La torre modernista de Sarrià / INMA SANTOS

La torre modernista de Sarrià / INMA SANTOS

Vivir en Barcelona

Esta torre fue la residencia modernista de un arquitecto ecléctico en Barcelona

La casa, obra de August Font Carrerras, fue un encargo familiar para su hijo y su nuera y destaca por la torre coronada con cubierta cónica y revestimiento de ‘trencadís’

5 octubre, 2023 23:02

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Hacia 1913, el arquitecto August Font Carreras proyectó una casa unifamiliar como domicilio particular en Barcelona en el que vivió hasta su muerte, en 1924, aunque como propietarios firmaron José Maria Font, hijo del arquitecto y su mujer. Es curioso, pero se trata de uno de los pocos edificios de este arquitecto que pueden calificarse de modernistas, pues la mayor parte de su obra es de estilo ecléctico o historicista.

Es una casa de tres plantas (un sótano y dos pisos). En la parte izquierda, destaca una esbelta torre coronada con una cubierta cónica decorada con trencadís, elaborado con azulejos de cerámica esmaltada que forman tres franjas de color marrón, azul marino y blanco, en la parte superior. En la parte de la derecha, la cubierta es inclinada y de teja.

ELEMENTOS TÍPICOS DEL MODERNISMO

Al margen del trencadís que cubre el pináculo cónico de la torre, cabe destacar otros elementos típicos del modernismo, como el hierro forjado con motivos naturales en la barandilla de la escalera de acceso a la puerta de entrada o en el balcón de segundo piso. Los elementos florales también están presentes en la decoración de los postigos de las ventanas y en la puerta que da al balcón, y en la fachada, donde destaca el esgrafiado con tréboles.

La parte superior de la torre modernista de Sarrià / INMA SANTOS

La parte superior de la torre modernista de Sarrià / INMA SANTOS

Originalmente, en el sótano estaba la cocina, un baño y dos habitaciones, que probablemente en su día debían estar destinadas al servicio. En la planta noble estaba el salón, el comedor y un lavabo. Las dos plantas contaban con un patio trasero. El piso superior contaba con otras tres habitaciones y un lavabo.

Acurrucada entre un edificio moderno y otro okupado, la torre Font ha sobrevivido al paso del tiempo sin perder su aspecto señorial, a base de mimos y cuidados. O eso parece, a juzgar por el blanco de su fachada y su estado de conservación.

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