Antonio López y López, marqués de Comillas (sí, el negrero), fundó en 1881 la Compañía Española de Tabacos de Filipinas, la primera gran multinacional española, conocida en el país como "Tabacos de Filipinas" y en Filipinas, como "La Tabacalera". Dos años antes, López compró parte de un solar donde en el siglo XV se levantó el antiguo seminario conciliar. El objetivo era construir allí un edificio de viviendas que incluiría la residencia familiar.
Josep Oriol Mestres se encargó del proyecto, aunque antes de llevarlo a cabo tuvo que modificarlo pues se decidió que aquella también sería la sede de la Compañía Transatlántica. De este proyecto se ha conservado básicamente la fachada de la Rambla, de tipo académico, con dos esculturas de Francesc Pagès Serratosa, del 1881, dos alegorías del Comercio y de Ultramar, representadas por Hermes y la diosa Fortuna. El conjunto escultórico representa los vínculos comerciales de Barcelona con las colonias españolas de la época (Cuba y Filipinas), pero, también, los negocios y el origen de la fortuna de los López.
DE COMPAÑÍA TABAQUERA A HOTEL
Tras la muerte del marqués, en 1883, su hijo Claudio se hizo cargo de todos los negocios y posesiones. Durante esta nueva etapa, el edificio pasó a convertirse en 1929 en sede de la Compañía General de Tabacos de Filipinas. Josep Maria Sagnier Vidal se encargó del proyecto de reforma que afectó a la planta baja, el entresuelo y los balcones. Cuando, el 1932, se abrió a hacia la calle de Xulclà y de Sagnier se ocupó de proyectar una nueva fachada, de estilo monumentalista pero lleno de referencias clásicas. En la esquina se encuentra una escultura de Marià Fortuny, obra de los hermanos Miquel i Llucià Oslé, integrada en la fachada.
A partir de los años 30, y como sede de la Compañía General de Tabacos de Filipinas, el edificio pasará a ser utilizado como oficinas y locales de negocios para diferentes empresas. En los años 50, el poeta Jaime Gil de Biedma (generación literaria del 50) se convirtió en secretario general de la compañía. En esta década se produjeron nuevas reformas que afectaron al interior. La última se llevó a cabo entre 2003 y 2005 cuando el edificio fue transformado en el Hotel 1898.
Curiosidad: actualmente, la biblioteca del Hotel 1898, situada en el primer piso, está dedicada a Jaime Gil de Biedma y cuenta con una importante colección de libros de su bibliografía.
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