Cuatro meses después de su inauguración, la exposición Miró-Picasso cierra sus puertas superando todas las expectativas. Casi medio millón de visitantes se interesaron por la muestra y, lo que es más sorprendente, es que el 25% del total es público local.
Miró-Picasso ha despertado el interés de los barceloneses porque forma parte de la identidad de la ciudad. En el caso del Museo Picasso, frecuentado principalmente por turistas, la muestra ha conseguido atraer a más del 20% de locales. Para su director, se trata de una buena cifra teniendo en cuenta que hace unos años apenas llegaba al 2% de público barcelonés. "Es sorprendente porque todo el mundo sabe que uno nunca visita sus propios museos, pero sí el de otras ciudades cuando viaja", señala Emmanuel Guigon a Metrópoli.
En el caso de la Fundació Miró --otro de los museos más importantes de Barcelona aunque menos concurrido por turistas--, el porcentaje de público local ha sido más elevado, del 30%. "Ha sido un regalo para los visitantes, pero sobre todo para los de Barcelona. Nos ha permitido sentirnos orgullosos de nuestra ciudad", asegura el director Marko Daniel.
Una exposición única en la historia
La exposición ha conseguido atraer a muchos barceloneses, conscientes de que sería una oportunidad única para ver algunas de las obras de los artistas. Para Guigon, Barcelona tiene pocas exposiciones con tantos visitantes, pero esta muestra ha conseguido elevar la capital catalana hasta niveles en los que se encuentran ciudades como París o Nueva York. "Estábamos seguros de que llegaríamos a los 400.000 visitantes, pero hemos ido más allá. Incluso hay gente que no ha podido venir porque no había más sitio", reconoce Guigon a este digital.
Para Daniel, el placer ha sido realmente ver la reacción de los visitantes. "Los comentarios de alegría y entusiasmo que hemos recibido de los visitantes han confirmado que nuestra apuesta era correcta", asegura a este digital.
Para Xavier Marcé, concejal de Cultura del Ayuntamiento, la exposición interpela tanto a vecinos de la ciudad como al público internacional. Como ya señaló en una entrevista en Metrópoli, es necesario que las iniciativas que se impulsen en la ciudad busquen una mirada exterior, atraer a turistas, pero no se deben olvidar de sus habitantes. En su visita a la exposición, el concejal lo dejó claro: "El día en el que consigamos un equilibrio entre turistas y barceloneses, nos sentiremos orgullosos".
Poner Barcelona en el mapa
Cinco años han tenido que pasar para llevar a cabo esta exposición. Para los directores de Museo Picasso y Fundació Miró era una muestra "obvia" que sus predecesores ya tenían en mente, pero que nadie se decidió a emprender. Para Guigon tenía mucho sentido dentro del contexto de conmemoración del 50 aniversario de la muerte de Picasso, que a su vez coindice con el cuarenta aniversario del fallecimiento de Miró.
"Hemos trabajado durante años para conseguir hacer realidad este sueño compartido. Era necesario hacer este proyecto y nosotros hemos tenido el privilegio y la responsabilidad de poder hacerlo", explica Daniel.
El proyecto, la exposición y la programación alrededor de Miró-Picasso se ha basado en la historia y el patrimonio de Barcelona. Para ambos directores, uno de los objetivos de la muestra es defender el tejido cultural de Barcelona, desde el MNAC hasta las galerías de arte emergentes. "El retorno para la ciudad será muy positivo. Ganará en imagen y reputación", asegura Marko Daniel.
El legado de Miró y Picasso
Joan Miró y Pablo Picasso mantuvieron una estrecha amistad durante más de cincuenta años y escogieron Barcelona para dejar el legado de su obra en forma de centros de arte monográficos. Para rendirles homenaje, la exposición Miró-Picasso ha reunido más de 330 obras y documentos de 35 museos y colecciones públicas y privadas de todo el mundo, permitiendo por primera vez en la ciudad, contemplar obras de ambos artistas, como 'Autoretrat' de Miró, cedido por el Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York, y 'Las tres bailarinas' (1925) de Picasso, proveniente de la Tate Gallery de Londres.