Una actriz practica el 'feederism', el fetiche de sobrealimentarse y engordar por placer / REDES SOCIALES

Una actriz practica el 'feederism', el fetiche de sobrealimentarse y engordar por placer / REDES SOCIALES

Vivir en Barcelona

'Feederism', la fantasía sexual de comer 'fast food' y engordar hasta la obesidad

Las actrices de este género se graban comiendo pasteles o dándose un festín de bollería industrial, para luego lucir barriga con orgullo

6 diciembre, 2020 00:00

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Jowy busca pareja. Tiene 21 años, es estudiante universitario y vive en Barcelona, aunque nació y se crió en Botarell (Tarragona). Soltero exigente, tiene un requisito indispensable para encontrar a la mujer de sus sueños: que sea obesa. “A mí me gustaría conocer a alguna chica para engordarla. Soy feeder. Y ella sería mi feedee”, explica a Metrópoli Abierta. Traducido al castellano como “cebismo” (literalmente del verbo “cebar”), Jowy es un fetichista del feederism. Esto es, la fantasía de sobrealimentar a otra persona para ver cómo engorda sin parar.

Basta con echar una ojeada a las redes sociales para comprobar que hay cientos de perfiles que lo promueven. Muchos de ellos, anónimos. En Facebook, Twitter o Instagram, por ejemplo, los usuarios acompañan su nombre con las palabras chubby (rechoncho-a), fatty (gordito-a) o “BBW” y “BHM” (las iniciales en inglés de “Big Beautiful Woman” y “Big Handsome Man”, es decir, “Mujer Grande y Preciosa” y “Hombre Grande y Guapo”), además de las ya mencionadas “feeder” y “feedee”, para identificarse como miembros de la comunidad. Ahí comparten fotografías y vídeos comiendo pasteles en grandes cantidades; dándose un festín de bollería industrial; echándose comida por encima o bebiendo refrescos hipercalóricos sin ningún tipo de reparo, para luego terminar luciendo con orgullo sus prominentes tripas.

"ME GUSTA SU BARRIGA Y SU TRASERO"

“Lo descubrí a los 13 años, a raíz de un vídeo de YouTube sobre una modelo que engordaba con la ayuda de su novio. Desde entonces me excitan las mujeres bastante rellenas, verlas comer y ser testigo de cómo ganan cada vez más volumen”, recita. “Me pone ver cómo tiembla su cuerpo, notar su peso, lo grande que se ve… Lo que más me gusta de ellas es la barriga y el trasero. Luego los brazos y las piernas. Depende de quién, también la papada”.

Páginas pornográficas acumulan cientos de miles de reproducciones de vídeos con chicas feedee / PIXABAY

Páginas pornográficas acumulan cientos de miles de reproducciones de vídeos con chicas feedee / PIXABAY



A pesar de que para algunos se trata de una fantasía sexual, a menudo este tipo de filias excluye el coito y se limita a la contemplación del objeto del deseo. En este caso, observar cómo otra persona se da un atracón de comida. Páginas pornográficas como Pornhub acumulan cientos de miles de reproducciones de vídeos en los que chicas feedees comen hasta reventar. Nada más que eso. En algunos sí que aparecen manteniendo relaciones sexuales, pero son una minoría. “El sexo entendido como penetración no es lo que caracteriza esencialmente al feederism. Casi siempre salen mujeres comiendo, jugando con su barrigota, haciendo cosas que las cansen y las dejen agotadas… Pocas veces salen follando”, aclara Jowy.

Ni su familia ni su entorno lo saben. Y quiere que así siga, con lo que prefiere no mostrar la cara ni dar su nombre real. “Solo he hablado de esto con dos amigos muy cercanos”, confiesa antes de lamentar el poco seguimiento que esta tendencia tiene en España. “Aquí apenas hay gente que lo haga, son casi todos estadounidenses o latinoamericanos. Es como si los españoles que siguen el feederism estuviesen escondidos. Quizás porque temen que esté mal visto”.

APLICACIONES MÓVILES

Un secreto que está dispuesto a compartir con la feedee que quiera ser su novia. Jowy se ha descargado varias aplicaciones para hallar el amor. Plataformas muy populares para los fetichistas, como Wooplus o Feabie. Él ahora usa la segunda. “Es muy fácil. Cuando te creas la cuenta te aparece un timeline de todo el mundo. En los ajustes de tu perfil puedes definir cuál es tu rol. Y luego ya puedes buscar a gente, o que te encuentren a ti. Existe un apartado para filtrar a las personas que están cerca”. Pero no hay demasiados seguidores en su zona. O al menos son muy pocos los que usan la app, afirma.

Fetiche y negocio, Jowy explica que algunas de las chicas del feederism en general, y de Feabie en particular, cobran por ello. “Muchas lo hacen por dinero. Es como si fuera un OnlyFans. Pasan por caja como si fueran modelos”, asegura el muchacho. Las chicas piden crédito “básicamente para que puedas ver sus fotos”, pero también hay otras que prefieren cobrar en especies: “Las feedees de internet incluso ponen links de páginas como Amazon para que les compren comida”. Alimentos que luego usan para grabar sus pequeñas producciones en las que se dejan ver comiendo.

