La hipermetropía es un trastorno ocular que afecta al 13% de la población española. Este problema visual puede evolucionar y presentar diversas complicaciones si no se diagnostica y trata adecuadamente.
Esta patología se caracteriza por la dificultad para enfocar objetos cercanos, mientras que los distantes suelen ser percibidos con mayor claridad. Además, puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen, especialmente en actividades que requieren una visión de cerca, como leer, escribir o trabajar frente a un ordenador. La fatiga ocular y los dolores de cabeza pueden afectar la productividad y el bienestar de una persona. Sin embargo, con la corrección adecuada, muchos pacientes pueden experimentar una mejora notable en su visión y en su calidad de vida.
¿Cómo se produce?
La hipermetropía se produce cuando el globo ocular es más corto de lo normal o cuando la córnea tiene una curvatura insuficiente. Esto provoca que la luz que entra en el ojo se enfoque detrás de la retina en lugar de sobre ella, lo que deriva en una visión borrosa de los objetos cercanos. Aunque puede ser hereditaria, la hipermetropía también puede desarrollarse con el tiempo debido al envejecimiento del ojo.
Este trastorno ocular requiere atención desde la infancia hasta la edad adulta. Con un diagnóstico temprano y opciones de tratamiento adecuadas, es posible abordar esta condición de manera efectiva y prevenir complicaciones a largo plazo.
Síntomas y Diagnóstico
Los síntomas de la hipermetropía pueden variar de leves a graves e incluyen visión borrosa de cerca, fatiga ocular, dolores de cabeza y dificultades para concentrarse al leer. Es fundamental someterse a exámenes oftalmológicos regulares para detectar y diagnosticarla. Los profesionales de la salud visual utilizan una variedad de pruebas, como la evaluación de la agudeza visual y la medición de la refracción ocular, para determinar la presencia y la gravedad de la hipermetropía.
La hipermetropía puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen, especialmente en actividades que requieren una visión de cerca, como leer, escribir o trabajar en una computadora. La fatiga ocular y los dolores de cabeza pueden ser síntomas frecuentes que afectan la productividad y el bienestar general. Sin embargo, con la corrección adecuada, muchos pacientes pueden experimentar una mejora notable en su visión y en su calidad de vida.
Una cuestión de enfoque
Expertos en el campo ofrecen una visión integral sobre la hipermetropía, sus signos de alarma, diagnóstico, opciones de tratamiento y posibles complicaciones. Así, el doctor Carlos Vergés, jefe del Servicio de Oftalmología del Instituto Oftalmológico Quirónsalud Dexeus, explica en qué consiste la hipermetropía.
“El ojo del hipermétrope tiene un sistema de enfoque muy potente, lo que llamamos el sistema acomodativo. El músculo ciliar y el cristalino corrigen el problema. Pero es un arma de doble filo porque, aunque sí es cierto que consigue que los niños con altas hipermetropías puedan ver bien, por otro lado, obligan al ojo a hacer un sobreesfuerzo continuamente. Hay una sobreactivación del sistema acomodativo”, alerta el oftalmólogo.
Inherente al nacimiento
Vergés hace hincapié en que la hipermetropía es una condición inherente al nacimiento y explica que, si bien los bebés recién nacidos pueden presentar hasta seis dioptrías de hipermetropía, no es necesario actuar de inmediato. “No hay que corregirlas”, asegura porque “con el paso del tiempo, esta hipermetropía tiende a disminuir gradualmente hasta alcanzar valores mínimos en la infancia tardía”.
El especialista del Instituto Oftalmológico Quirónsalud Dexeus detalla cómo evoluciona este trastorno a lo largo de los años y plantea el abordaje quirúrgico con láser como una de las mejores opciones de tratamiento. “Este procedimiento, realizado con láser de femtosegundo, puede ofrecer resultados efectivos y seguros”, afirma
Señales de alarma
Desde el servicio de Oftalmología Pediátrica, la doctora Fernanda Barros enfatiza la importancia de estar atentos a los signos de alarma en los niños, como entrecerrar los ojos al leer, irritación ocular, dolores de cabeza o dificultades para ver de cerca. Destaca la relevancia del diagnóstico correcto, que incluye el uso de colirios de ciclopléjico para evaluar la refracción ocular de manera precisa.
