Las arritmias son alteraciones en el ritmo cardíaco normal del paciente que suelen estar causadas por complicaciones en las señales eléctricas encargadas de regular los latidos. No tienen por qué ser necesariamente graves, pero pueden ser una señal de otros problemas cardíacos o un peligro inmediato para la salud.
La cardioversión eléctrica es una técnica que ayuda a subsanar los latidos irregulares o acelerados causados por las arritmias, como la fibrilación auricular. Se utiliza para corregir las taquicardias, que aceleran los latidos del corazón o la fibrilación auricular o aleteo, que provoca un latido cardiaco irregular.
¿EN QUÉ CONSISTE?
Este procedimiento consiste en administrar de forma controlada una breve descarga eléctrica para restablecer el ritmo normal del corazón. Este choque eléctrico de menos de un segundo de duración sobre el tórax se aplica con ayuda de dos palas conectadas a un desfibrilador.
“Este procedimiento es capaz de restaurar el ritmo cardíaco normal en los pacientes y, aunque se trata de una intervención programada, puede utilizarse en situaciones de urgencia, señala el doctor Jaume Riba Casellas, especialista en Cardiología del Hospital Quirónsalud Barcelona.
CÓMO SE APLICA LA CARDIOVERSIÓN ELÉCTRICA
Antes de realizar la cardioversión, se seda al paciente para evitar las molestias que puede generar la descarga eléctrica. A continuación, se colocan sobre el tórax dos palas mecánicas conectadas a un desfibrilador. De esta forma, el corazón se queda entre estas dos palas y en el camino del choque eléctrico, mientras la piel queda protegida por dos pegatinas, para prevenir quemaduras o irritaciones.
Por último, se aplica una descarga controlada que dura menos de un segundo tras la que se puede comprobar de inmediato si el paciente ha recuperado el ritmo cardiaco normal.
El procedimiento completo tiene una duración aproximada de un cuarto de hora o media hora, ya que incluye la sedación y la preparación del paciente. Una vez que se ha recuperado de la anestesia, puede regresar a casa.
LA PREVENCIÓN PUEDE SER DECISIVA
Las probabilidades de restablecer el ritmo cardiaco normal son muy altas. Sin embargo, es muy variable y depende de diversos factores, entre los que se encuentran la clase de arritmia, su duración, el tratamiento médico previo y la presencia de otros problemas del corazón o enfermedades asociadas.
En cualquier caso, “hay que advertir que la cardioversión eléctrica trata la arritmia de forma temporal, pero no puede curarla. Por esta razón, siempre se recomienda incorporar hábitos para cuidar la salud del corazón, así como prevenir la presión arterial o recibir tratamiento en caso de padecerla. Igualmente, es aconsejable evitar otros factores de riesgo que pueden aumentar el riesgo de arritmias como el consumo de alcohol o cafeína”, señala el cardiólogo del Hospital Quirónsalud Barcelona.
EFECTOS SECUNDARIOS
La cardioversión eléctrica es una técnica segura, eficaz y muy bien tolerada. La incidencia de complicaciones se sitúa por debajo del 5%.
Lo más habitual es que después de la cardioversión se produzca una irritación o pequeña quemadura en el lugar donde se ha administrado la descarga eléctrica. Igualmente, en personas con enfermedades asociadas, sobre todo cardiacas y pulmonares, también se puede originar insuficiencia cardiaca o respiratoria en las primeras 24 horas.
Otra complicación a tener en cuenta es que las arritmias pueden propiciar trombos en el corazón que podrían llegar a trasladarse a otros órganos durante la cardioversión eléctrica. Esto podría provocar lesiones como el ictus. Para prevenirlo, se puede pautar medicación para la anticoagulación o el estudio ecotransesofágico.
FIBRILACIÓN AURICULAR, LA ARRITMIA MÁS COMÚN
La fibrilación auricular trastoca el ritmo normal del corazón, haciendo que vaya más rápido y sea irregular y poco constante, incluso estando en reposo. “Es como si el latido del corazón temblara”, aclara el cardiólogo.
En el peor de los casos, la falta de sincronía de los latidos puede causar la formación de coágulos dentro del corazón, lo que puede impedir el vaciado total de la sangre en las aurículas. Además, estos coágulos podrían desplazarse a otras zonas del cuerpo, causando graves consecuencias, como el ictus o la embolia arterial periférica.
¿COMO SE DIAGNOSTICA?
Para diagnosticar la fibrilación auricular, se utiliza el electrocardiograma. El principal objetivo del tratamiento es recuperar un ritmo normal en el corazón, y para conseguirlo se puede recomendar la cardioversión eléctrica, prescribir medicación antiarrítmica o realizar la técnica de ablación, además de modificar ciertos hábitos que aumentan el riesgo de sufrir este tipo de arritmias.
La fibrilación auricular se asocia a enfermedades del corazón, como hipertensión e infarto, y también a otros factores, como la predisposición genética, la apnea del sueño, el alcohol, el estrés, el sedentarismo o la obesidad, entre otros.