Un médico ausculta el pecho de un bebé, como se hace cuando tienen laringitis o bronquiolitis / QUIRÓNSALUD

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Laringitis y bronquiolitis, dos amenazas que se agravan con el frío

Son infecciones respiratorias de origen vírico altamente contagiosas que se ceban especialmente en los niños

16 diciembre, 2021 00:00

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Abrigo, gorro, guantes, bufanda… todo es poco para proteger a los niños del frío, pero estos cuidados a menudo no son suficientes para escapar de los virus. Este es el caso de la laringitis y la bronquiolitis, que son infecciones respiratorias de origen vírico altamente contagiosas.

Los síntomas que presentan casi todas las enfermedades respiratorias son similares: tos, mocos y fiebre. La principal diferencia entre la laringitis y la bronquiolitis radica en la zona de las vías respiratorias afectada, que en el primer caso es la parte superior y en el segundo la inferior.

EFECTOS DE LA LARINGITIS

Se trata de una infección respiratoria que provoca la inflamación de la laringe, que está situada en el tracto superior del aparato respiratorio. Concretamente, se encuentra al principio de la garganta, a la altura de las cuerdas vocales. El doctor Goran Ristic, del Hospital El Pilar-Grupo Quirónsalud, explica que “la laringitis afecta generalmente a niños de entre seis meses y seis años, y es más frecuente en los meses de frío”.

El síntoma más característico, y que suele poner en alerta a los padres, es una tos similar al sonido del un ladrido de perro. Los niños, además, pueden manifestar mocos y fiebre, especialmente los primeros días; un tipo de tos seca y fuerte, que se relaciona con voz ronca y afónica; o ruido al respirar. Es posible incluso que algunos produzcan un sonido al inhalar, también conocido como estridor. Otra señal que se identifica con la laringitis es la dificultad para respirar. En algunos casos, la inflamación laríngea puede llegar a complicar el acceso del aire, lo que provoca una respiración acelerada en el menor.

CÓMO TRATAR LA INFLAMACIÓN DE LARINGE

Normalmente la laringitis no es una infección grave. Termina curándose por sí sola con antitérmicos, aunque puede requerir tratamiento para reducir la inflamación. Para paliar los síntomas, se recomienda beber líquidos e inhalar aire humidificado, que contribuye a disminuir la inflamación del tejido de las vías respiratorias.

En cambio, hay que extremar los cuidados con los antibióticos. El especialista alerta de que no son útiles para la laringitis porque se trata de una infección de origen vírico.

BRONQUIOLITIS: QUÉ ES Y CÓMO ACTUAR

La bronquiolitis es una infección respiratoria de tipo vírico que afecta en edades pediátricas, especialmente a recién nacidos y menores de dos años. El doctor Ristic apunta que, en este caso, “la inflamación se produce en las vías respiratorias inferiores”.  

Los primeros síntomas son similares a los de un catarro, como tos y mocos, y duran en torno a tres o cuatro días. Posteriormente, el niño presenta dificultad para respirar, lo que significa que inhala de forma acelerada, moviendo continuamente el abdomen. Apnea del sueño, inapetencia y, en algunos casos, fiebre son otros síntomas habituales.

SOLUCIONES

Para aliviar estos síntomas, se aconseja que el bebé adopte una posición ligeramente incorporada en la cuna. Es primordial no acudir a la guardería para evitar el contagio de otros pequeños. Se desaconseja abrigarles en exceso y, por supuesto, evitar la exposición a humos y, en especial, al del tabaco.

Una medida muy acertada es mantener la hidratación con pequeñas tomas de líquidos, mediante pecho o biberón para los más pequeños y ayudar a la expulsión de los mocos con un suero salino fisiológico o a través de la aspiración suave. En cuanto a la alimentación, es preferible continuar con su dieta habitual, aunque en menor cantidad y con mayor frecuencia.

¿CUÁNDO LLEVAR AL NIÑO DE URGENCIAS?

Es vital prestar atención a las señales de aviso. En casos de laringitis, es aconsejable acudir a urgencias cuando el sonido o estridor se produce en una respiración tranquila o si el niño no puede tomar aire correctamente. En este caso, hay que controlar si se acelera, se le marcan las costillas, se mueve la tripa continuamente, se hunde la zona pectoral o si el cuello se estira. Si el pequeño no puede tragar, babea demasiado, o la boca, o su alrededor, se vuelve de color azul o pálida también requiere una rápida atención médica.

En cuanto a la bronquiolitis, las señales de alarma son los cambios de color de la piel, que palidece o adopta una tonalidad morada, una mayor dificultad en la respiración o pausas en esta. También es importante consultar en urgencias si apenas come, vomita o la toma hace que se fatigue. También hay que estar alertas si tiende a dormir, a irritarse y su estado de salud, en general, es malo.