El virus del covid es implacable. La pandemia marcará la historia de las relaciones sociales y sus efectos son más acentuados en los colectivos con mayores problemas de vulnerabilidad, en especial las personas mayores. De ahí que los efectos más negativos, desde el primer momento, se centrasen en las residencias de ancianos, donde hubo momentos de auténtico holocausto. A un año vista, los efectos siguen siendo muy preocupantes, aunque las medidas de seguridad y de conocimiento de la pandemia ha supuesto un cierto control sobre la expansión de la crisis sanitaria.
En esa coyuntura, los centros públicos no son ajenos al horror que se ha vivido como consecuencia de los altos índices de mortalidad en las residencias de ancianos. El Ayuntamiento de Barcelona gestiona cuatro residencias que acogen a más de 250 residentes y en esos espacios, a raíz de la pandemia causada por el covid, “se ha detectado un importante impacto a nivel cognitivo y funcional en muchas de las personas que viven en ellos”.
DESPLIEGE URGENTE DE APROPA CULTURA
Un informe interno del consistorio barcelonés explica que “en estos momentos, a raíz de la situación de excepcionalidad y urgencia provocada por la crisis sanitaria del covid-19, existe una necesidad urgente e inaplazable de proceder a la contratación de servicios de apoyo y asesoramiento en los centros residenciales para personas mayores que gestiona el Ayuntamiento de Barcelona”.
El documento informa que para minimizar las consecuencias negativas y prevenir su reproducción, “se ha hecho una propuesta de despliegue urgente de un abanico de actividades, entre las que hay el programa de actividades culturales promovido por Apropa Cultura, dirigido a los residentes de los cuatro centros. El propósito es que este programa de actividades de estimulación cognitiva comience a aplicarse en las residencias citadas y si la valoración es positiva, pueda ser escalable o hacerse extensivo a otros centros residenciales para ancianos”.
TRAMITACIÓN POR IMPERIOSA URGENCIA
El Consorci de l’Auditori i l’Orquestra (OBC) es el encargado de realizar actividades culturales en los cuatro centros residenciales que dependen del Instituto Municipal de Servicios Sociales (IMSS) de Barcelona hasta el próximo mes de mayo, un contrato que será remunerado con 57.112 euros. La contratación se ha producido por el método urgente. “Es imposible hacerlo a través del procedimiento negociado por imperiosa urgencia o por el resto de procedimientos, debido a que la rápida y masiva propagación del covid-19 ha causado una crisis sanitaria, económica y social que impide una planificación rápida y eficaz para hacer frente a las necesidades que surgen en el día a día, suponiendo una demora en la atención de necesidades perentorias de la ciudadanía”. Recuerda también que la ley contempla “la contratación con tramitación de emergencia cuando la Administración tenga que actuar de manera inmediata a causa de acontecimientos catastróficos, de situaciones que supongan un peligro grave o de necesidades que afecten a la defensa nacional”.
Estas actividades están promovidas por museos de la ciudad y de lo que se trata, según consta en el informe del consistorio barcelonés, es de “acercar la cultura a los centros y dar la oportunidad a los residentes de poder vivir la cultura adaptada a sus necesidades y a su entorno más inmediato, minimizando los riesgos de interacción con estas entidades culturales”.
PERSONAS MUY VULNERABLES
Las actuaciones que se realizan suponen también “la adaptación de un conjunto de actividades, la formación de los profesionales de los museos para poder trabajar a nivel de estimulación cognitiva con personas mayores que padecen demencias en diferentes grados de afectación y el establecimiento de vínculos de trabajo continuados entre ambas instituciones implicadas, museos y residencias”.
En resumen, se trata de un programa piloto que quiere poner a prueba nuevos métodos de lucha contra el virus a través de un programa de actividades de estimulación cognitiva. De hecho, este programa comenzó a aplicarse en el mes de enero y se esperan realizar un total de unas 200 sesiones hasta el próximo 30 de abril. Las actividades que se realizan tienen dos vertientes.
Por un lado, los profesionales de cuatro museos (el MNAC, el CCCB, el Picasso y el Blau) se trasladan a los centros residenciales para hacer talleres de una hora durante los cuales se muestra a los residentes materiales estimulativos de los museos, fomentando de esa manera un diálogo entre los educadores y los residentes. Con ello, se trabajan aspectos básicos de la estimulación cognitiva y la expresión de sentimientos y emociones.
Por otro lado, existe también la vertiente en la que una profesional experta en expresión artística se desplaza a los centros residenciales y realiza actividades de respiración con los ancianos a partir de los sentimientos que les inspira una obra de arte concreta. “Se trata de una actividad que pretende potenciar el uso y conocimiento, tanto en residentes como en profesionales del centro, de técnicas de control de la respiración, para poder facilitar así la relajación corporal de los participantes”.