El gato de bronce de Botero que da la bienvenida a la Rambla del Raval / H.F.

El gato de bronce de Botero que da la bienvenida a la Rambla del Raval / H.F.

Ciutat vella

La Rambla del Raval, la vía vecinal más diversa de la ciudad

La arteria peatonal donde es posible tomás un té con menta y unas tapas 'cool'

5 septiembre, 2018 10:59

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La Rambla del Raval es una vía de diversidad, más de nacionalidades y colores de piel que de clases porque desde que se levantó este barrio, sigue siendo lugar donde habita, básicamente,  gente trabajadora, gente vulnerable o al margen de la sociedad. Aquellos que encauzan la vida por unos derroteros al margen de la ley o que les consume día a día, con un pinchazo en una vena o con un puñado de polvo blanco.

Muy combatida por los barceloneses y las autoridades para limpiar sus calles de prácticas perjudiciales y calles estrechas, antiguas, empedradas, sombrías que mueren en esta arteria que atraviesa el barrio del Raval desde la calle Hospital hasta la de Hospital de Sant Pau.

UN PASEO DIGNIFICADO CON EL TIEMPO

Una vía que permitió dignificar el antiguo barrio chino, uno de los más pobres y degradados de la antigua Barcelona.

Hoy, la Rambla del Raval luce bordeada por palmeras y con bancos a ambos lados compartidos por gentes que viven en la calle, sus mascotas, jóvenes hispters, estudiantes, vendedores ambulantes y vecinos que festejan decenas de fiestas populares. A un lado, bares insólitos y al otro lado, se levanta un hotel vanguardista cuya terraza permite unas vistas de 360º sobre la ciudad. 

Un ejemplo de mala praxis que degrada la imagen del Raval / HUGO FERNÁNDEZ

Un ejemplo de mala praxis que degrada la imagen del Raval / HUGO FERNÁNDEZ



Un paseo en el que nunca cesa la actividad, no tiene horarios. Sus cafés abren temprano y ofrecen desayunos muy sencillos para los trabajadores. Otros, esperan al mediodía para levantar las persianas y ofrecen más tés y cafés con un vaso de agua porque los clientes ya no son madrugadores, si no, gentes que salen a comprar baghrir, madres que visten pashminas antes de comenzar sus clases de castellano o catalán.

KEBABS Y TAPAS 'COOL'

Por último, los restaurantes alinean sus mesas en la Rambla, apuran cada metro para acoger a los turistas que se acercan a ver el famoso gato que protagoniza el espacio. Un restaurante discreto y caro, al lado de los llamados ‘kebabs’ , que no son el local, si no, la carne desmechada propia de los países balcánicos y del Cáucaso, cuyos regentes, se encuentran a caballo entre las oficinas de extranjería y las cocinas de estos lugares frecuentados por los jóvenes locales porque son baratos.

Locales para tapear ‘cool’, beber té, cerveza, sangría o un vino de bodega, todo ello ofrece la Rambla del Raval. Incluso bocadillos cargados de pinchos y patatas fritas, sí.

Local 'kebab' situado en la rambla del Raval / H.F.

Local 'kebab' situado en la rambla del Raval / H.F.



 

ESPACIO DE EMPODERAMIENTO VECINAL

Sin embargo, la Rambla del Raval también es un espacio que el vecindario ha hecho muy suyo: se organizan muchas actividades pluriculturales y a veces, interculturales. Una muestra es el Mercado Abierto del Raval, una feria de diseñadores urbanos donde es posible encontrar piezas singulares hechas con muchísima imaginación casi todos los domingos por la mañana.

La escultura de Botero, símbolo del Raval / H.F. 

La escultura de Botero, símbolo del Raval / H.F. 



EL GATO DE BOTERO

Y como no, el alma de la Rambla, del que han hecho bandera sus vecinos y por el que Barcelona entera identifica el Raval, se trata de un gato. Una escultura volumétrica creada por el artista colombiano Fernando Botero. Un gato de bronce que da la bienvenida a la rambla del Raval desde la calle de Sant Pau. Símbolo del paseo, tuneado y fotografiado millones de veces por turistas y barceloneses.