Un guirigai de voces infantiles se descuelga, fachada abajo, desde la terraza del monumental edificio que ocupa la esquina de Via Laietana con Salvador Aulet y . Es la hora del patio en la escuela pública Àngel Baixeras, que brilla bajo el sol de invierno exhibiendo todos sus encantos de edificio simbólico y monumental.
La escuela debe su nombre al arquitecto y financiero, Àngel Baixeras, autor del Plan de Reforma Interior que supuso la apertura de la Via Laietana, uniendo el Eixample con el puerto, tal y como ideó Cerdà. Baixeras donó dinero para la construcción de esta escuela, una generosidad que la Mancomunitat de Catalunya agradeció encargando el grupo escultórico que decora la esquina de Via Laietana con Salvador Aulet, a la altura del primer piso.
ESTILO NOVECENTISTA
El edificio, construido entre 1917 y 1922, es de estilo novecentista con elementos de la arquitectura popular, como los esgrafiados de ángeles y elementos florales y vegetales de la fachada, obra de Francesc Canyelles. El proyecto corrió a cargo de Josep Goday, que formaba parte del plan de creación de centros iniciado por la Comissió de Cultura en 1916. De hecho, esta escuela y La Farigola de Vallcarca fueron las dos primeras promovidas por esta comisión con el fin de dignificar la enseñanza pública de la ciudad.
La escuela se adaptó a los requerimientos higienistas y a los principios de renovación pedagógica. Así, fue la primera con la separación de alumnos por grados y espacios para actividades complementarias; la primera regida por una ideología revolucionaria para la época, basada en la neutralidad religiosa, el bilingüismo, la dignificación del cuerpo docente. Y, a partir de 1935, incorporó también alumnas y profesoras.
GRAN CORNISA CLASICISTA
Arquitectónicamente, para Goday y Canyelles, el interior de los edificios escolares debía ser la continuidad del embellecimiento exterior, tal y como demuestran los elementos decorativos conservados en el edificio: fuentes, baldosas vidriadas, pinturas, esculturas, murales con relieves de estilo grecorromano...
En el exterior, al margen de los grandes esgrafiados de las fachadas, en el exterior destaca la combinación de ventanas de arco de medio punto y rectangulares sin decoraciones, junto a otras de estética clasicista. El edificio está rematado por una gran cornisa clasicista con canecillos novecentistas y una azotea, utilizada como área de juego, en la que antiguamente unos pedestales servían de base para unos jarrones de terracota muy vistosos, que fueron retirados.