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La cirugía endoscópica, una solución fiable cuando falla el tratamiento conservador
Se trata de una técnica poco invasiva que ofrece buenos resultados con menos complicaciones postoperatorias
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La hernia discal, una patología común de la columna vertebral, representa una de las principales causas de dolor en la espalda baja y extremidades. Aunque la mayoría de los casos responden a tratamientos conservadores, cerca del 20% de los pacientes requieren intervención quirúrgica, siendo la microdiscectomía uno de los métodos más empleados.
Es una afección que puede tener múltiples orígenes, desde problemas mecánicos como traumatismos, movimientos forzados de repetición, hasta un componente genético, pero el principal motivo por el que se produce es degenerativo. Es muy raro ver a personas menores de 30 años sufrir esta patología.
Solución menos invasiva
Con el tiempo las fibras de colágeno del anillo fibroso se van degenerando y pierden elasticidad, por lo que después de deformarse ya no son capaces de volver a su posición previa y poco a poco se van rompiendo.
En los últimos años, los avances en cirugía endoscópica han transformado el abordaje de esta patología, puesto que proporciona soluciones menos invasivas y con mejores resultados de recuperación.
“Hoy en día, la cirugía endoscópica ha evolucionado hasta convertirse en una técnica mínimamente invasiva que cumple con el objetivo de aliviar la compresión nerviosa con menos complicaciones postoperatorias”, señala el doctor Augusto Covaro, especialista en cirugía de columna en el Hospital Universitari Dexeus.
Diagnóstico y síntomas
Para el diagnóstico de una hernia discal, la resonancia magnética es la herramienta más certera, al permitir identificar el tamaño y localización exacta de la hernia.
La sintomatología varía según el área afectada y la presión ejercida sobre los nervios, e incluye dolor irradiado hacia las piernas o brazos, entumecimiento, calambres, y en casos graves, pérdida de control de esfínteres, lo que constituye una urgencia médica.
Los síntomas más comunes son:
- Dolor en la zona lumbar o cervical, dependiendo de la ubicación de la hernia.
- Dolor irradiado hacia las extremidades, como ciática en las piernas.
- Entumecimiento y hormigueo en áreas inervadas por el nervio afectado.
- Debilidad muscular y disminución de reflejos en las extremidades.
- Dolor al movimiento, tos o estornudos, debido al aumento de la presión en la zona afectada.
Tratamientos: opciones y beneficios
Para los pacientes cuyo tratamiento conservador no ha sido efectivo, la cirugía mínimamente invasiva representa una opción eficaz.
Estos procedimientos innovadores, que incluyen microdiscectomía, discectomía endoscópica, nucleoplastia y laminectomía, permiten un abordaje focalizado en la extracción o reducción del material herniado sin dañar los tejidos adyacentes.
Entre los tratamientos más comunes destacan:
- Microdiscectomía: Utiliza un microscopio quirúrgico para eliminar la porción del disco que presiona el nervio, minimizando la invasión en los tejidos circundantes.
- Discectomía endoscópica: A través de una pequeña incisión y con ayuda de un endoscopio, se retira el material del disco desplazado.
- Nucleoplastia: Este procedimiento utiliza una sonda de radiofrecuencia o energía térmica para reducir el tamaño de la hernia, aliviando la presión en los nervios afectados.
- Laminectomía y laminotomía: Implican la remoción parcial o completa de una porción ósea para liberar espacio alrededor de las raíces nerviosas.
- Foraminotomía endoscópica: Consiste en ampliar el foramen vertebral donde el nervio queda atrapado, proporcionando alivio sin necesidad de incisiones amplias.
Ventajas
Los métodos quirúrgicos mínimamente invasivos ofrecen múltiples beneficios respecto a la cirugía tradicional:
- Recuperación rápida: Los pacientes pueden regresar a sus actividades cotidianas con mayor rapidez.
- Menor dolor postoperatorio: Gracias a la mínima agresión en los tejidos circundantes, el malestar después de la operación es considerablemente menor.
- Reducción del riesgo de complicaciones: Menor incidencia de infecciones y otros efectos adversos.
- Estancias hospitalarias más cortas: En muchos casos, los pacientes pueden someterse al procedimiento de manera ambulatoria o con una breve hospitalización.
Mejor recuperación
Las técnicas avanzadas en el tratamiento de la hernia discal han revolucionado la atención a esta patología, brindando a los pacientes una recuperación más eficiente y menos dolorosa. Para quienes padecen esta afección, contar con opciones de cirugía mínimamente invasiva significa una mejora en su calidad de vida, con una reducción del dolor y una recuperación mucho más rápida.
“La evolución de estas técnicas ha supuesto un gran avance en nuestra capacidad para aliviar el dolor y mejorar la función del paciente sin exponerlo a largos periodos de inactividad o riesgo de complicaciones graves”, afirma el doctor Covaro.