Estatua de la gran gamba, diseñada por Javier Mariscal, en el paseo de Colón

Estatua de la gran gamba, diseñada por Javier Mariscal, en el paseo de Colón HUGO FERNÁNDEZ

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Barcelona tiene una gamba gigante en el puerto: este es su curioso origen

El arquitecto decidió crear esta estatua como un reclamo para uno de los múltiples restaurantes del Moll de la Fusta

16 enero, 2024 08:45

Barcelona tiene una estatua de una gamba gigante en el puerto y su origen es de lo más curioso. Esta impresionante pieza de arte, que se alza con orgullo cerca de las aguas del Mediterráneo, no solo se destaca por su tamaño imponente, sino también por la fascinante historia que la rodea.

La gamba gigante, cuyo nombre oficial es "Gambrinus", fue diseñada por Javier Mariscal en el año 1989. Construida en acero inoxidable, la escultura se erige a más de seis metros de altura, convirtiéndola en una presencia imponente y una atracción visual tanto para vecinos como para turistas. La meticulosidad del proceso de creación, que involucró a un equipo de ingenieros y escultores, refleja la dedicación que se invirtió para dar vida a esta obra maestra antes de los Juegos Olímpicos de 1992.

UN RECLAMO PARA UN RESTAURANTE DEL PUERTO

El arquitecto Alfred Arribas, amigo de Mariscal, decidió crear esta estatua como un reclamo para uno de los múltiples restaurantes del Moll de la Fusta. Tras los juegos Olímpicos, muchos establecimientos del puerto se vieron obligados a echar el cierre y, entre ellos, se encontraba el local con la estatua de la famosa gamba.

El monumento a Colón, al final del paseo, muy cerca de donde se encuentra la estatua de la gamba

El monumento a Colón, al final del paseo, muy cerca de donde se encuentra la estatua de la gamba HUGO FERNÁNDEZ

Esta escultura era tan popular que, a pesar de bajar la persiana, el Ayuntamiento de Barcelona decidió conservarla en el muelle. En 2004 la restauraron y, desde entonces, se ha convertido en un símbolo de los cambios que sufrió la ciudad tras el evento deportivo. 

Celebrada como un ícono olímpico, la gamba gigante ha sido testigo de la evolución de Barcelona y ha continuado siendo un punto de encuentro para eventos y celebraciones comunitarias. Su presencia en el muelle encarna la fusión perfecta de arte, historia y simbolismo, recordándonos la importancia de los Juegos Olímpicos de 1992 en la historia y el desarrollo de la ciudad.