Compré la T-Jove a principios de febrero y ahora ya no la puedo usar”, denuncia un usuario de Transports Metropolitans de Barcelona en las redes sociales. “En pocas semanas se levantarán las restricciones de movilidad y necesitaré el billete para poder ir a trabajar”, indica otro cliente en el perfil corporativo de TMB.

Varias personas se han puesto en contacto con este medio para preguntar cómo y cuándo podrán recuperar el importe de las tarjetas caducadas por la pandemia del coronavirus. Los tickets van desde los 11,35 euros –T-Casual de una zona que consta de 10 viajes integrados– hasta la T-Jove, que puede costar hasta 222,25 euros si el usuario se mueve diariamente desde Manresa hasta Barcelona, por ejemplo.

LOS USUARIOS SIGUEN ESPERANDO UNA SOLUCIÓN

A principios de la reclusión, la Autoridad del Transport Metropolità (ATM) explicó que se coordinaría con los operadores del transporte público y las administraciones para compensar los títulos de TMB y el resto de servicios que no se hayan podido utilizar. Tras dos meses de encierro, el consorcio todavía no ha dado una solución para estos usuarios.

 

Por contra, la misma organización indica a Metrópoli Abierta que la solución que han encontrado para todos los clientes es que conserven el ticket para que más tarde puedan recibir una restitución. “Les recordamos que desde el 13 de marzo se acordaron medidas para gestionar la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 y una de ellas es que se establecerán mecanismos para compensar los títulos de movilidad que no se hayan podido usar los días afectados por la emergencia”, indican desde la ATM.

 

"EN CUANTO ACABE EL ESTADO DE ALARMA"



Un usuario del autobús sujetado un billete de TMB / EUROPA PRESS

“Para poderse beneficiar de esta restitución será imprescindible que el usuario conserve el billete adquirido y en las condiciones de mantenimiento adecuados. Una vez finalice el estado de alarma informaremos de los mecanismos de compensación a través de los canales oficiales de la ATM”, afirman desde el organismo público.

Pero la pregunta va más allá. Con el levantamiento de las restricciones aprobado en el plan de desescalada, hay clientes que se han visto obligados a viajar hasta la capital catalana para trabajar. Es el caso de Carlota, una empleada del sector de la comunicación que reside fuera de la ciudad y el AMB y hace dos días se vio obligada a bajar a Barcelona. La usuaria del transporte público tiene la T-Jove caducada –son tres zonas y por lo tanto el billete que adquirió antes del aislamiento le costó 147,55 euros–.

El lunes la clienta no pudo utilizar la tarjeta que le permitía viajar ilimitadamente porque ya había vencido la fecha de adquisición y, por lo tanto, se vio obligada a comprar un billete sencillo a un precio de 2,40 euros a la espera de la retribución del ticket anterior. Al ponerse en contacto con la organización le argumentaron que "estaban estudiando estos casos" pero que todavía no se había decidido nada.

Por lo tanto, desde la Autoridad del Transporte Metropolitano aseguran que los usuarios recibirán la compensación pero "cuando acabe el estado de alarma". Lo que significa que los viajeros irán comprando otra clase de billetes sabiendo que estos no serán retribuidos.

 

100 MILLONES DE VALIDACIONES MENOS



Un usuario del metro de la empresa TMB accede a la estación de Diagonal / HUGO FERNÁNDEZ

Metrópoli Abierta informó que TMB cifra en 60,8 millones de euros las pérdidas registradas durante las ocho primeras semanas del estado de alarma decretado por Pedro Sánchez. En esos dos meses, el metro y los autobuses de Barcelona han perdido 100 millones de euros. De los casi 110 millones registrados en marzo y abril de 2019 se ha pasado a poco más de 10 millones en 2020. 

En Barcelona, dos de cada tres usuarios que utilizan el transporte público se desplazan en metro y el otro en autobús. En los últimos días, muchos usuarios han expresado su temor a coger el transporte público por miedo a posibles contagios. Aún así, el gobierno municipal mantiene su presión a los vehículos motorizados pese al malestar de muchos comercios.

¿Y LA T-MOBILITAT?

A finales del año pasado varias terminales de Barcelona fueron sometidas a un lavado de cara para dar paso a la T-Mobilitat. La tarjeta unipersonal que se podrá recargar y que aportará información de cada usuario tendrá que esperar todavía unos meses más. La Generalitat aseguró que “se empezaría a implementar a partir de abrir” pero está optando por la prudencia, y más en tiempos de pandemia.

El conseller de Territori, Damià Calvet, aseguró la semana pasada en el Diari ARA que “la intención era que durante estos meses se realizaran pruebas piloto sobre el billete sin contacto” pero indicó que “no lo habían podido hacer”. En este sentido, el miembro del gobierno catalán señaló que “cuando sea posible anunciaremos la nueva fecha”.

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