líder del PSC en Barcelona, durante una conferencia en el Círculo de Economía que se celebró el pasado 29 de enero. "Estamos a favor de las iniciativas culturales privadas. Es más, las vamos a buscar. En el caso del Hermitage, se trata de encontrar otras ubicaciones alternativas". "Si hay un verdadero interés cultural, insisto, podemos encontrar una ubicación alternativa. No hagamos de la ubicación el todo", remarcó el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona.
COMPARACIÓN CON JESÚS GIL
Los promotores del Hermitage en Barcelona mantienen las vías de diálogo abiertas con Collboni, pero denuncian el rechazo sistemático de los comunes. Recientemente, presentaron alegaciones al entender que su proyecto en la Nova Bocana cumple “todos los requisitos normativos, urbanísticos y administrativos”. Paralelamente han intensificado los encuentros con la autoridad portuaria con el objetivo de desencallar el rechazo del Ejecutivo local.
“El gobierno de Colau es peor que el de Gil y Gil en Marbella”, manifestó una fuente próxima a la negociación a Metrópoli Abierta. “Se saltan el ordenamiento jurídico con un cúmulo de falsedades. Se tendrán que depurar responsabilidades penales”, agregó la misma fuente, molesta porque el Ayuntamiento sigue sin responder la petición del Port para la firma de un convenio con el Ayuntamiento. La solicitud se hizo hace 10 meses.
Jaume Collboni, primer teniente de alcalde, y Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, en un encuentro con agentes económicos / EFE
La misma fuente, a la espera de la resolución administrativa, reprueba que el Ayuntamiento haya gastado dinero público en unos informes hechos a medida que, teóricamente, desaconsejan la construcción del Hermitage. “En ningún caso, los informes dicen que no se pueda levantar el museo. El informe cultural, por ejemplo, recuerda que es un proyecto que debe gestionarse con fondos privados, mientras que el informe de movilidad asegura que los problemas que generaría el Hermitage son menores. En el informe económico se discrepa en la previsión del número de visitantes (650.000 en lugar de 800.000) y el urbanístico asegura que solo valora cuestiones generales”, enfatizó una de las personas que ha intevenido en las negociaciones.
OTRAS UBICACIONES
La ubicación del Hermitage contemplaba otras opciones, descartadas totalmente por sus promotores. Eran: las tres chimeneas de Sant Adrià del Besòs, los terrenos de un campo de fútbol situado al lado del edificio de Gas Natural, otros terrenos del Port de acceso más complicado y junto a las placas fotovolcaicas del Fórum Universal de las Culturas.
Las consecuencias jurídicas “son previsibles”, según expresó Gonzalo Quintero Olivares, Catedrático de Derecho penal y abogado, en un artículo en La Vanguardia. En el mismo, el autor recalcó: “Por una parte, daría lugar a la impugnación en vía contencioso-administrativa, pero por otra, la arbitraria decisión de cerrar el paso al proyecto podría dar lugar a que la alcaldesa incurriera en un delito de prevaricación administrativa que, no se olvide, podría inhabilitarla para continuar en el cargo”.
LOS VECINOS DE LA BARCELONETA
Vecinos y comerciantes de la Barceloneta están molestos por la posible instalación de un outlet en la Nova Bocana del Port. Según avanzó este digital, un fondo de inversión chino tiene un proyecto muy desarrollado para crear un nevo centro comercial en los terrenos donde debía levantarse el Hermitage. Al tratarse de una parcela de uso comercial, los inversores no precisan un nuevo convenio, requerimiento que sí gestionó el museo.
“El barrio está con el Hermitage. Por el museo han firmado escuelas, asociaciones de vecinos y comerciantes, patronales y entidades de la sociedad civil porque es una idea que relanzaría Barcelona”, manifestó Manuel Martínez, vicepresidente de la Asociación de Vecinos de la Barceloneta, en declaraciones a Crónica Global. El impacto económico anual del Hermitage en el barrio de los pescadores de Barcelona oscilaría entre los 20 y los 30 millones de euros, una cantidad que ni tan siquiera ilusiona a Colau, obsesionada con mantener su rechazo al Hermitage. Madrid, mientras, sueña con seducir a los responsables del museo de San Petersburgo.