El Método Canguro, o más conocido como ‘piel con piel’, se refiere al primer contacto físico entre la madre y su hijo recién nacido de manera inmediata tras el parto. Los beneficios son relevantes tanto a corto como a largo plazo, puesto que tras el nacimiento ese roce ayuda a los bebés a adaptarse a la vida extrauterina.
Esta técnica, avalada por pediatras y enfermeras especialistas en neonatología de todo el mundo, está absolutamente recomendada para los bebés sanos y es imprescindible en bebés prematuros para conseguir una mejor y más rápida recuperación.
EL VÍNCULO
Este procedimiento permite establecer los primeros vínculos y promover su maduración neurológica, mejorar su crecimiento y desarrollo, favorecer la lactancia materna y proveer de los cuidados que necesitan la madre y el bebé, además de que disminuye el tiempo de llanto.
Existen evidencias científicas que confirman que este método tiene múltiples beneficios tanto para el recién nacido como para sus padres, ya que es un método capaz de regular la respuesta fisiológica y emocional del bebé.
LOS LAZOS AFECTIVOS
El rol de los padres de un recién nacido es muy importante y sus cuidados contribuyen a establecer un vínculo afectivo duradero con los hijos. Para que puedan crecer de una manera saludable es necesario cubrir sus necesidades fisiológicas, alimento, higiene o cambio de pañales, además de establecer un contacto afectivo durante los primeros años de vida a través del contacto piel con piel, el olor, las caricias, los sonidos, las miradas o incluso las sonrisa.
Este tipo de contacto es muy enriquecedor para ambos ya que ayuda a aprender a manejar al bebé, a perder el miedo a cogerlo, a conocerlo y a generar un nexo de unión. Todo ello incide en una sensación de bienestar en la madre, que tendrá una mejor recuperación postparto, ayuda a paliar la depresión postparto y mejora el estado de ánimo de los padres.
LAS VENTAJAS
El Método ‘piel con piel’ posibilita regular mejor la temperatura corporal, facilita la producción de leche de la madre al estar en contacto permanente con el bebé, favorece que éste aumente de peso más rápidamente, que presente menos infecciones y, de este modo, pueda tener una menor estancia hospitalaria. Además la posición del bebé, le ayuda a respirar mejor y a tolerar bien la alimentación.
También tiene beneficios para los padres ya que el contacto físico facilita el reconocimiento del recién nacido como hijo propio, aumenta el sentimiento de competencia en el cuidado, disminuye el sentimiento de ansiedad y angustia, e integra al bebé en el núcleo familiar.
LA COLOCACIÓN
En el Método Canguro se coloca al bebé sobre el pecho desnudo de la madre para mantener un contacto continuo piel con piel. En la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales de Hospital Universitari General de Catalunya, las enfermeras ayudan a los padres a colocar al bebé en el pecho, en forma vertical con los brazos abiertos, con la cabeza girada para un lado y un poco hiperextendida para que pueda respirar mejor y poder verle la cara. Una vez, estén ambos cómodos, cubrirán al bebé con un arrullo para disfrutar del momento.
Es posible que durante los primeros minutos tardan ambos en acomodarse, pero poco a poco el bebé se irá durmiendo y se relajará. Se recomienda un mínimo de 90 minutos para cada sesión.