Imagen de archivo de un aviso de calor este verano en Barcelona

Imagen de archivo de un aviso de calor este verano en Barcelona David Zorrakino - EP

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Las noches tropicales se triplicarán y las olas de calor serán 11 veces más frecuentes en Barcelona a finales de siglo

La capital catalana podría registrar hasta 250.000 fallecimientos por temperaturas extremas de aquí a 2100 si no se generalizan las medidas de adaptación al calor y se mantiene la actual tendencia de emisiones de gases de efecto invernadero

Las olas de calor en Barcelona podrían rozar los 45 grados a final de siglo

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Barcelona enfrenta los efectos del cambio climático, que año tras año evidencian la urgencia de implementar medidas efectivas para mitigar sus impactos. Una nueva realidad ante la que resulta imprescindible adaptarse.

Sobre todo frente a las advertencias de los expertos, que alertan de que los días de calor extremo podrían multiplicarse por once a finales de siglo, o de que las inundaciones que este fin de semana anegaron el sur de Catalunya podrían afectar al 40 % de los habitantes del centro de Barcelona en 2050.

Sobre estos y otros impactos profundiza la Fundación AXA Climate en el informe ‘Adaptarse a la nueva normalidad: Barcelona ante el cambio climático’, que ha elaborado junto a la Cambra de Comerç.

Más muertes por calor

El calor extremo, las inundaciones y el estrés hídrico son las vulnerabilidades principales a las que ya se enfrentan los barceloneses. Una situación que tenderá a acentuarse de aquí a finales de siglo si la ciudad no adopta medidas frente al calor y si mantiene la tendencia actual de emisiones de gases de efecto invernadero.

Sobre las altas temperaturas, el informe advierte: para 2100, las olas de calor se multiplicarán por 11 y las noches tropicales por tres. Si en 2014 se registró un promedio de 22 días calurosos –con temperaturas superiores a los 30 grados–, en 75 años se alcanzarán los 80 días.

El número de noches tropicales también ascenderá de las 38 a las 112 al año, y los días con temperaturas por encima de los 33 grados pasarán de 3 a 34, es decir, más de un mes suplementario.

Este aumento drástico del calor provocará, según AXA Climate, 250.000 fallecimientos adicionales de aquí a finales de siglo, convirtiendo Barcelona en la ciudad europea con más muertes por este motivo.

Turistas paseando por La Rambla

Turistas paseando por La Rambla GALA ESPÍN Barcelona

Aumento de las inundaciones

Alrededor del 40 % de los habitantes del centro de Barcelona –unos 608.400 vecinos–, se verán afectados por las inundaciones en 2050incluso contando con sistemas de defensa activos. Las lluvias torrenciales asociadas a las DANAS se postulan como el riesgo principal.

“Estos efectos del cambio climático ya son visibles en nuestro territorio, con consecuencias palpables como las lluvias que han afectado al sur de Catalunya y que, afortunadamente, no han sido tan devastadoras como las registradas en Valencia”, ha destacado Josep Santacreu, presidente de la Cambra de Comerç.

La experta en gestión de riesgos por inundaciones de AXA Climate, Claudia Ylla, ha recalcado que, en un principio, el Puerto de Barcelona y el Aeropuerto del Prat quedarían fuera de peligro al tratarse de instalaciones diseñadas para resistir eventos extremos. Las zonas más expuestas se concentran en torno al Delta del Llobregat, donde confluyen alta densidad de población, industria y actividad agrícola y donde también se están proyectando grandes obras de crecimiento urbano.

Sectores más afectados

Según indica el informe, para Barcelona y Catalunya, la subida de temperaturas significaría una pérdida del 14 % de su PIB per cápita de aquí a 2050. Los sectores más afectados ante el cambio climático son la agricultura, la construcción, la industria y el turismo, este último con cambios en la oferta y la demanda.

La intensidad y duración de las olas de calor han tenido un gran impacto sobre el sector turístico. Con temperaturas por encima de los 30 grados, los visitantes prefieren destinos más frescos. Con la trayectoria actual de emisiones, se estima que un hotel perderá el 16,31 % de su valor por daños materiales por inundaciones.

Obreros trabajando en las obras del Camp Nou

Obreros trabajando en las obras del Camp Nou SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

En la construcción, donde el trabajo al aire libre es constante, el calor representa más de un tercio de las muertes laborales. Las temperaturas también pasa factura a la productividad. AXA estima que los trabajadores podrían perder hasta dos semanas laborales al año de aquí a 2030, y que el desempeño físico podría caer entre un 15 % y un 30 % cuando se superan los 35 grados.

Adaptarse a la sequía

Al calor se suma el estrés hídrico, que de la mano de la sequía convierte a Barcelona y su área metropolitana en las zonas más afectadas por ambos factores. Y las previsiones futuras no son nada esperanzadoras: según apunta el informe, la capital catalana estará 1,4 veces más expuesta a la falta de agua en 2050 que hoy. Esto se traduce en un 194 % de estrés hídrico para entonces.

Lo que ahora son episodios puntuales de sequía extrema, en menos de 20 años podría cronificarse convirtiéndose en la norma anual, con la demanda de agua superando casi el doble de los recursos disponibles.

La sequía tiene numerosos impactos sobre la sociedad. Entre ellos destacan la reducción del acceso al agua potable y el aumento de la factura de agua a nivel social, así como el encarecimiento de los alimentos, el deterioro de las infraestructuras y la disminución del atractivo turístico, con consecuencias directas en la economía.

El rol del sector privado

Por eso, el sector privado juega un papel fundamental en la mitigación de los efectos del cambio climático. Entre las herramientas disponibles, las más sencillas de implementar y con mayores beneficios incluyen la organización de campañas de sensibilización, la medición del estrés térmico y el aumento de los chequeos médicos para los empleados.

Otras medidas, con un coste mayor pero igual de efectivas, abarcan el rediseño de los espacios de trabajo, la implementación de protocolos de seguridad laboral y la instalación de fachadas verdes.