Las vacaciones de verano suponen una ruptura en el ritmo vital de los niños y una pérdida de la disciplina en los horarios, la alimentación y las actividades escolares. Ante el inicio del nuevo año escolar, los padres se enfrentan a la necesidad de preparar a sus hijos para regresar a la rutina escolar.
La vuelta al cole, al igual que a los adultos regresar al trabajo, puede suponer un duro trance para nuestros hijos, dependiendo, eso sí, de la personalidad de cada uno. Por este motivo, los padres deben intentar que sea lo menos traumática posible. No todos los niños viven ese momento de la misma forma y los adultos deben ayudarles a recorrer esa transición.
Readaptación a lo cotidiano
Volver a lo cotidiano y a las obligaciones también puede resultar problemático para los pequeños de la casa. Al igual que los adultos, ellos han desconectado del día a día durante las vacaciones. Han sido más de dos meses largos sin horarios, sin madrugones, sin deberes, sin profesores, sin actividades extraescolares y sin exámenes.
Por todo ello, algunos menores (entre un 5% y un 8%) también pueden sufrir el llamado síndrome o depresión postvacacionales, un proceso de adaptación a la vuelta a la rutina que se manifiesta en forma de una serie de síntomas.
Los padres, como ejemplo
"Es fundamental que los padres muestren alegría y entusiasmo en el primer día de escuela. Este comportamiento positivo puede influir en la actitud de los niños hacia el regreso a clases”, recomienda el doctor Héctor Boix, jefe del servicio de Pediatría del Hospital Universitari Dexeus.
"Es recomendable, si es posible, visitar la escuela unos días antes y poder explicar a los niños qué actividades harán y también quién los irá a recoger cuando acabe la jornada escolar", añade.
Reiniciar la rutina académica
Si durante las vacaciones los niños no han realizado actividades académicas, es aconsejable que unos días antes de empezar la escuela dediquen un rato diario a pequeñas tareas escolares, como leer, dibujar o hacer ejercicios de matemáticas. “Esto ayuda a reactivar la mente y a retomar el hábito de estudio”, asegura el doctor Héctor Boix.
Involucrar a los niños en la preparación del material escolar puede ayudarles a sentirse más entusiasmados y responsables por el nuevo curso. Permitir que vean los libros que usarán y participen en la organización de sus útiles escolares puede hacer que se sientan parte del proceso.
Para facilitar la transición de los horarios de vacaciones a los escolares, es útil comenzar a regular las actividades diarias. Se recomienda programar actividades físicas más intensas durante la mañana, como ir a la playa o jugar en la piscina, y dejar las actividades más tranquilas para la tarde. “Esto ayuda a que los niños se vayan a la cama más temprano, adaptándose gradualmente al horario escolar”, afirma el pediatra.
Regular el sueño y las comidas
Regular los horarios de sueño también incide positivamente en los horarios de las comidas. “Al despertar más temprano, los niños pueden desayunar temprano, tener hambre a la hora del almuerzo escolar (alrededor de las 14:00 h) y cenar más temprano, lo que facilita un desayuno saludable al día siguiente”, sugiere el doctor Boix.
El jefe de pediatría del HU Dexeus enfatiza la importancia de un desayuno completo y saludable antes de empezar la jornada escolar, ya que es fundamental para el rendimiento académico y el bienestar general de los niños. “Un buen desayuno debe incluir fruta, lácteos y carbohidratos saludables como cereales o tostadas”, concluye.