Narices rojas contra el coronavirus
Los payasos de hospital reivindican su importancia para mejorar la salud emocional en el entorno hospitalario
11 diciembre, 2020 00:00Noticias relacionadas
Son principios de marzo y alguien provisto de una nariz roja está haciendo su trabajo habitual en el Hospital del Mar, hacer reír a pacientes, familiares y personal sanitario. Su nombre de clown es Tac i Cardi y es parte del equipo de la ONG Pallapupas, Pallasos d’Hospital, que desde hace dos décadas agrupa payasos que trabajan día a día para hacer de los hospitales un lugar más agradable. Sin embargo, esta jornada es diferente, porque le comunican que todo aquel que no sea personal interno debe abandonar el centro sanitario. Es el inicio de la crisis del coronavirus.
“Cuando nos comunicaron que teníamos que irnos una enfermera que no quería que nos fuéramos se puso a llorar y me dijo: Es que ahora es cuando más os necesitamos. Necesitamos que alguien nos anime, que rompa esta presión y esta losa de miedo que nos está cayendo encima”, recuerda Tac i Cardi, que cuando se quita la nariz de payaso se transforma en Jordi Solé.
60% MÁS DE BAJAS MÉDICAS
Meses más tarde, cuando algunos hospitales volvieron a dejar entrar a los Pallapupas, Solé se encontró con la misma enfermera. “Cuando la volví a ver me contó que había tenido que coger una baja porque sufría ataques de pánico y terrores nocturnos. Realmente lo han pasado muy mal”, explica el clown a Metrópoli Abierta.
Un trabajador sanitario protegido en la Unidad de Cuidados Intensivos –UCI- del Hospital del Mar / EUROPA PRESS - David Zorrakino
El de esta enfermera no es un caso aislado. “En Sant Pau las bajas médicas han incrementado hasta un 60% respecto las mismas fechas del año pasado”, explica a este medio una fuente sindical de CGT del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, que prefiere ocultar su identidad. Además, la misma fuente señala que tras reunirse con compañeros de otros hospitales de Barcelona, le consta que la situación en otros centros es similar.
SOBRECARGA DE TRABAJO
La problemática no solo reside en que afrontar profesionalmente una pandemia es estresante, sino en que no se cubre la sobrecarga de trabajo con más personal sanitario. “Nos hacen cumplir con la actividad asistencial, más la atención al Covid, con el mismo o menos personal, porque el que han puesto de refuerzo casi no da ni para cubrir las bajas”, añade la fuente sindical.
EL HUMOR CURA
En este contexto, los payasos de hospital reivindican su lugar. Antes de la crisis sanitaria, los Pallapupas actuaban en 14 hospitales de toda Cataluña, pero cuando llegó la primera ola del coronavirus les impidieron la entrada. No obstante, la organización no quiso desvincularse de los centros sanitarios, y siguió regalando sonrisas.
Durante el confinamiento los clowns grabaron vídeos desde sus casas y también se emitieron audios cargados de energía positiva por la megafonía de algunos hospitales. Además, tras el confinamiento más estricto, llevaron a cabo acciones simbólicas en el hall de algunos centros. Actualmente solo les permiten acceder a cuatro de estos centros hospitalarios, dos de los cuales se encuentran en Barcelona: el Hospital Sant Joan de Déu y la residencia Pere Relats.
“Al volver a los hospitales hemos notado que los sanitarios están quemados y agotados y necesitan el humor. A veces son cinco segundos de romper el sistema mental y reír un momento, porque reír libera”, cuenta Solé. Y así lo avalan los estudios llevados a cabo por la ONG, que muestran que su labor mejora el bienestar de los profesionales sanitarios en un 70%. Del mismo modo, el estudio también presenta evidencias científicas de que estas intervenciones logran reducir en un 40% la ansiedad de los enfermos.
GRAN RECIBIMIENTO
Por ello, Solé se muestra algo disgustado con que muchos hospitales aún no les permitan estar presentes. “Nosotros nos consideramos parte del personal sanitario, y nos entristece ver que aún no se nos juzga imprescindibles”, lamenta. Sin embargo, explica entusiasmado que en los centros donde han vuelto han recibido “mucha gratitud” tanto por parte de los pacientes y los familiares que los acompañan como por parte del personal.
Otra enfermera del Hospital del Mar, Raquel López, deja constancia de ello: “Nadie se esperaba que se reincorporaran, y que volvieran ha sido una ilusión. El primer día que vinieron fue como una fiesta. Les hicimos una bienvenida y fue un día importante de reincorporación”, explica.
Por ahora los clowns no entran en contacto con pacientes Covid, pero transforman el ambiente del conjunto del hospital, convirtiéndolo en un lugar más alegre. “Aunque vayamos a una habitación o sala de espera concreta, durante todo el recorrido desde que salimos del vestuario interaccionamos con la gente, intentando que la transformación energética del espacio se vaya expandiendo”, señala el clown con quien ha hablado este medio.
JORNADA HUMOR x HEALTH
Precisamente para poner en valor la importancia de los payasos de hospital, el pasado 18 de noviembre la ONG organizó una jornada telemática titulada "Humor x Health Day". El encuentro reunió a 350 personas, y entre otras cuestiones, abordó el tema del humor en tiempos de pandemia. De hecho, el evento contó con la participación de expertos como Antoni Trilla, jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic y una de las caras más visibles durante la pandemia, como asesor del gobierno catalán y español.
En su intervención, en la que sorprendió con una nariz de payaso, Trilla defendió la importancia de los Pallapupas. “Por si solo el humor no nos sacará de la crisis, pero nos hará vivir mejor con ella y aprender a ver el lado positivo. La primera oleada fue complicada, con mucho miedo e incertidumbre. En los hospitales vivimos momentos muy estresantes y preocupantes. Pero incluso ahí el humor nos ayudó a liberar tensión”, aseguró. Asimismo, recalcó que, aunque la situación actual es diferente, porque todo el mundo está más enojado, nuevamente el humor puede ser un arma útil.