La presbicia o vista cansada es la pérdida gradual de la capacidad del ojo para enfocar objetos de cerca. Esta disminución de la calidad de visión no tiene solución. Se trata de un desgaste natural de la visión asociada al avance de la edad, por lo que tarde o temprano la mayor parte de la población padecerá síntomas como la necesidad de alejar los objetos para verlos mejor y precisar de más luz para leer.

Aunque los especialistas aconsejan en primera instancia usar gafas o, si además existe algún otro problema de visión, adaptarse a las bifocales o progresivas, existen otras soluciones que ponen fin al problema de raíz. Un innovador método para corregir esta alteración es la cirugía de la presbicia con implante de lentes multifocales, denominada también cirugía refractiva. Se aconseja esperar que la presbicia se desarrolle por completo, lo que suele ocurrir alrededor de los 50 años.

La presbicia no se puede prevenir pero se puede operar / EP

LAS CAUSAS

“La causa principal de la presbicia es el fallo del cristalino, la lente natural que enfoca, como el objetivo de una cámara de fotos”, señala el doctor Carlos Vergés, especialista en cirugía oftalmológica con más de 30 años de experiencia y director médico del Instituto Oftalmológico Quirónsalud Dexeus.

“Con el tiempo, las fibras de colágeno y las proteínas que la constituyen se endurecen y ya no puede modificar su forma y pierde capacidad de enfoque. Este proceso se acelera con la elevada exposición al sol (rayos ultravioleta), una dieta incorrecta y con el estrés, por el exceso de oxidación de los tejidos”, añade el médico.

RETRASAR SU APARICIÓN

A día de hoy, no hay un tratamiento médico que pueda evitar su aparición. La única alternativa posible es retrasar su curso, hacer que sea un poco más lento. El doctor Vergés considera que eso se puede conseguir “si cuidamos la dieta, utilizamos gafas de protección frente a los rayos ultravioleta y reducimos el estrés oxidativo de nuestro organismo”.

La principal solución óptica es utilizar gafas de cerca o progresivas, con la graduación de lejos, media distancia y cerca. También hay lentillas multifocales, pero en la mayoría de los casos no se toleran bien ya que el mínimo movimiento de la lentilla induce mala visión. “No existe una solución definitiva, aunque una alternativa segura y efectiva es la cirugía de recambio del cristalino por una lente intraocular multifocal”, resalta.

Algunos centros aplican un tratamiento de la presbicia con láser, similar al que se practica para abordar la miopía pero, en opinión del oftalmólogo de Quirónsalud Dexeus, se trata de “una solución parcial y poco duradera en el tiempo porque con el paso del tiempo pierde eficacia y hay que ir a la cirugía intraocular del cristalino con implante de lentes multifocales”, advierte el especialista.

LA MEJOR SOLUCIÓN

Esta intervención consiste en la extracción del cristalino mediante la técnica de microincisión (MICS) y su sustitución por una lente intraocular multifocal. Esto permite corregir la presbicia de forma definitiva y, además, elimina problemas de visión asociados como la miopía, hipermetropía y/o el astigmatismo, permitiendo ver nítidamente en todas las distancias a la vez: cerca, media distancia y lejos.

Con todo, su principal ventaja es que se trata de un tratamiento definitivo, con el que se alcanza una mejor calidad visual y, además, la sustitución del cristalino evita tener que operar de cataratas al paciente en el futuro.

Proceso de la cirugía de presbicia   / EP

 

ESTUDIAR CADA CASO

¿Es recomendable el implante de lentes multifocales? El doctor Salvador Vergés asegura con rotundidad que sí, aunque aclara que hay que estudiar cada caso de forma personalizada y aplicar un tratamiento previo.

“Es necesario estudiar bien a cada paciente, ya que en muchos casos padecen ojo seco o una lagrima alterada, que es el principal factor que puede ocasionar problemas, tanto para el cálculo de la lente intraocular como para que conseguir una buena visión”.

DOS OJOS, UNA SOLA OPERACIÓN

El procedimiento es muy sencillo al tratarse de una cirugía muy rápida y poco agresiva. “Se puede realizar primero un ojo, y a la semana el otro, pero nosotros preferimos realizar los dos ojos en la misma sesión”, señala el oftalmólogo. “Entrar una única vez a quirófano supone enormes ventajas como una reducción en tiempo de postoperatorio, una recuperación visual mucho más rápida y en definitiva, acelera la vuelta a la actividad habitual”, añade Carlos Vergés.

El modus operandi es relativamente simple: se somete a sedación al paciente y se le induce al sueño natural hasta que se quede dormido. Tras intervenirle cada ojo durante diez minutos, una vez se despierte, el paciente se puede ir a casa con los ojos destapados.

 

 

 

 

 

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