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¿Para qué sirve la prueba de esfuerzo?
Esta técnica se emplea para detectar patologías cardiovasculares en pacientes que sufren dolor torácico y, de esta manera, valorar la respuesta del corazón al esfuerzo
18 agosto, 2020 00:00Noticias relacionadas
La prueba de esfuerzo o ergometría, es un examen que evalúa el comportamiento del sistema cardiovascular en una situación de estrés físico. Es decir, la resistencia. Este estrés físico se puede provocar a través del ejercicio, pero también empleando algunos fármacos, que se utilizan en situaciones en las que no es posible realizar un ejercicio satisfactorio.
“Esta técnica se emplea”, explica el Dr. Diego Goldwasser, cardiólogo del Hospital Quirónsalud Barcelona, “para detectar la angina de pecho o una afección coronaria en pacientes que sufren dolor torácico y, de esta manera, valorar la respuesta del corazón al esfuerzo a través de un electrocardiograma y la determinación de otros parámetros.”
Suele solicitarse en chequeos rutinarios, cuando se inicia una actividad deportiva intensa o en presencia de síntomas que sugieren una cardiopatía. ¿Qué tipo de pacientes deben realizar esta prueba?
DOLOR DE PECHO
“En el momento en el que se sienta un dolor sospechoso de ser cardiaco (anginoso), es importante realizar este examen”, subraya el especialista.
Sea con fines diagnósticos en casos de dolor de pecho al realizar esfuerzos o bien sea con fines pronósticos en casos en los que ya se ha diagnosticado previamente una enfermedad coronaria.
HIPERTENSIÓN ARTERIAL
Otro de los motivos para realizar la prueba de esfuerzo es establecer el comportamiento de la tensión arterial en estrés, que normalmente tiene que elevarse hasta ciertos niveles.
FALTA DE AIRE
También las personas que sienten falta de aire mientras realizan algún esfuerzo. Un síntoma muy habitual, muchas veces relacionado simplemente con la mala adaptación al tipo de ejercicio.
“En algunos casos”, advierte el Dr.Goldwasser, “ puede ser el síntoma de presentación en algunas cardiopatías.”
TRASTORNOS DEL RITMO CARDÍACO
El estudio permite elaborar un diagnóstico o valorar respuesta para un tratamiento antiarrítmico a aquellas personas que sufren arritmias cardiovasculares.
Asimismo, las personas pueden realizarse la prueba las personas sin enfermedad aparente, sobre todo aquellos con factores de riesgo de padecer cardiopatía (colesterol diabetes, hipertensión, etc.), como un chequeo médico rutinario o de cara a realizar actividad deportiva.
¿CUÁNDO NO HACER LA PRUEBA?
“Hay también algunas ocasiones”, puntualiza el especialista, “en las que no se puede realizar esta prueba", como:
● En caso de sufrir impedimentos físicos que no permitan realizar ejercicio físico.
● Cuando se hayan presentado síntomas sugestivos de angina en reposo (dolor de pecho, opresión o similar) en las 48 horas previas al estudio.
● Pacientes con problemas de salud activos (fiebre, anemia, arritmia no controlada, etc.)
● Pacientes que no den su consentimiento para realizar el estudio.
¿EN QUÉ CONSISTE LA PREPARACIÓN?
Hay que acudir con calzado y ropa adecuada para realizar ejercicio. No es necesario ir en ayunas, pero se recomienda evitar comidas pesadas antes de realizar el esfuerzo.
Además, aquellos que toman medicación, no deben dejar de tomarla a menos que su médico se lo indique expresamente.
¿TIENE COMPLICACIONES?
Tal como consta en el consentimiento informado que se entrega a los pacientes, los riesgos de las pruebas de esfuerzo son mínimos y raros e incluyen mareos, caídas, irregularidades de los latidos cardiacos.
Sólo en caso de que existiera una enfermedad importante en el corazón, puede haber riesgo de arritmias graves, sincope (perdida transitoria del conocimiento), dolor fuerte en el pecho u otros síntomas que, en estos casos de especial gravedad, también pueden aparecer en circunstancias de la vida normal del paciente.
EXAMEN SEGURO
En cualquier caso, las complicaciones graves aparecen solo en una por cada cinco mil ergometrías realizadas. Excepcionalmente (1 de cada 10.000) pueden existir complicaciones mortales en el estudio.
Se trata de una prueba segura, siempre que sea realizada por personal especializado y entrenado para ello y se realice a pacientes que cumplen las condiciones requeridas. Pero no está exenta de complicaciones. La firma del consentimiento de la autorización a realizar la prueba conociendo los riesgos y autorizando al personal médico a actuar en caso de que sea necesario. El personal sanitario a cargo de la prueba le preguntará sobre el motivo de ésta y valorará si está en condiciones de realizarla.
¿CUÁL ES EL PROCEDIMIENTO?
Se realiza el ejercicio físico en una cinta o bien en una bicicleta estática, con unos electrodos colocados de la misma forma que un electrocardiograma convencional, y un aparato para medir la tensión durante el esfuerzo.
De este modo, la persona examinada irá realizando esfuerzo de forma progresiva, es decir, inicio suave y aumento de la intensidad con el paso de los minutos.
Finalizado el esfuerzo se procede a la fase de recuperación donde se registra el electrocardiograma mientras el corazón vuelve a la situación de inicio. Si aparecen síntomas o alteraciones ECG, se evalúa la forma y el tiempo que tardan en remitir.
DETENCIÓN
Hay varias situaciones en las que el doctor puede considerar que es necesario detener la prueba. Estas pueden darse en dos supuestos: cuando sugiere enfermedad o cuando los síntomas que presenta el paciente requieren de una valoración completa.
En el primer caso podría ser por fatiga y/o agotamiento. Esta es la causa más frecuente de detención de la prueba. Sin embargo, que una persona se canse antes no significa que esté enferma del corazón.
SÍNTOMAS GRAVES
Asimismo, se puede detener cuando se alcanza la frecuencia cardiaca objetivo. Esta corresponde el 84% de la frecuencia cardiaca máxima teórica según la edad.
En el segundo escenario, en el que los síntomas pueden indicar algo grave, puede darse porque el paciente note una opresión fuerte en el pecho, falta de aire o inestabilidad.
Otros de los síntomas son que se observen cambios en el registro del electrocardiograma o bien que se detecten arritmias al hacer el ejercicio.
SOLICITADA POR UN MÉDICO
En resumen, la prueba de esfuerzo es un estudio muy utilizado en cardiología. Debe ser solicitada por un médico y valorar si el paciente está en condiciones de realizarla en el momento del estudio.
Esta permite el diagnóstico y seguimiento en diversas patologías cardiovasculares y es segura, además de presentar una tasa de complicaciones muy baja.