Torre Antoni Garau: juego de volúmenes y mirador con vistas
Roc Cot i Cot diseñó por encargo, en 1905, una mansión con elementos modernistas a base de bloques de diferentes alturas y un torreón central
30 noviembre, 2022 00:00Noticias relacionadas
Es probablemente una de las casas modernistas más interesantes de la Font d’en Fargues. Y eso, es mucho decir en un barrio que creció a golpe de casas de veraneo de la burguesía floreciente y de proyectos fallidos de ciudad jardín. Ubicada en el número 64 de la calle de Montserrat de Casanovas, la Torre Antoni Garau destaca por su notable dimensión y porque, a diferencia de otras casas de su mismo estilo arquitectónico --de una sola planta o de planta y un piso--, esta está formada por la yuxtaposición de tres cuerpos de diferente altura. Esta característica hace posible un original juego de volúmenes que genera varias terrazas en las que se combinan la piedra y el hierro forjado.
La casa debe su nombre a su promotor y propietario, Antoni Garau Simonet, de quien me gustaría aportar alguna información más allá de su nombre. Pero va a ser imposible porque no he podido encontrar nada, aunque sospecho que debía tener una buena posición económica y social a juzgar por la casa que encargó en 1905 a Roc Cot Cot, reputado arquitecto ochocentista.
UNA CASA CON DECORACIÓN ESPECIAL
La casa está adosada a otra vecina por uno de sus lados, pero el resto da al jardín. Tiene una estructura casi tríptica. La fachada principal consta de un volumen central rectangular de planta baja, piso y azotea con dos cuerpos anexos a cada lado de una sola planta con azotea. Por detrás, presenta un cuerpo de planta baja y dos pisos coronado por un torreón en el centro que, en su día, debía ofrecer unas espectaculares vistas.
La combinación de volúmenes y alturas es la que hace posible la existencia de diversas terrazas, unas con barandillas de piedra y decoraciones ondulantes, otras con pilares de formas redondeadas en las que se apoyan jarrones de piedra con flores esculpidas, y otras, decoradas con hierro forjado. Una cornisa decorada con ménsulas que recuerdan a los triglifos clásicos, remata el cuerpo central. Entre la decoración, destacan los florones de diferentes tipos y pequeños elementos cerámicos.
En la primera planta, las ventanas están enmarcadas por un sencillo dintel sin adornos mientras que las del segundo piso son rectangulares y sin decoración. Y en la última planta son estrechas y alargadas con el dintel resaltado con una moldura ondulante y una pieza cerámica azul, en forma de rombo, en el centro.
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