Un 'feeder' da de comer un donut a la actriz Juicy Jackie / REDES SOCIALES

Un 'feeder' da de comer un donut a la actriz Juicy Jackie / REDES SOCIALES



“Para mí, la chica ideal debería pesar 200 kilos. Yo estoy en unos 80”. Está en forma, pero está dispuesto a engordar por ella si se ponen de acuerdo como pareja. “Le daría cada día fast food en grandes cantidades. Bollería, hamburguesas o pizzas enormes... Y no podría hacer ejercicio”, se imagina. Revela que él mismo ha intentado hacerlo por su cuenta antes de estar con alguien. Se puso a prueba hace un tiempo, aunque desistió rápido: “Intentaba comer mucho, pero lo dejé pronto. Apenas gané un poco de peso”, ríe. “Por ella cedería”.

"NO ES NADA SALUDABLE"

Además del esfuerzo que le suponía ingerir de repente grandes cantidades de comida, Jowy se planteó también los problemas de salud que podía acarrearle. “Realmente esto no es nada saludable. Depende de cada persona decidir si quiere arriesgar su salud y priorizar su fetiche”, reflexiona. Llegado el momento, él lo haría: “Hay que ir engordando hasta ver si es peligroso. Se trata de estar al tanto de la propia salud. Me haría ilusión hacerlo con alguien”.

Juicy Jackie, Brianna y Foxy Roxxie están en el podio de sus actrices feedee favoritas. Pero hay más. Amanda Rosie y Carmen Lafox son dos de las españolas más famosas de este género. A menudo reticentes a hablar con la prensa, sí que hubo una artista cebista dispuesta a aparecer en televisión, hace tan solo tres años, para mostrar la realidad de su fetiche. Fue la chilena Iris Boudoire, que salió con su novio en el programa Samanta y… presentado, en Cuatro, por Samanta Villar.

En su caso practicaban también el force-feeding, que consiste en usar métodos de alimentación forzada para obligar a la otra persona que coma. “Me puedo ahogar”, confesaba entonces aquella joven, ante la incredulidad de la periodista, justo antes de realizar una pequeña performance para los espectadores, ingiriendo un batido de leche y helado de vainilla con un embudo y una manguera. Hasta terminó llorando a media entrevista, cuando después de pesarse delante de las cámaras descubrió que había perdido dos kilos y que estaba más lejos de alcanzar su objetivo, que era pesar 150 kilos.

Iris Boudoire ingiere a través de una manguera todo lo que vierte su novio, en el programa 'Samanta y...' / CUATRO

Iris Boudoire ingiere a través de una manguera todo lo que vierte su novio, en el programa 'Samanta y...' / CUATRO



"FUERTE COMPONENTE DE DOMINIO Y SUMISIÓN"

Desde el centro Placer ConSentido de Mont-ras, en la Costa Brava (Girona), su directora, la psicóloga y sexóloga Lara Castro-Grañén, alerta sobre tendencias sexuales como esta. “Aunque depende de cada caso en concreto, podemos decir que hay un fuerte componente de sensación de dominio y control de la persona que da de comer y de sumisión de la que come, desconectada de sus propias necesidades de autonomía y deseos reales, llevando a cabo una conducta diaria autolesiva”. Ejemplo de ello, basar la propia dieta en comida basura: “Se convierte en un gran tóxico que van ingiriendo en grandes cantidades, mientras el feeder se satisface viendo el deterioro al que llega el cuerpo del feedee”.

Castro-Grañén analiza igualmente otro de los elementos que resultan de este tipo de prácticas: la dificultad que puede tener una persona obesa para valerse por si sola a medida que engorda cada vez más. “El factor humillación está presente también en el hecho de que muchas de estas personas, mayoritariamente mujeres, llegan a ganar tanto peso que se convierten en totalmente dependientes del otro para moverse en su día a día, creando relaciones de dependencia absoluta”, remarca.

Se refiere también al anonimato que impera entre los adeptos. Y define la situación como algo parecido a un arma de doble filo entre los que se esconden por el qué dirán y los que usan el silencio a su favor: “No se trata de tener que ir hablando de las preferencias sexuales de cada uno, pero esconder algo por miedo al juicio social puede generar mucho malestar. De hecho, si creen que tienen que esconderlo es porque ya están haciendo juicios internos y se anticipan al resto. Y al otro lado de la balanza están quienes lo viven como algo especial, algo que tienen ellos en comparación con otras personas de su entorno. Incluso como una demostración de poder social ante su feeder”.

El novio de Iris Boudoire le da de comer en televisión / CUATRO

El novio de Iris Boudoire le da de comer en televisión / CUATRO



LOS RIESGOS QUE CONLLEVA

Como quien nada a contracorriente, los fetichistas del feederism fantasean con la obesidad cuando el cánon de belleza occidental promociona la delgadez. Para la especialista, esta fantasía sexual va mucho más allá de la voluntad de romper moldes. “En estos casos ya no estamos hablando del atractivo de alguien, sino que nos estamos refiriendo a una pérdida de salud importante. Esto es peligroso, porque puede desencadenar enfermedades graves y trastornos de la alimentación”, advierte.

Una valoración que remacha con contundencia: “Aquí la clave no está en la atracción por un cuerpo determinado. La verdadera cuestión es el poder ejercido sobre la otra persona y la observación de su deterioro. En muchos casos, con fatal desenlace”.

 


 

Si desean realizar una consulta al centro Placer ConSentido, envíen un correo electrónico a info@placerconsentido.es o llamen al número de teléfono (+34) 657 991 107.