Montaje de Gabriel García Márquez con Barcelona

Montaje de Gabriel García Márquez con Barcelona Archivo

Vivir en Barcelona

Pocos lo saben, pero esta es la relación de Gabriel García Márquez con Barcelona: "El súmmum de mi vida se cumplió en esta ciudad"

El periodista y escritor colombiano fijó su residencia en la capital catalana durante unos años antes de volver a Barranquilla 

Así es el barrio más rico de Barcelona: más de 120 años de historia y un gran legado

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Barcelona ha sido, durante décadas, una de las grandes cunas literarias de Europa. Ciudad de editores, cafés y librerías centenarias, ha inspirado a generaciones de escritores que encontraron en sus calles un refugio creativo y una plataforma internacional.

Desde el bullicio de la Rambla hasta la serenidad de Sarrià, la capital catalana ha sido escenario y protagonista de incontables novelas, ensayos y crónicas, convirtiéndose en un punto de encuentro entre la literatura y la vida.

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Uno de los personajes más relevantes de la literatura internacional fijó precisamente su residencia en la capital catalana. Se trata de Gabriel García Márquez. Para el colombiano, Barcelona fue mucho más que el lugar donde vivió, fue donde alcanzó la cúspide de su vida creativa.

“El súmmum de mi vida —que había sido ser escritor profesional— se cumple en Barcelona”, afirmó el Nobel de Literatura en una entrevista que hoy recuperamos en Metrópoli.

El paso de Gabo por Barcelona

Gabo, como lo conocían sus lectores y amigos, vivió en la ciudad entre 1967 y 1975, años que marcaron su consolidación como escritor global y periodista con mirada crítica. En Sarrià, primero en la calle República Argentina y luego en la emblemática Caponata, dio forma a obras clave como El otoño del patriarca, Doce cuentos peregrinos y relatos no ficcionales como Relato de un náufrago.

El escritor Gabriel García Márquez en La Rambla de Barcelona / Archivo

El escritor Gabriel García Márquez en La Rambla de Barcelona / Archivo

Xavi Ayén, periodista y especialista en literatura latinoamericana, ha confirmado que varios de los relatos escritos durante esa etapa incluyen referencias claras a escenarios como Horta, la Barceloneta o la Rambla. “Barcelona no solo le dio estabilidad. Le dio un lenguaje urbano, un paisaje narrativo y una comunidad editorial y literaria única”, apunta.

El laboratorio del “escritor profesional”

García Márquez vivía en Barcelona con una rutina casi monástica: se levantaba a las seis, leía la prensa en la cama y escribía durante horas. Luego venía el café, la charla, y nuevamente el aislamiento.

Llevaba la vida del perfecto escritor profesional”, dijo. Pero no sin advertencias: “De pronto encontré que eso era esterilizante”.

El creador de Macondo sintió que la comodidad de la ciudad y la rutina comenzaban a secar la raíz de su creatividad. “Ese es un peligro que veo permanentemente”, confesó, refiriéndose al aislamiento que acompaña a la fama y al oficio literario.

Por ello, en busca de nuevas emociones y estímulos vitales, escapó temporalmente a Barranquilla y al Caribe. Quería experiencias frescas, esa “materia prima del periodismo” que consideraba indispensable también para la literatura.

Gabriel García Márquez en una imagen de archivo

Gabriel García Márquez en una imagen de archivo

El periodismo: una nostalgia siempre viva

Aunque la novela le dio fama mundial, el periodismo fue, según sus propias palabras, su “oficio vivencial”.

“Me ha dejado una gran nostalgia... ir al lugar de la noticia... tirarse en paracaídas si fuese necesario”, dijo con cierta melancolía. Relato de un náufrago, publicado originalmente en 1955, fue un hito en su carrera. Y aunque muchos pensaron que la historia era ficción, García Márquez fue tajante: “En ese reportaje no hay ni un solo detalle inventado. Eso es lo formidable”.

“Si hubiera imaginado esa historia lo diría, inclusive con mucho orgullo”, aseguraba el escritor en la entrevista. 

Lo que para otros sería fantasía, él lo logró desde el rigor periodístico: reconstruyendo memoria, detalles y emociones. “Yo, haciendo una especie de trabajo de psicoanálisis, lo ayudaba a recordarlos... y así logramos reconstruir toda su aventura”, explicó.

Gabriel García Márquez en una imagen de archivo

Gabriel García Márquez en una imagen de archivo EFE

Una ciudad, muchas vidas

Barcelona fue el punto de inflexión para un hombre que siempre vivió entre el realismo y lo mágico, lo cotidiano y lo extraordinario.

Años después de dejar la ciudad, Gabo volvió discretamente. Porque, como él mismo dijo, “viajar es regresar”. Y de alguna forma, nunca se fue del todo.