El homenaje anónimo de la guerra civil que se ocultó durante años en el Gòtic

El homenaje anónimo de la guerra civil que se ocultó durante años en el Gòtic INMA SANTOS

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El homenaje anónimo de la guerra civil que se ocultó durante años en el Gòtic

A principios de 1937, alguien rebautizó la plaza de Sant Miquel Oriol pintando con petróleo su nuevo nombre, en memoria a los combatientes populares contra la sublevación militar fascista

10 enero, 2024 23:30

En la fachada lateral de la iglesia del Pi, una mano anónima escribió un día de principios de 1937 con alquitrán y en trazo irregular:“Plaça del Miliciá Desconegut” (así, en catalán pero con el acento tan cerrado como incorrecto en la “a”). El autor de la pintada, probablemente miembro de la milicia, rebautizó así, a pinceladas gruesas, la plaza de Sant Josep Oriol en honor a los hombres y mujeres que decidieron defender la Segunda República contra las fuerzas nacionalistas-fascistas.

A partir de entonces, la plaza quedó registrada en los mapas con este nuevo nombre hasta 1939, cuando las tropas franquistas tomaron la ciudad y otra mano anónima se encargó de tapar el improvisado letrero con una tabla de madera. Y así sobrevivió durante toda la dictadura y varias décadas más allá, como un secreto muy bien guardado, esta reliquia olvidada de la guerra.

OBRAS DE REHABILITACIÓN

Un testimonio auténtico de cómo el nomenclátor de la ciudad ha ido cambiando al son de quién tenía el control. Efectivamente, durante la guerra civil se cambiaron de nombre unas 70 u 80 plazas y calles de Barcelona. Cuando las milicias de la clase trabajadora tenían el control, los nombres tendían a ser los de figuras y militantes anarquistas; tras la victoria de Franco, todos los nombres revolucionarios y republicanos se borraron y cambiaron por los de destacados fascistas y partidarios del régimen, y con el regreso de la democracia, los espacios públicos de la ciudad recuperaron paulatinamente los títulos anteriores a la guerra civil.

En 2004, unas obras de rehabilitación de la fachada de la basílica del Pi sacaron a la luz el letrero, que fue restaurado (con falta de ortografía incluida) como un tesoro y que se ha convertido en algo así como un monumento protegido, uno de los pocos que existen en relación con la memoria de la Guerra Civil en las calles de Barcelona.

PLACA DEL AYUNTAMIENTO

El descubrimiento del cartel animó también al Ayuntamiento a colocar una pequeña placa de bronce en el número 2 de la plaza del Pi a solo unos metros. En ella, más pulida, fina y bien escrita puede leerse: “Entre el 1937 y el 1939 aquesta plaça va rebre el nom de Plaça del Milicià Desconegut ‘en memòria d’aquells que van donar la seva vida en defensa del seus ideals’ Barcelona, Abril de 2004”.

Cabe destacar que el Milicià Desconegut en el Pi no es la única inscripción superviviente de aquella época. En la calle Sant Miquel, en la Barceloneta se conservan las letras escritas a mano del “Carrer d’en Miquel Pedrola”, en memoria de otro miliciano, en este caso conocido, Miquel Pedrola, un miembro del Bloc Obrer i Camperol y más tarde del POUM, detenido por los sucesos del 6 de octubre de 1934, cuando el presidente Lluís Companys proclamó el Estado catalán.