Un cirujano practica una incisión durante una artroscopia de rodilla

Un cirujano practica una incisión durante una artroscopia de rodilla QUIRÓNSALUD

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Artroscopia: la cirugía que cuida las articulaciones

Es un tipo de cirugía mínimamente invasiva que permite solucionar una lesión articular con la misma eficacia de la cirugía convencional, pero con un menor riesgo para el paciente, una recuperación más rápida y un resultado estético más favorable

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La artroscopia es una técnica quirúrgica avanzada y mínimamente invasiva que permite diagnosticar y tratar problemas en las articulaciones con gran precisión. Es una alternativa segura y efectiva a la cirugía tradicional, ideal para quienes sufren dolor persistente y no encuentran alivio con fisioterapia o medicamentos.

Gracias a la tecnología de vanguardia y un equipo médico especializado, la artroscopia puede ser la clave para recuperar calidad de vida y mejorar la movilidad sin largos períodos de recuperación.

¿Cómo funciona la artroscopia?

Este procedimiento utiliza un pequeño dispositivo llamado artroscopio, que se introduce en la articulación a través de una incisión diminuta. “El artroscopio cuenta con una cámara de alta resolución que transmite imágenes en tiempo real a un monitor, lo que permite a los especialistas visualizar con precisión el interior de la articulación”, explica el doctor Joaquim Casañas, de Traumaunit, en el Centro Médico Teknon. A través de otras pequeñas incisiones, se introducen instrumentos quirúrgicos especializados que permiten reparar el daño sin necesidad de grandes cortes.

Los beneficios de esta técnica incluyen un menor riesgo de infecciones, menos dolor postoperatorio, cicatrices mínimas y una recuperación mucho más rápida en comparación con la cirugía abierta. De hecho, en la mayoría de los casos, el paciente puede volver a casa el mismo día y retomar sus actividades diarias en un corto período de tiempo.

Ventajas de la artroscopia

Entre sus principales ventajas, "la artroscopia es un procedimiento mínimamente invasivo que permite una recuperación más rápida en comparación con la cirugía tradicional, con menor riesgo de complicaciones como infecciones o coágulos sanguíneos, menos dolor postoperatorio y menor uso de analgésicos", indica el doctor Casañas.

Además, permite tratar múltiples afecciones en una sola intervención y favorece la mejor preservación de los tejidos y estructuras articulares.

¿Cuándo se recomienda este procedimiento?

La artroscopia es especialmente recomendada para personas con dolor articular persistente que no mejora con tratamientos convencionales, molestias que aumentan con el movimiento, lesiones deportivas como rotura de menisco o ligamentos, daño en el cartílago articular, inflamación recurrente o acumulación de líquido sinovial.

También es útil para quienes presentan sensación de bloqueo o inestabilidad en la articulación, dificultades para realizar movimientos normales y en casos de artritis, donde puede contribuir al diagnóstico y tratamiento mediante limpieza articular. 

¿Cómo se realiza la intervención?

"El procedimiento se desarrolla en tres pasos principales. Primero, se realizan estudios médicos previos como radiografías, resonancias magnéticas y análisis clínicos para confirmar que el paciente es apto para la cirugía y determinar el alcance del daño articular. Luego, bajo anestesia local, regional o general, el cirujano realiza pequeñas incisiones en la articulación para introducir el artroscopio y los instrumentos necesarios. Dependiendo del diagnóstico, se pueden realizar reparaciones de ligamentos, meniscos o cartílago, eliminar fragmentos sueltos o limpiar la articulación", explica el especialista.

Finalmente, tras la intervención, el paciente regresa a casa el mismo día con indicaciones específicas sobre cuidados, medicación y un plan de rehabilitación personalizado que incluye ejercicios de fisioterapia para optimizar la