Imagen de la Casa Golferich / INMA SANTOS

Imagen de la Casa Golferich / INMA SANTOS

Vivir en Barcelona

Casa Golferich, la maravilla arquitectónica que irrumpe en las manzanas del Eixample

En 1901, Joan Rubió proyectó para Macari Golferich su primera gran obra, una residencia familiar única que combinaba las formas góticas con las técnicas constructivas modernistas

17 octubre, 2023 23:30

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Es una maravilla arquitectónica que irrumpe en la homogeneidad de las manzanas del Eixample. La Casa Golferich se asoma provocadora a la esquina de la Gran Via de les Corts Catalanes con Viladomat. Recién estrenado el siglo XX, el arquitecto Joan Rubió recibió el encargo de construir una residencia familiar para Macari Golferich, un ingeniero de caminos que había hecho fortuna importando maderas exóticas de América.

VILLA MODERNISTA

El empresario deseaba vivir en una casa modernista diferente a las monótonas y uniformes casas que existían en el Eixample. Dicho y hecho. Rubió optó por incorporar técnicas constructivas innovadoras y materiales típicamente modernistas, y obró la magia: proyectó una villa que rompía con la uniformidad de las construcciones que la rodeaban y que se convirtió en su primera gran obra. Una vez terminada, en 1901, la casa obtuvo una mención especial por parte del Ayuntamiento de la ciudad.

Para empezar, destinó parte del terreno a un jardín que rompía con la disposición de las viviendas de alrededor. En todos los volúmenes el arquitecto utilizó materiales de mamposterías, ladrillos vistos, maderas o cerámicas de sabor gótico, al igual que las principales aberturas, combinándolos con elementos medievales como los tejados con grandes voladizos, la tribuna esquinera sobre Gran Vía y el púlpito sobre el jardín. Pero para la construcción, Rubió tiró de la tradición modernista y combinó una gran variedad de materiales básicos que añadió a los anteriores: piedra, hierro y vidrios policromados. Vertió en algunos detalles la influencia de Gaudí y, en honor al propietario, utilizó los tonos marrones y verdes de las maderas exóticas con las que comerciaba Golferichs.

ESPACIO CULTURAL

Los Golferich vivieron en la casa, conocida como el Xalet, hasta el inicio de la Guerra Civil, cuando los anarquistas la confiscaron y fundaron una universidad popular. Tras la guerra, la casa pasó a manos de una orden religiosa, que fundó una escuela. Y a finales de los años 60, una constructora la compró con la intención de derribarla y construir un edificio de pisos. La movilización vecinal empujó al Ayuntamiento a recuperar la propiedad, que reabrió centro cívico, en 1989. Actualmente, es un espacio cultural especializado en fotografía, gracias al Espai Francesc Català-Roca, y con una programación trimestral de actividades culturales (cursos, conferencias, conciertos, espectáculos y exposiciones). Cultura en estado puro al abrigo de un tesoro modernista.

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