Es la unidad más especializada de los Mossos d'Esquadra. Y también una de las más discretas. Los agentes que la forman se enfrentan a situaciones estresantes. Trabajan bajo presión, como todos. Pero tienen un componente añadido: se juegan la vida ante explosivos o amenazas químicas, biólogicas e incluso radiológicas.
El edificio de Egara, el complejo central de los mossos en Sabadell, es la base de los TEDAX-NRBQ. Encargados de neutralizar explosivos y gestionar distintos peligros, su trabajo implica precisión, riesgo y una preparación constante. Cada intervención, de hecho, puede marcar la diferencia entre el peligro y la seguridad.
Pocas veces aparecen en los focos, pero Metrópoli ha podido acceder al museo y a los despachos de la unidad TEDAX, donde su jefe, el subinspector Eduard Bosch, ha atendido a este medio.
"Somos los que estamos cuando los demás deben alejarse"
Allí, entre robots, trajes blindados, cajas metálicas y explosivos ya neutralizados se mueven los agentes. Con los años han ido recopilando los objetos y herramientas de las intervenciones a las que se han enfrentado. Algunas aún conservan los mensajes de los delincuentes que dejaron notas escritas a mano con instrucciones para los policías. O con advertencias.
Artefactos explosivos con los que ha trabajado la unidad TEDAX de mossos a lo largo de los años
El subinspector Bosch los describe como “los que entran cuando todos los demás deben alejarse”. Su trabajo comienza justo en el punto donde los protocolos obligan a evacuar y a suspender cualquier otra intervención. Cada actuación es un ejercicio de precisión, paciencia y nervios de acero.
“Nuestra misión principal es dar seguridad en todos los eventos, que nadie salga perjudicado y conseguir pruebas para llevar a la justicia a quien sea autor de estos hechos”, explica a este medio.
El subinspector y jefe de TEDAX de mossos, Eduard Bosch, durante la entrevista con Metrópoli
Amenazas de ayer y de hoy
Bosch reconoce que gran parte de su trabajo sigue vinculado a hallazgos de la Guerra Civil. “En el año 2024 todavía retiramos y destruimos 375 artefactos. Aproximadamente la media anual está sobre los 400”, detalla.
A estos se suman las amenazas más modernas: sobres, cartas o paquetes que pueden contener desde artefactos simulados hasta materiales químicos o biológicos.
Artefactos explosivos con los que ha trabajado la unidad TEDAX de mossos a lo largo de los años
Fácil acceso con Internet y la IA
El jefe de los TEDAX advierte del riesgo de que “hay pocas organizaciones con capacidad, quizá solo estados, que puedan ejecutar un atentado de este tipo”, pero recuerda que los conocimientos y herramientas actuales facilitan que incluso individuos puedan intentar crear riesgos.
Evolución de los trajes protectores con los que ha trabajado la unidad TEDAX de mossos a lo largo de los años
“Lo que pasa con Internet y la inteligencia artificial es que la barrera del conocimiento se ha escapado. Ahora es mucho más fácil acceder a información de cómo hacer un artefacto o un riesgo químico”, comenta, señalando a los conocidos como los “McGyvers”: cócteles incendiarios de fabricación casera elaborados con productos de uso cotidiano.
Artefactos explosivos con los que ha trabajado la unidad TEDAX de mossos a lo largo de los años
La tecnología como espada de doble filo
Bosch reflexiona sobre esta evolución tecnológica de los TEDAX: “Antes, un iniciador era un reloj temporizado bastante básico; ahora podemos encontrar sistemas con Arduino o incluso con inteligencia artificial que son más difíciles de atacar”. Reconoce que la misma tecnología que salva vidas también puede ser usada para hacer daño.
Artefactos explosivos con los que ha trabajado la unidad TEDAX de mossos a lo largo de los años
Además, la colaboración internacional es clave. “Estamos en contacto con Europol, con CNP y la Guardia Civil, y tenemos un intercambio técnico muy grande. Por delante de todo está la vida de las personas, pero hay un plus por el riesgo que implica”, añade.
