El hotel Arts pierde 35 millones en dos años por la pandemia
La empresa propietaria ha firmado con la banca acreedora este año un préstamo de 297 millones
13 diciembre, 2022 00:00Noticias relacionadas
Hotel de la Villa Olímpica SA (Hovisa), dueña del edificio del hotel Arts, ha suscrito el presente ejercicio una operación financiera de altos vuelos. Consiste en un préstamo bancario de 297 millones. Los fondos se han empleado para amortizar un crédito anterior de 214 millones. El sobrante se invertirá en una reforma integral del inmueble. Se prevé que el desarrollo de las obras se extienda hasta 2024.
RECUPERACIÓN ESCASA
La pandemia surtió efectos mayúsculos sobre el lujoso establecimiento de la Ciudad Condal. El ejercicio 2020 fue aciago por el cierre forzoso durante muchos meses. En 2021, tras el levantamiento de las restricciones y la llegada de los turistas, los ingresos se recuperaron con ímpetu, aunque todavía siguieron muy por debajo de los niveles que registraban antes de la aparición del covid.
PATRIMONIO BAJO MÍNIMOS
Lo que no experimentó cambios de signo es el resultado, que siguió anclado en la senda deficitaria. Las pérdidas sumaron 12,1 millones, equivalentes a la mitad del saldo negativo de 2020.
El bienio negro ha impactado sobremanera en el patrimonio de Hovisa. Ahora contabiliza unos recursos propios de solo 19 millones. Tal magnitud incluye una inyección de su accionista, realizada en el curso del último año, por un importe de 27 millones.
Año | Ingresos |
Resultado |
2021 | 25,8 | -12,1 |
2020 | 12,3 | -22,9 |
2019 | 84 | 13,7 |
2018 | 85 | 15 |
2017 | 92 | 20 |
2016 | 89 | -0,67 |
2015 | 85 | 20 |
2014 | 83 | 28 |
CAMBALACHES CONTABLES
Hovisa valora en sus libros el rascacielos del puerto olímpico en 240 millones. La firma tiene suscrito desde 1989 un acuerdo con la sociedad Luxury Hotels (exRitz Carlton), por el que esta actúa como operadora exclusiva y gerente del cinco estrellas gran lujo. El contrato tiene vigencia hasta 2038. Luxury soporta todos los gastos relacionados con el personal y después los factura a Hovisa. Asimismo, Luxury percibe un 2% de los ingresos brutos del hotel y el 10% de los beneficios, con un límite máximo del 6,5% de los ingresos.
INVERSORES DE EEUU Y JAPÓN
La historia de Hovisa es muy movida. Nació a finales de los años ochenta, con dos socios principales, el visionario norteamericano Ware Travelstead y la firma nipona Sogo, titular de centros comerciales de lujo. Pretendían erigir un alojamiento icónico de la Barcelona del momento, que estaba a punto de celebrar los Juegos Olímpicos. Desde el inicio, el proyecto sufrió un aluvión de problemas e imprevistos. Debido a ellos, su ejecución comenzó con mucho retraso. Luego, todo se desmadró.
SUSPENSIÓN DE PAGOS
El avance de las obras acarreó un desastre tras otro. Los precios se dispararon. La construcción, presupuestada en 270 millones de euros, acabó costando 540. El bloque gemelo de Mapfre, situado en el mismo enclave, salió por menos de la mitad. El hotel se inauguró a trancas y barrancas para los juegos. Pero dos meses después de clausurase estos, el enorme endeudamiento contraído por Hovisa hundió la compañía en una quiebra de 360 millones de pasivo. A la sazón, la compañía llevaba embalsados unos quebrantos de 400 millones.
INVERSORES AVISPADOS
Desde entonces, la propiedad ha cambiado de manos varias veces, a la vez que el activo barcelonés experimentaba una revalorización insólita. Travelstead y Sogo desaparecieron del mapa. Un grupo inversor articulado por Javier Faus, del que formaban parte Deutsche Bank y Patron Capital, aprovechó la oportunidad para hacerse en 2001 con el inmueble por 285 millones.
POTENTADOS
Tres años después, Deutsche y Patron vendieron el 80% de Hovisa por 280 millones, y retuvieron el 20% restante. El consorcio comprador se componía de Esther Koplowitz, de la constructora FCC; la familia Entrecanales, de Acciona; Rosalía Mera, ex esposa de Amancio Ortega; el navarro Juan María Antoñana Latienda, de los supermercados Enaco, que había transferido a Caprabo mediante el consabido pelotazo; y el banquero andorrano Manuel Cerqueda, de Andbank.
Por fin, en 2006 los magnates peninsulares soltaron su particular petardazo y afloraron sus plusvalías. Todos ellos traspasaron el 100% de Hovisa al fondo inversor Banzai (vinculado al Estado de Singapur), por 417 millones. En sus manos continúa.