Llega septiembre y con él la vuelta al cole está a la vuelta de la esquina. Retomar la rutina tras las vacaciones no solo es duro para los adultos, los niños también pueden sufrir el típico síndrome postvacacional. Esto puede suponer un contratiempo para los niños en edad escolar, sobre todo si la reincorporación se produce de manera repentina y sin un periodo de aclimatación.
Madrugar, la inquietud por conocer nuevos compañeros, el temor a un curso superior más difícil son cuestiones que pueden crear un problema de adaptación en el niño o el adolescente tras largo tiempo con libertad de horarios y rodeados de todo tipo de diversión y estímulos positivos.
ADAPTACIÓN GRADUAL
Durante las vacaciones, es habitual que se produzca entre los más pequeños un cierto descontrol de horarios, especialmente a la hora irse a dormir por la noche. Esta es una razón más para que la recuperación de los hábitos diarios se produzca de forma progresiva y minimizar el estrés, la frustración o sensaciones como irritabilidad, ansiedad o cansancio, entre otros.
En concreto, los expertos aconsejan que, durante las dos últimas semanas de verano, se adelante el momento de acostarse y levantarse con el objetivo de que los niños no noten demasiado el cambio. También consideran necesario restablecer los horarios escolares una semana antes de empezar el colegio. Incluso para recuperar poco a poco el hábito de estudio puede ser útil que una semana antes del inicio del curso los niños se sienten un rato cada día a leer o recordar algunos conocimientos del curso anterior.
LO QUE DICE EL EXPERTO
Àlex Pastor, enfermero especialista en neurofisiología y trastornos del sueño y coordinador asistencial de la Unidad de Sueño Dr. Estivill del Hospital Universitari General de Catalunya, recomienda una readaptación paulatina y considera que es básico regular los horarios de sueño lo antes posible. “Es importante que vayamos introduciendo pequeños cambios de forma gradual en los horarios para establecer de nuevo las rutinas de sueño en los niños”, afirma.
“Tras las vacaciones y con la perspectiva del inminente inicio del curso escolar, los primeros días del mes de septiembre es el momento idóneo para introducir de nuevo las rutinas de sueño más adecuadas para nuestros hijos”, explica el profesional.
RECOMENDACIONES
El objetivo es evitar que el primer día de colegio genere un impacto negativo en los más pequeños. Por ese motivo, los especialistas aconsejan establecer un periodo de adaptación que debe ir acompañado de cambios graduales para volver al horario habitual del sueño.
Para conseguirlo, se aconseja regular la hora de sueño. Se trata de “adelantar la hora de dormir un poco cada noche, entre 10 y 20 minutos, y ayudar a que se despierte un poco más temprano cada mañana, también entre 10 y 20 minutos. Así, cuando empiecen las clases ya estarán en un intervalo horario idóneo para dormir las horas recomendadas a su edad”, recomienda el especialista en neurofisiología y trastornos del sueño.
El especialista del Hospital Universitario General de Catalunya apunta como fundamental que los padres sean constantes con la aplicación de los nuevos horarios y no transgredir esos horarios durante todos los días, incluido el fin de semana. “Hay que ser coherentes para no confundir a los niños, porque cuando son muy pequeños no saben diferenciar un lunes de un sábado", recalca Àlex Pastor, quien enumera otras medidas.
Àlex Pastor recuerda que "es normal que durante los meses de verano los estrictos horarios de todo el curso escolar se dejen un poco de lado, sobre todo los relacionados con el sueño. Tras las vacaciones y con la perspectiva del inminente inicio del curso escolar, los primeros días del mes de septiembre es el momento idóneo para introducir de nuevo las rutinas de sueño más adecuadas para nuestros hijos". De este modo, evitaremos que el primer día de cole, y todo lo que conlleva su adaptación, provoque una situación impactante en los pequeños de la casa.
Otras pautas de higiene del sueño
● Reducir la exposición a la luz azul
Evitar el uso de dispositivos electrónicos como teléfonos móviles, tablets o cualquier aparato que emita luz azul como mínimo una hora antes de ir a dormir. También evitar ver la televisión antes de acostarse. Exponerse a la luz azul, disminuye la liberación de melatonina, que es la hormona que nos induce al sueño, por lo que costará mucho más conciliar el sueño, y éste será más superficial e incluso agitado.
● Evitar las cenas copiosas y comer justo antes de ir a dormir
No deben irse a dormir inmediatamente después de cenar. Hay que intentar cenar al menos dos horas antes de acostarnos, y que las cenas no sean muy pesadas. Una cena ligera, basada en la dieta mediterránea, disminuyendo los hidratos de carbono, facilitará que los niños concilien mejor el sueño.
● Reducir la ingesta de azúcares y excitantes
Durante el verano es normal hacer algún exceso en la ingesta de azúcar y otros excitantes, como helados, chocolate, chucherías, refrescos de cola,… Generalmente son alimentos que, además de proporcionar energía, hacen que resulte muy difícil dormir, o que tener un sueño más movido. Hay que reducir o eliminar estos alimentos varios días antes de empezar el colegio, especialmente a últimas horas de la tarde y sobre todo durante la noche.
● Cuidar el espacio en el que duerme: el dormitorio
Para facilitarles el sueño, se recomienda cuidar el espacio en el que duermen. Para conseguir que duerman bien, y se duerman antes, tenemos que asegurarnos de que su habitación tiene el entorno adecuado: oscuridad, temperatura adecuada y sin dispositivos electrónicos.
Tenemos que facilitar que nuestro hijo duerma solo, de forma autónoma, que suele ser otro de los hábitos que se pierde durante los meses de vacaciones.
Es necesario que los pequeños de la casa retomen los buenos hábitos y sus horarios habituales para que puedan dormir bien y se levanten descansados y con energía
No olvidemos que una vez que comiencen el colegio, al llegar a casa estarán más cansados.
La primera semana de la vuelta a la rutina, es el momento más idóneo para crear el hábito de ir a dormir temprano.
La hora idónea para que los niños en edad escolar se vayan a dormir es entre las 20h y las 21h.