Descorchar el cava para homenajear a los ‘castellers’
Antoni Llena se inspiró en la malla metálicas de las botellas para levantar una escultura que representara la fragilidad y la fuerza de los castells
27 diciembre, 2022 00:00Noticias relacionadas
Cada vez que entro en la plaza de Sant Miquel desde el Ajuntament, me siento un poco Alicia en el País de las Maravillas, justo en esa parte del cuento en que, tras beber un elixir, encoje y se hace diminuta. No puedo evitarlo, esa enorme estructura metálica que da la bienvenida a la plaza me recuerda ese alambre protector que envuelve los tapones de las botellas de cava y que hay que retirar antes de descorchar… pero en tamaño gigante. La imaginación es libre… Hasta que alguien te da una palmadita en el hombro y te dice: ¿sabes que esto es un homenaje a los ‘castellers’, verdad? Sí, claro.
Pues eso. Ahí donde lo veis este es el tercer monumento casteller de Barcelona. Los otros dos son la escultura Pom de dalt (1995), de Francesc Anglès Garcia – en la Unidad de Traumatología y Rehabilitación del Hospital Universitari Vall d’Hebron-- y el monumento Castellers de Sants (2011), situado en la plaza de Bonnet i Muixí, en Sants. Pero centrémonos en este, situado muy cerca de la plaza Sant Jaume, lugar por excelencia de las jornadas ‘castelleres’ en Barcelona.
El que nos ocupa es obra de Antoni Llena Font y se inauguró en 2012, durante la Fiesta Mayor de Santa Eulàlia. Está formado nada más y nada menos que por 12 tubos de acero inoxidable de 10 centímetros de diámetro, sobre una placa de hormigón de 12 metros por 12, que se entrelazan en dirección ascendente, hasta alcanzar una altura de 26,5 metros. Esta escultura conceptual –por supuesto-- representa la fragilidad y la fuerza de un ‘castell’. Es transitable, así que no perdáis la oportunidad de caminar entre los tubos, colocaros bajo la estructura y haceros una foto, mirar hacia el cielo y encontrar la imagen más artística para colgar en Instagram.
Y ahora dejadme que os diga que a mí me sigue recordando a esa funda de hierro del cava. Y puede que no esté tan loca porque cuentan que la idea de este Homenatge als castellers, se le ocurrió a Llena un día en que fue a comprar vino y sacó una de esas mallas metálicas de una botella. Su mente creativa vio en ella una bonita abstracción para representar una ‘castell’: cohesión, fragilidad y transparencia.
Así se gestó este homenaje y ahí nos dejó su particular versión castellera para siempre.
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