Barcelona es una ciudad repleta de rincones con encanto. Muchas calles de la capital catalana --muchas de ellas desconocidas-- guardan detalles de otras épocas que hacen que sean únicas. Una de las más peculiares se encuentra en el distrito de Horta-Guinardó: Aiguafreda.
Pozos de agua y lavaderos
La calle de Aiguafreda es una callejuela estrecha donde se encuentra un conjunto de pequeñas casas, muchas de las cuales todavía conservan los pozos de agua y algunos lavaderos. Según cuenta la tradición, servían para hacer la colada de la gente acomodada de Barcelona y que son los restos arquitectónicos de una forma de vida de la denominada “industria de las lavanderas de Horta”.
Una tradición que, dicen, proviene del siglo XVII, cuando en la Barcelona amurallada y con falta de agua y espacio, la burguesía decidió dar la ropa para lavar a las lavanderas de Horta, una práctica que se extendió hasta el principio del siglo XX.
De acceso público
Aiguafreda es una calle que parece de acceso privado, pero no lo es. No obstante los vecinos de la zona mantienen la vía en muy buen estado y piden que los visitantes respeten su tranquilidad.