La Enfermedad de Parkinson (EP) es una enfermedad neurodegenerativa frecuente, la segunda patología más frecuente después del Alzhéimer. Afecta aproximadamente a 6,1 millones de personas en el mundo y por motivos que aún no se conocen bien, su incidencia y prevalencia han crecido de manera exponencial en las dos últimas décadas.
De su diagnóstico y tratamiento se encarga la Unidad de Trastornos del Movimiento Centro Médico Teknon, encabezada por las doctoras Núria Caballol, Alexandra Pérez-Soriano y Àngels Bayés. Este departamento está especializado en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades neurológicas y neurodegenerativas, desde un punto de vista multidisciplinar.
DÉFICIT DE DOPAMINA
El parkinson es un trastorno neurodegenerativo complejo caracterizado por una gran variedad de síntomas no motores, como problemas cognitivos, psiquiátricos o del sueño, entre otros y unos síntomas motores, como lentitud, rigidez y temblor y que suelen deberse al déficit de diferentes neurotransmisores, principalmente de dopamina.
Los tratamientos actuales mejoran los síntomas motores y una parte de los no motores, mejorando la calidad de vida de la persona. Cuando la persona entra en una fase más avanzada hay procedimientos que consiguen mejorar las fluctuaciones motoras, como son la estimulación cerebral profunda del núcleo subtalámico, la infusión de apomorfina subcutánea o la infusión duodenal de levodopa en gel.
GRANDES AVANCES
“Aunque por el momento no disponemos todavía de tratamientos para frenar el curso de la enfermedad, en la última década se han hecho avances importantes en investigación”, explican desde Sinapsi, unidad de Neurología y Neurorehabilitación del centro médico del Grupo Quirónsalud. Estos avances permiten comprender mejor “la complejidad de los múltiples procesos que ocurren en el cerebro y que conllevan a la degeneración neuronal”.
Entre estos progresos destacan la técnica de ultrasonidos focales de alta intensidad (HIFU), que mejoran los síntomas motores de un lado del cuerpo de pacientes con un temblor resistente a los medicamentos. También se utilizan sensores que mejoran la detección de las fluctuaciones motoras.
OTRAS ALTERNATIVAS
Las terapias complementarias como la fisioterapia, la estimulación cognitiva o la logopedia, así como el ejercicio físico siempre deberían estar presentes desde los primeros años de la enfermedad. Nuevas técnicas como la estimulación magnética transcraneal no invasiva (Deep TMS) pueden ser de ayuda.
El diagnóstico ocasiona un elevado impacto emocional a los afectados y a sus familias pero puede prevenirse con tratamiento farmacológico o con programas psicoeducativos o psicoterapia, que enseñan a los afectados y a sus familiares, a auto-manejar la enfermedad y reducir la carga y mejorar la calidad de vida.