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En el corazón de Barcelona, algunas cafeterías aún mantienen el encanto arquitectónico del siglo XX. Entre ellas destaca el Café Vienés, situado en el paseo de Gràcia. Este local conserva su diseño original, con columnas de mármol rosa, puertas del 1900 y elegantes detalles dorados que evocan la época.
El Café Vienés se encuentra en la planta baja de la Casa Fuster, un emblemático edificio frente a los Jardines de Salvador Espriu, en el límite del barrio de Gràcia. La Casa Fuster, diseñada por el arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner en 1908, es ahora sede del Hotel Casa Fuster, y fue concebida originalmente como un lujoso regalo.
Una historia marcada por el lujo y la transformación
El edificio fue encargado por el empresario mallorquín Mariano Fuster i Fuster, quien quiso obsequiar a su esposa, Consuelo Fabra i Puig, hija del Marqués de Alella, con una residencia exclusiva. Tras obtener los permisos en 1905, la familia construyó esta majestuosa casa. Sin embargo, los altos costes obligaron a los Fuster i Fabra a abandonarla a principios de los años veinte. A lo largo de los años, el lugar acogió diversos negocios, como una barbería y el famoso salón de baile “El Danubio Azul”.
Fachada del Hotel Casa Fuster
Casa Fuster
En los años cuarenta, el espacio se convirtió en el Café Vienés, que rápidamente se consolidó como un punto de encuentro para artistas e intelectuales. Hoy, el café conserva su estilo con sillones de terciopelo granate y lámparas de bronce, aunque sus precios siguen siendo elevados.
Los jueves al atardecer, el Café Vienés cobra vida con actuaciones de jazz en directo, manteniendo su legado como uno de los lugares más exclusivos y encantadores de Barcelona.