La he visto al salir de la plaza Reial por la calle del Vidre, y me ha parecido un espejismo. No era un simple rumor: ¡La Herboristeria del Rei ha vuelto! La persiana está subida y hay movimiento de clientes bajo la galería de pinturas al óleo que decora la parte superior. No he podido evitar pegar la nariz al escaparate buscando los pequeños cajones con miniaturas en acuarela de paisajes que recordaba. Siguen ahí. Y sí, en el centro del local continúa luciendo aquella fuente de mármol de Carrara con espitas de gas para iluminar y coronada con el busto de Carl Von Linné, naturalista sueco creador del actual sistema de clasificación de plantas. Rebusco en mi cabeza entre los datos: “Obra de los hermanos italianos Baratta Rossi”.
A finales del verano de 2021, la prensa anunciaba que la mítica Herboristería del Rei bajaba la persiana. Y todos pensamos: "Otra víctima mortal de la especulación". Pero no, en contra de lo que creíamos la mayoría (confieso, yo me incluyo), este comercio emblemático con más de 200 años de historia, no estaba condenado a caer en las garras del monocultivo turístico y la especulación inmobiliaria. Su cierre, tras una pugna judicial entre la propiedad y su entonces arrendataria, nada tenía que ver con el degoteo de cierres forzados de otros locales históricos y centenarios azuzados por la ley de la selva de los alquileres disparados en el centro de Barcelona ni tampoco con el canibalismo comercial, sino con un impago de rentas a raíz de la pandemia.
Para sorpresa de muchos, parece que la familia propietaria del edificio nunca tuvo la intención de cesar la actividad original de venta de hierbas, plantas medicinales, especias, mieles, caramelos naturales y demás. De hecho, voy con meses de retraso: la Herboristeria del Rei volvió a abrir sus puertas el pasado 21 de julio. Según cuentan, lo ha hecho respaldada por un contrato de 10 años que, de momento, blinda la continuidad del negocio tal y como nació en 1818.
Lo cierto es que originalmente estuvo en el número 5 de la calle del Vidre, y, años después, se trasladó al número 1. El local fue reformado en 1857, cuando Isabel II nombró a Josep Vilà, su fundador, Herbolario de Cámara de S.M. la Reina, y proveedor de la Casa Real. Francesc Soler i Rovirosa, conocido pintor y escenógrafo de teatro se encargó de las obras y la decoró con motivos ochocentistas e isabelinos.
Con los años, algunas obras de arte fueron retocadas y la tienda pasó por diferentes dueños. A Vilà le sucedieron Antoni Ballart y sus descendientes, hasta que Manuela Ballart falleció en 1994 y la tienda cerró. Dos años después, Trinitat Sabatés, Mestre Herbolaria Artesana, tomó las riendas hasta su cierre en 2021. Con ella tras el mostrador, la tienda adquirió la categoría de Bien Cultural de Interés Local.
Dos años después, la Herboristeria del Rei vuelve con fuerzas renovadas de la mano de la empresaria Pavlinka Doroshenko. Con esta nueva inquilina tras el mostrador y un personal especializado en plantas medicinales, la tienda se centrará en hierbas medicinales, tés, jabones y algunos champús artesanales, ecológicos y similares. Por su parte, el propietario del edificio se ha comprometido, según recogen algunos medios de comunicación, a reinvertir en mejoras destinadas a la preservación de todos los elementos catalogados, exteriores e interiores.
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