Vigila, observa y merodea astuta y sigilosa en su parcela de césped bien visible y de fácil acceso, ubicada en el parque de la Guineueta, donde se instaló en 1971. Es un ejemplar único y original, de unos cinco metros de largo y 1,5 de alto, elaborado a base de trozos recortados de plancha de hierro que configuran un juego de formas al estilo cubista, una combinación de llenos y vacíos que le otorgan una enorme expresividad. La Guineu --así se llama esta obra de arte-- fue creada por el escultor barcelonés Julià Riu Serra para este parque, nacido como una solución a la falta de espacios verdes en una zona de la ciudad que creció desmesuradamente entre los años 50 y 60.

Ese enorme zorro metálico es un claro homenaje al barrio y todo un símbolo del mismo, que se integró sin problema en el ecosistema del parque de la Guineueta, un territorio conquistado para uso y disfrute de los vecinos. El hogar por el que campa a sus anchas La Guineu, inaugurado en 1971, fue obra de los arquitectos Joaquim Casamor y Antoni Riera, y el ingeniero Albert Serratosa, y se construyó en un terreno muy degradado, sobre una antigua bóvila y el torrente de la Guineu. Como por arte de magia, aquella zona –prácticamente un barranco--, se convirtió en un lugar agradable y tranquilo para pasear, un pequeño pulmón que hacía de frontera entre la Guineueta y Verdum.

La estatua de la Guineu en una imagen de archivo INMA SANTOS

En 2018 se llevó a cabo una reforma que ha mejorado la imagen y la accesibilidad a esta importante área verde del barrio. En la parte superior, que da a la Ronda de Dalt, se encuentra el campo de fútbol y varios equipamientos deportivos; en la parte inferior, la más ajardinada del parque, merodea tranquila La Guineu. Desde aquí, rodeada de césped y muy cerca del lago, sigue vigilando el barrio más de medio siglo después de su llegada.

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