El Hospital Clínic de Barcelona soporta una fuga de personal en plena segunda ola de coronavirus. La mitad del personal contratado a través de los Colegios de enfermería y medicina durante la primera ola de la pandemia se ha fugado y ha dejado plantado al veterano centro de la calle Villarroel. La culpa la tienen las condiciones laborales y económicas que han tenido que soportar los últimos meses y, evidentemente, las mejores ofertas de otros centros o de otras entidades.

Fuentes de la CGT señalan a Metrópoli Abierta que en la primera fase de la crisis sanitaria, el Clínic absorbió a unos 100 estudiantes que le llegaron a través de los colegios profesionales para ayudar y reforzar los servicios del hospital. De ese personal que le llegó hace unos meses, en las últimas semanas se le han ido unos 50 trabajadores “entre otras cosas, porque no les han dado el reciclaje que esperaban y, además, porque han recibido mejores ofertas”, explica a este diario Nayelly Faura, portavoz de la CGT en el centro médico.

EN UNIDADES MUY COMPLEJAS

Consultado el Hospital Clínic, la respuesta de éste fue que, oficialmente, no quería hablar de este tema. La CGT, no obstante, no es parca en detalles. “Muchos de estos refuerzos fueron a parar a las unidades cardiaca, torácica, digestiva, urológica o a las UCI, por ejemplo, que son muy especializadas y que soportan una carga de trabajo muy grande. A ese personal, sin embargo, se le debería haber puesto en unidades donde les sea más fácil trabajar”, señalan las fuentes consultadas.

Y, por ello, llegó lo que tenía que llegar: ese personal, con jornadas intensivas y salarios limitados, se ha ido a otros centros, como el Hospital de Bellvitge o el de Sant Pau. O al ICS y a los centros de atención primaria. “En esos destinos, las condiciones de trabajo son mejores, los salarios más altos y, además, al entrar en el ICS, acumulan puntos y entran en la bolsa de trabajo de esta institución, lo que les puede valer en el futuro. En resumidas cuentas, lo que ha habido es una gran fuga de trabajadores en el Clínic”, añade Faura.

Entrada del Hospital Clínic / GA



FALTA DE RECICLAJE

La dirigente sindical subraya que en el hospital hay un colectivo que son personas polivalentes. “Es el concepto de equipo polivalente, con trabajadores que tienen más aptitudes y se han ido reciclando. Ese personal tiene un plus y debe copar los lugares más complejos. Son absolutamente insustituibles”. Sin embargo, a su juicio, la gestión que se hace por parte del hospital no es correcta, ya que muchos de los lugares complejos se han cubierto con personal recién llegado o con estudiantes.

Un comunicado de CGT explica, en este sentido, que existe una “falta de reciclaje de las personas contratadas. Trabajar en un contexto de pandemia no tiene nada que ver con el trabajo diario del hospital. Esta formación/reciclaje ha recaído en las compañeras, con lo que, de nuevo, se genera una sobrecarga de trabajo y situación de estrés”.

Además, la nota subraya que no existe en este centro “un reconocimiento a la labor del personal. Hay un exceso de horas de trabajo, un fuerte incremento de las cargas de trabajo que genera una mayor exposición al virus, estrés laboral, depresiones o recrudecimiento de enfermedades laborales típicas de algunas categorías (problemas musculares y en articulaciones por el trabajo realizado por enfermeras y auxiliares debido a trabajar con malas posturas o posturas repetitivas)”.

TURNOS DE TRABAJO EXAGERADOS

Faura, por su parte, argumenta que el Clínic “tiene una plantilla muy cansada. Muchas veces, al personal de día le piden que doble horario por las tardes. O el que ha hecho una tarde, le piden que vaya al día siguiente por la mañana, sin haber pasado las 12 horas obligatorias de descanso entre turno y turno. Eso hace que se empalmen dos, tres o cuatro días haciendo muchas horas seguidas o con turnos de 14 horas”. También denuncia que en los turnos de noche se obliga al personal a hacer horas extras, por lo que el sindicato reclama el fin de éstas y que se hagan “contratos dignos”.

Otra de las reivindicaciones sindicales es la regularización de todo el personal. “Hay trabajadores que llevan encadenando contratos temporales totalmente precarios durante años, lo que les impide tener estabilidad laboral. Es más: esos trabajadores ni siquiera pueden coger vacaciones o días personales cuando quieren. Lo que pedimos es la regularización de esos contratos y que se cree una bolsa de trabajo que genere contratos estables y en condiciones”, destaca Faura. En definitiva, según CGT la segunda ola de la pandemia ya no se caracteriza por la escasez de equipos de protección individuales, sino por tener una “plantilla física y psicológicamente agotada y desmotivada debido a la falta de previsión de la dirección el hospital”.

Noticias relacionadas