El pesebre de la plaza de Sant Jaume subirá este año a las fachadas del Ayuntamiento de Barcelona y de la Generalitat y se convertirá en un gran "paisaje navideño" que se extenderá desde la vía Laietana hasta la Rambla a través de las calles de Ferran y de Jaume I. La cita incorporará belenes de diferentes estilos artísticos en las puertas de los comercios y entidades, y figuras y ornamentos iluminados en balcones y edificios.

Según el consistorio, el pesebre como tal deja de hacerse para dar paso a una propuesta innovadora, multidisciplinar y colaborativa. El trabajo se ha elaborado con la implicación y la colaboración del tejido comercial, las escuelas de la ciudad, el vecindario y artistas de distintas disciplinas.

EL MÁS CARO DE LOS ÚLTIMOS AÑOS

Estos días, los operarios ultiman la instalación de la propuesta artística. Año tras año, el pesebre levanta algún tipo de revuelo por su osadía artística o por su elevado coste. Este año no será una excepción.

En plena crisis económica y social por la pandemia, el gobierno de Ada Colau se gasta 189.904,53 euros, IVA incluido. Éste es el presupuesto más alto de los últimos años. La adjudicación del contrato del pesebre aparece en la página de contratación pública [ver aquí].

UN AÑO SIN PESEBRE

Como avanzó Metrópoli a principios de noviembre, el Ayuntamiento recupera este 2021 el pesebre de Sant Jaume, o el proyecto artístico que lo sustituye, después de que el año pasado no se montara para evitar las aglomeraciones de gente en torno al belén durante la pandemia del coronavirus.

Instalación del pesebre sobre la fachada del Ayuntamiento en la plaza de Sant Jaume / CEDIDA

El artista que ha creado la instalación de 2021 es Jordi Darder, un arquitecto aficionado a los pesebres. Darder aprovecha, entre otras, las figuras del pesebre de 2017 para hacer el montaje actual. El trabajo se podrá visitar del 26 de noviembre al 6 de enero y se sumará a los belenes tradicionales del Museu Marès y el monasterio de Pedralbes.

EL 'BOU' Y LA MULA, SOBRE EL AYUNTAMIENTO Y LA GENERALITAT

Dos de las figuras que más llamarán la atención serán el bou y la mula iluminadas sobre la fachada del Ayuntamiento y la Generalitat. Las figuras estarán formadas por bandas flexibles de PVC dorado que provocarán un gran efecto espejo. El resto de representaciones, alrededor de medio centenar, son planchas de metacrilato de entre un metro y un metro y medio que se colocarán una al lado de la otra en la calle con una distancia de por medio de 15 a 20 metros.   

La propuesta artística incorpora también una exposición de pesebres de todo tipo, distribuida por 23 espacios, que tiene como objetivo mostrar la "riqueza pesebrística" de la ciudad. Esta muestra se podrá ver en espacios comerciales, aparadores y zonas de tiendas que han sido cedidas para la ocasión. En su elaboración han participado artistas de diferentes disciplinas -pintura, fotografía, gravado, artes audiovisuales- y ha contado con la colaboración de las asociaciones Barnacentre, Amics de la Rambla, Amics de la Plaça Reial y la asociación de vecinos del barrio Gòtic.

EL COSTE ES MUY ELEVADO CASI CADA AÑO

Por el pesebre del 2019 se pagó cerca de 100.000 euros. El presupuesto de licitación de la creación, montaje y desmontaje del pesebre fue de 80.295 euros sin IVA, mientras que con el impuesto (del 21%) alcanzó los 97.156,95 euros [ver aquí]. 

El contrato de 2019 fue adjudicado a Paula Bosch Bartrina, la misma artista autora del belén, que representaba un montón de cajas unas encima de las otras con figuras en su interior. Josep Bou, presidente del PP en el Ayuntamiento, dijo que parecía "un punto verde de recogida de residuos". La instalación recordaba en exceso a una escultura hecha en 2006 en el distrito de Sant Martí con objetos sacados de los contenedores.

Figuras del pesebre en balcones de la plaza de Sant Jaume / CEDIDA

HASTA 148.000 EUROS EN 2017

En 2018, el pesebre todavía fue más caro. El gobierno de Colau despilfarró 114.000 euros. El tradicional elemento navideño recibió múltiples críticas. Varias personas lo definieron como un “auténtico bodrio” y una “basura”. A diversos partidos de la oposición tampoco les gustó. El belén elegido se limitaba a varias sillas vacías alrededor de una mesa que simulaban a los personajes tradicionales que aparecen en la escena navideña, como el niño Jesús, la virgen María y San José.

En 2017, el coste todavía fue más escandaloso: llegó a los 148.000 euros. Colau pagó esa desorbitada cantidad por 25 mástiles de madera con figuras características de la Navidad de color blanco en la parte superior. Según el entonces presidente del PP en el consistorio, Alberto Fernádez Díaz, se trató de un "pseudo-pesebre de diseño" que la mayoría de gente no entendía.

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