Un simulador de chaleco explosivo
Formación extrema
Esta área de mossos cuenta actualmente con unos 55 efectivos distribuidos por toda Catalunya. Actualmente, 21 alumnos cursan la formación más dura del cuerpo: 15 meses de especialización en desactivación de explosivos y riesgos NRBQ.
Artefactos explosivos con los que ha trabajado la unidad TEDAX de mossos a lo largo de los años
“Es un curso muy duro. Cuando tengamos estos nuevos efectivos, reforzaremos el área y seguiremos dando cobertura a todo el territorio catalán”, comenta Bosch.
Evolución de los trajes protectores con los que ha trabajado la unidad TEDAX de mossos a lo largo de los años
La formación no solo exige resistencia física --“el uniforme pesa más de 40 kilos y hay que poder trabajar con él durante horas”— sino también operativa. Cada intervención combina conocimientos teóricos con práctica de campo, incluyendo descontaminación y uso de herramientas especializadas.
Herramientas y perfiles
La unidad trabaja con todo tipo de instrumentos, pero no hay una “herramienta estrella”. “Lo ideal es trabajar con todas las necesarias, depende de la situación. Cada intervención es distinta; lo que salva la vida en un caso puede ser inútil en otro”.
Artefactos explosivos con los que ha trabajado la unidad TEDAX de mossos a lo largo de los años
El perfil de los TEDAX también ha evolucionado: “Cada vez es más técnico. Hay químicos, biólogos, ingenieros… y los veteranos complementan ese conocimiento científico”. La combinación de formación práctica y teórica garantiza que la respuesta a la amenaza sea óptima.
Artefactos explosivos con los que ha trabajado la unidad TEDAX de mossos a lo largo de los años
El factor psicológico
Aunque la formación es intensa, la experiencia real es distinta. “Psicológicamente, cuando te enfrentas a una situación real, por muy preparado que estés, hasta que no lo vives no sabes cómo reaccionar”, dice Bosch.
Por ello, la preparación incluye incluso ejercicios internos donde los compañeros crean trampas controladas para entrenar a los demás. Cualquier precaución es poca.
Santa Bárbara, patrona de los artilleros y mineros y, por lo tanto, también de los TEDAX
Casos emblemáticos
Uno de los casos más difíciles a los que se enfrentó Bosch y su equipo fue el conocido como Caso Alcanar. Una fábrica de explosivos improvisados ilegal en Europa que representaba un riesgo extremo.
“Ahí sabías que se jugaban la vida, hubo dos explosiones muy violentas y había trampas preparadas por los terroristas. Parte de la resolución fue gracias al trabajo de campo y a la búsqueda de pruebas como un pendrive con información de los terroristas”, recuerda.
Artefactos explosivos con los que ha trabajado la unidad TEDAX de mossos a lo largo de los años
Falsas alarmas, pero vigilancia constante
Aunque la mayoría de las alertas terminan siendo falsas, Bosch insiste en que la vigilancia nunca se relaja: “Siempre que atacamos un objeto sospechoso lo hacemos con todas las garantías de seguridad, por nosotros y por los ciudadanos”.
Artefactos explosivos con los que ha trabajado la unidad TEDAX de mossos a lo largo de los años
El subinspector recuerda que incluso las falsas amenazas están perseguidas por la ley, y quien las provoca puede enfrentarse a sanciones penales.
TedaxArtefactos explosivos con los que ha trabajado la unidad TEDAX de mossos a lo largo de los años
Nuevas amenazas
Finalmente, Bosch destaca cómo los conflictos actuales han traído nuevas preocupaciones, como los drones utilizados en Ucrania.
“No solo preocupa a Mossos, sino a todos los TEDAX de Europa”, advierte, reforzando la idea de que el riesgo es global y requiere preparación constante.
