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El síndrome ‘boca-mano-pie’, una cosa de niños
Es una de las enfermedades que más aquejan a los menores de cinco años y que es muy fácil de transmitir, especialmente en verano
8 agosto, 2023 00:00Noticias relacionadas
La enfermedad comúnmente conocida como ‘boca-mano-pie’ es una infección viral leve frecuente en niños menores de cinco años. Aunque generalmente es benigna, puede contagiarse a personas de todas las edades. Es una patología causada por un virus que pertenece a la familia de los enterovirus, siendo el más común el virus Coxsackie A16 y raramente otros como el virus Coxsackie A6 y el enterovirus 71.
No es peligroso y en cuestión de días desaparece por completo. Los síntomas son peores durante los primeros días, pero por lo general desaparecen en una semana. A medida que crecen, los niños logran volverse inmunes a la enfermedad, ya que producen anticuerpos después de exponerse al virus que la causa.
¿CÓMO SE MANIFIESTA?
Los primeros indicios que dejan entrever que el menor ha contraído el virus es que la boca, las palmas de las manos y la planta de los pies sufren una inflamación que no pasa desapercibida. En algunos casos estas zonas concentran erupciones que van acompañadas de un cuadro febril y malestar.
"La enfermedad suele aparecer en forma de brotes y, aunque se dan casos todo el año, aparecen especialmente en verano y otoño", comenta el doctor Goran Ristic, Jefe del Servicio de Pediatría del Hospital El Pilar. Son precisamente los signos de la enfermedad los que permiten a los pediatras diagnosticarla al examinar al paciente aunque, según el doctor Ristic, “en raras ocasiones, se pueden pedir muestras de la garganta o las heces del niño, para determinar si padece el virus”.
SINTOMATOLOGÍA
- Fiebre y síntomas similares a los de la gripe. Los niños con frecuencia tienen fiebre dolor, garganta, pérdida de apetito y/o malestar general tres a cinco días después de contagiarse el virus.
- Llagas en la boca. Las llagas (aftas) son dolorosas y suelen comenzar como puntitos rojos en la lengua y dentro de la boca, que luego se convierten en ampollas. Los niños frecuentemente dejan de comer, babean más de lo habitual y piden solamente líquidos fríos y purés frescos.
- Sarpullido. Se presenta con manchas rojas planas o ligeramente elevadas y, a veces, con ampollas con un área enrojecida en la base. Aparece en las palmas de las manos y las plantas de los pies, pero también puede presentarse en las nalgas, las piernas y los brazos. Generalmente no pica.
¿CÓMO SE CONTAGIA?
El virus boca-mano-pie suele contagiarse a través del contacto entre personas y suele hacerlo mediante el aparato respiratorio, cuando el niño entra en contacto con gotas grandes de saliva al hablar, toser o estornudar, o al entrar en contacto con secreciones salivares o procedentes de la mucosa presentes en objetos ya contaminados.
El virus también puede contagiarse a través de las heces o del líquido de las ampollas de niños ya infectados a no infectados, con lo que es importante que estos cojan el hábito de aprender a lavarse las manos cuanto antes. También se transmite al tocar objetos y superficies que hayan estado en contacto con el virus (como manijas de puertas, juguetes, etc.) y luego tocarse los ojos, la nariz o la boca.
PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO
No existe un tratamiento médico específico, la mayoría de los niños mejoran por sí solos en 7 o 10 días. “Pero pueden tomarse medidas para aliviar los síntomas y, ante todo, para prevenir la deshidratación. Los niños con la enfermedad podrán volver a la guardería o al colegio cuando la fiebre desaparezca y las llagas en la boca se hayan curado”, aclara el pediatra del Hospital El Pilar.
“Para prevenir el contagio o la propagación de la enfermedad es importante: lavarse las manos, limpiar y desinfectar las superficies, evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca y evitar el contacto cercano con personas enfermas”, aconseja el doctor Ristic.
¿CUÁNDO ACUDIR AL PEDIATRA?
Ante la aparición de síntomas, lo más conveniente es acudir al pediatra para que evalúe el estado del niño. Especialmente si:
- El niño/a no puede tomar bebidas según lo habitual y puede haber riesgo de deshidratación
- El niño/a es muy pequeño, especialmente si tiene menos de 6 meses de vida
- Si el niño/a no está alerta y no responde
- Si la fiebre le dura más de 3 días
- Si los síntomas no mejoran tras 10 días
- Si el niño/a tiene el sistema inmunitario debilitado