'Alegrías', la escultura en el barrio de Canyelles de Barcelona

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La escultura más flamenca de Barcelona se esconde en Canyelles: homenaje a una indomable líder vecinal

  • Ignasi Farreras representó en una bailaora la fuerza, la resistencia y la pasión, cualidades del flamenco que definieron la incansable lucha de María Ángeles Rivas por un Canyelles más digno
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En el corazón del parque Josep Maria Serra Martí, en el barrio de Canyelles, alza los brazos al aire y arranca por bulerías Alegrías, una escultura que captura el espíritu indomable del flamenco y la fortaleza de quienes luchan por su comunidad.

Creada en 1998 por el escultor Ignasi Farreras Casanovas, esta obra está hecha de hierro colado sobre acero cortén y descansa sobre una base de hormigón de forma curva que evoca un tablao flamenco. Sobre este escenario cobra vida y movimiento la figura de una bailaora de formas difusas y dinámicas, en plena expresión artística.

Los faralaes de su vestido otorgan a la bailaora una sensación de movimiento continuado que entrelaza la esencia vibrante del baile flamenco. Corre el rumor popular de que está inspirada en el estilo inconfundible de Carmen Amaya, la célebre bailaora barcelonesa nacida en el Somorrostro, cuyo legado sigue vivo en diversos rincones de la ciudad, como el restaurante 7 Portes o los jardines de Joan Brossa. Quién sabe; en todo caso, “si no è vero, è ben trovato”, ya que Amaya, con su fuerza y su pasión, personificó la resistencia y el arte, una dualidad que también define la historia detrás de esta escultura.

Alegrías, más allá de evocar al flamenco, es un sentido homenaje a María Ángeles Rivas, una líder vecinal que dedicó su vida a mejorar las condiciones de vida en Nou Barris. Llegó a Barcelona con sus dos hijos en 1968, tras vivir en Marruecos, Tánger y Suiza.

Una vida más digna

Se instalaron primero en una pensión de la plaza Reial antes de mudarse a la Guineueta y, después, a Canyelles, donde su lucha se centró en asegurar viviendas dignas para las familias trabajadoras. Ella fue la primera presidenta de la Asociación de Vecinos y Vecinas de Canyelles, desde donde lideró protestas para evitar expropiaciones injustas y garantizar infraestructuras necesarias, como la red de telefonía.

Rivas no solo impulsó mejoras urbanísticas, como la reubicación de los lavaderos en las galerías de las viviendas, sino que también defendió los derechos de las mujeres, participando activamente en las primeras Jornadas Catalanas de la Dona en 1976. Su legado de activismo comunitario, que ligaba lo personal con lo político, la convirtió en un referente en la historia vecinal de Barcelona.

Visto así, todo un acierto la elección de una bailaora en acción para recordar a una líder vecinal. Fuerza, resistencia y pasión son cualidades que definen el espíritu flamenco, cuya vibrante energía conecta a la perfección con el carácter combativo y decidido de Rivas, quien lideró incansablemente las reivindicaciones de los vecinos de Canyelles en busca de una vida más digna.