Ignasi Taltavull, alto y claro sobre la dificultad de la vivienda en Barcelona: "Pienso que quizás no pueda vivir aquí"

La dificultad para acceder a una vivienda digna en Barcelona se ha convertido en una de las principales preocupaciones para toda una generación.

La ciudad, que durante años ha vendido una imagen de modernidad, creatividad y calidad de vida, parece cada vez más inaccesible para quienes la habitan y trabajan en ella.

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El guionista y cómico Ignasi Taltavull ha expresado con franqueza su preocupación por la situación habitacional en Barcelona, afirmando: “Pienso que quizás no pueda vivir aquí”.

En una entrevista profundamente crítica, Taltavull combina su visión personal con observaciones culturales y sociales sobre la vida en la ciudad condal.

Vivienda rehabilitada en El Raval Ayuntamiento de Barcelona

Una relación de amor y desencanto con Barcelona

Taltavull define su vínculo con la ciudad como una suerte de amistad intensa y contradictoria: “Tengo una relación con Barcelona como con un amigo de toda la vida de quien piensas: ¿Por qué somos amigos?’”.

Reconoce que, si se limita al disfrute meramente turístico, ve Barcelona como un lugar fascinante: “Me gustaría vivir en Barcelona como turista, con la copa de cava en el catamarán”, libre de preocupaciones cotidianas y obras eternas.

El drama del acceso a la vivienda

El artista advierte del encarecimiento creciente de la vivienda en la ciudad: “Vivimos en un momento en que es mala noticia que reformen tu calle, porque quiere decir que quizás no podrás pagar el siguiente alquiler”.

Cartel de una vivienda en alquiler Inteligencia artificial

Esta lógica lleva a cuestionar la pertenencia a la ciudad: “Quizá lo que me retenía aquí ya no está… el precio sube más… Sientes que quizás no tiene sentido formar parte de la ciudad”.

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El boom de la comedia... con precariedad

Taltavull también resalta el momento positivo que atraviesa la comedia en Barcelona: "La comedia vive un buen momento en la ciudad de Barcelona, pero sigue siendo un trabajo muy precario. Faltan más ayudas".

Aunque reconoce que el público responde bien, asegura que el sector carece de estabilidad y requiere respaldo institucional para consolidarse como profesión.

El lado más auténtico de una ciudad contradictoria

Pese a sus críticas, el cómico celebra la infinitud de contrastes que ofrece Barcelona: paseos espontáneos por la Diagonal, la atmósfera caótica del Gòtic o el encanto de la Vila Olímpica.

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“Me gusta este momento de caos… quizás también porque me inspira ver a la gente y ves todo el contraste”, afirma, describiendo una urbe viva, intensa y llena de contrastes.

¿El ideal turístico vs. la realidad habitual?

Ignasi confiesa sus deseos de vivir la ciudad como visitante, al margen de la presión habitacional y las reformas interminables: "Un año de disfrutar la ciudad como está y después ya reformarlo todo". Una reflexión que plantea un posible descanso existencial antes de reengancharse a la vida cotidiana.

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Su testimonio tiene eco en la sensación creciente entre jóvenes profesionales: trabajar en Barcelona ya no garantiza poder quedarse. La aspiración de pertenencia se choca con procesos urbanos excluyentes, que empujan a replantearse el proyecto vital en una ciudad que ya no resulta accesible.