“Para hacer el diagnóstico correcto en hipermetropía en niños, es fundamental el test de las gotas, que consiste en colocar colirios ciclopléjicos para hacer que el músculo interno del ojo quede totalmente en reposo y conseguir una refracción total de la hipermetropía en cada ojo”, explica la especialista.
La doctora Barros también indica la idoneidad de terapias complementarias como la técnica de enfoque y desenfoque. Se trata de ejercicios que mejoran las habilidades para conseguir un mayor rendimiento visual. Las terapias visuales que se pueden usar para los pacientes pediátricos con hipermetropía “pueden ser unos ejercicios de lectura o mediante unas plataformas de videojuegos”. “
La especialista recomienda el uso de gafas en niños menores de nueve años, de parches en el caso de que tengan, además, algún riesgo o ya manifiestan algún signo de ambliopía, y, a partir de la adolescencia, se puede optar por el uso de lentes de contacto (lentillas) para actividades puntuales, como hacer deporte.
Hipermetropía y cefalea
El doctor José Bóveda, especialista en Neuroftalmología, ahonda en la relación entre la hipermetropía y la cefalea, y comparte las claves para diferenciarlo de otros dolores de cabeza.
“La cefalea por hipermetropía generalmente se da en la región frontal, periocular y con tendencia a irradiarse a la parte posterior de la cabeza. No es una cefalea, por ejemplo, como la de las migrañas, que es de un solo lado de la cabeza ni tras estar jugando o entretenido en otras cosas sino posterior, sobre todo, a efectos visuales”.
Para valorarlo, se realiza una Cicloplejía “para ver la cantidad de graduación necesaria”, explica el doctor Bóveda. “Empezamos con una graduación baja y, poco a poco, cada seis meses o cada año vamos a seguir aumentándola hasta conseguir llegar al máximo de esa hipermetropía”, añade. “Es en ese momento cuando el adolescente se da cuenta de que necesita las gafas cuando comprueba que esos dolores de cabeza o ese cansancio van desapareciendo”, recalca el neuroftalmólogo.
Cómo se trata
En cuanto a las opciones de tratamiento, el doctor Carlos Vergés, experto en Oftalmología, coincide con el doctor Bóveda y la doctora Barros en que las gafas son la opción principal para corregir la hipermetropía en niños, aunque en los adolescentes esta solución puede ir acompañada del uso de parches o lentes de contacto.
"A medida que el niño crece, podemos ofrecer tratamientos definitivos para eliminar la hipermetropía y quedar libre del uso de gafas o lentillas", señala el doctor Vergés. En edades de 20 a 40 años la cirugía refractiva se presenta como una la opción más recomendable mientras que, a partir de los 40 años planteamos la cirugía con implante de lentes intraoculares para eliminar la hipermetropía de forma permanente.
Sin embargo, la oftalmóloga Verónica Ribas advierte de posibles complicaciones asociadas a la hipermetropía en adultos mayores, como la aparición del glaucoma. “La estructura ocular más pequeña en pacientes hipermétropes puede predisponer a esta condición, lo que subraya la importancia de una atención continua y un diagnóstico precoz.
“A partir de los 40 años, el paciente hipermétrope tiene un ojo más pequeño, lo que genera un conflicto de espacio. Al tener menos espacio, sube la presión intraocular, lo que va a generar una compresión sobre los vasos sanguíneos y las fibras nerviosas. Y esta compresión va a causar un daño del nervio óptico. Esto es lo que se conoce como glaucoma de ángulo estrecho, detalla la doctora Ribas.