Artes marciales, defensa personal y entrenos funcionales. Todo combinado y con una particularidad: solo para mujeres.
El pasado 13 de septiembre abrió sus puertas en la calle Padilla de Barcelona Espai Defensa Personal, un centro pionero que combina todo lo mencionado en un entorno exclusivo para mujeres.
Sonja, de Espai Defensa Personal, durante la entrevista con Metrópoli
El proyecto está liderado por Sonja, experta en artes marciales y psicóloga, y Ale, responsable del área fitness y de la gestión del espacio.
De talleres en coche a un centro propio
Ambas fundadoras atienden a Metrópoli en el nuevo espacio, que todavía está a medio gas, pero listo para su puesta en marcha.
“Es culminar un sueño que empezamos a cocinar poco a poco. Arrancamos dando talleres por toda Catalunya, después pasamos por coworkings y polideportivos, y ahora por fin tenemos un centro propio, hecho a nuestra medida y pensado para nosotras”, explica Sonja.
Sonja, de Espai Defensa Personal, durante la entrevista con Metrópoli
Un espacio con identidad propia
La nueva sede contará con tatami, zona de boxeo y entrenamiento funcional. Estas salas serán, además, polivalentes: permitirán acoger talleres, charlas y actividades más allá del ámbito deportivo.
“Queremos que sea un lugar donde también se hable de salud, de psicología, de derechos o de temas que interesan a las mujeres. Un espacio vivo y en red”, remarcan.
El interior de Espai Defensa Personal antes de la inauguración
La comunidad es, precisamente, uno de los pilares del proyecto. Muchas de las alumnas que comenzaron en los talleres iniciales siguen hoy formando parte del grupo.
“No solo entrenamos, también hemos tejido una red de apoyo muy fuerte entre mujeres. Eso es lo más valioso”, aseguran sus impulsoras.
Interior de Espai Defensa Personal
Una visión holística de la autodefensa
El enfoque del centro va más allá de las técnicas físicas. Sonja, psicóloga de formación y con trayectoria en artes marciales, subraya que la defensa personal no se limita al imaginario de un ataque en la calle.
Sonja, de Espai Defensa Personal, durante la entrevista con Metrópoli
“La violencia puede aparecer en muchos contextos: en casa, en el trabajo, en las relaciones personales. Nosotras trabajamos desde lo físico, lo psicológico y lo social, porque entender cómo se generan y se sostienen las dinámicas de violencia es fundamental para prevenirlas”, explica la mujer.
Sonja, de Espai Defensa Personal, durante la entrevista con Metrópoli
Todas las edades
En cuanto al perfil de las alumnas, Sonja y Ale detallan que es variado, aunque con un peso importante de mujeres entre los 30 y 40 años que nunca habían practicado deporte en espacios tradicionales.
“Muchas llegan porque buscan sentirse seguras, pero se quedan porque descubren una actividad que conecta con su cuerpo en un entorno de confianza. Algunas incluso han superado experiencias de violencia machista”, apuntan.
Sonja, de Espai Defensa Personal, durante la entrevista con Metrópoli
Desafíos y futuro
Las impulsoras reconocen que emprender no es fácil: “Hay mucha ilusión, pero también miedo. Son muchos gastos y riesgos, aunque el apoyo de las alumnas ha sido clave para dar este paso”.
Sonja, de Espai Defensa Personal, durante la entrevista con Metrópoli
De cara al futuro, su meta es consolidar el proyecto y expandirlo a más mujeres. “Queremos cambiar la visión limitada de la autodefensa, demostrar que es útil en la vida cotidiana y no solo ante una agresión en la calle. Y también ser plataforma para que otras mujeres puedan desarrollar sus propios proyectos”.
Sonja, de Espai Defensa Personal, durante la entrevista con Metrópoli
Un mensaje para las indecisas
A quienes aún dudan en dar el paso, les lanzan un mensaje claro: "Entrenar defensa personal no solo te prepara para defenderte. Te cambia la manera de caminar, de expresarte y de poner límite".
"Te hace sentir más segura en la calle, en tu trabajo o en tu familia. Queremos que Espai Defensa Personal sea más que un gimnasio: que sea su casa”, añaden.