Un ‘tiburón’ de la construcción se lleva 22,5 millones para reconstruir el Mercat de l’Abaceria
El grupo Comsa, que remodelará el emblemático recinto, está controlado por los Miarnau (de los más ricos de España) y los Sumarroca (implicados en el ‘Caso 3%’)
3 diciembre, 2023 23:15Noticias relacionadas
Gràcia está de enhorabuena. Después de que hace un año se aprobara el proyecto de remodelación del Mercat de l’Abaceria, por fin se pone hilo a la aguja y el Ayuntamiento de Barcelona se remanga la camisa: en 24 meses, el lugar donde se había ubicado el antiguo mercado de Travessera de Gràcia volverá a cobrar vida y a abrir paradas. La estructura metálica replicará la que había, que era incapaz de soportar las reformas. La cobertura del antiguo mercado databa de 1892 y su reconstrucción llevaba fecha de 1965. Hacía falta una remodelación en profundidad, pero hasta ahora no se ha materializado ese proyecto.
A finales del siglo XIX comenzó en este espacio, la plaza de la Revolución, un mercadillo al aire libre con algunas paradas, que se llegó a convertir en el gran mercado del barrio: esas paradas se trasladaron al anexo mercado cubierto, propiedad de la familia Puig Martí, que ahora da nombre a una de las calles que lo circundan. Con el tiempo, el ayuntamiento cambió el terreno, de 1.572 metros cuadrados, por unas licencias de obras en otro lugar y se hizo con la propiedad. Ahora, el consistorio lo renueva completamente para adaptarlo a los tiempos modernos.
SERVICIOS PARA VECINOS
El mercado pasará, así, de la Revolución a la evolución: el nuevo espacio dispondrá de una planta baja comercial, dos plantas para usos administrativos y vecinales y tres plantas subterráneas para una nueva superficie comercial, en las que estarán los servicios, almacén de los locales comerciales, logística y recogida de residuos y, finalmente, de almacenaje para entidades vecinales y entidades sociales del barrio de Gràcia. La planta a ras de suelo será porticada y tendrá un aparcamiento de 50 plazas.
Hacer esa transformación no es barato: la obra costará a las arcas municipales 22.558.950 euros y deberá estar acabada dentro de dos años. El inicio del proceso del concurso para licitar este contrato ya se comenzó hace un año y el plazo de presentación de ofertas terminó el 3 de marzo pasado, aunque no ha habido una formalización hasta este mes de octubre. En el contrato, se especifica que el contratista deberá realizar el mantenimiento de las instalaciones durante otros dos años más, tras finalizar las obras en 2025.
Los trabajos fueron encomendaos a una unión temporal de empresas que lleva el nombre de UTE Mercat de l’Abaceria Central, constituida por las compañías Comsa Instalaciones y Sistemas Industriales y Comsa. En resumen, por la misma empresa, aunque de cara a la galería adopte la forma de una unión temporal formada por dos entes jurídicos distintos (aunque con los mismos accionistas y similar objeto social).
UNA DE LAS MAYORES FORTUNAS
Comsa no es una empresa cualquiera. Fue la compañía señera de Jordi Miarnau Banús, un lince para los negocios que hizo de la construcción su reino particular. El actual presidente de la compañía, Jordi Miarnau Montserrat, es la persona más rica de la provincia de Tarragona, según la revista Forbes, y, junto con sus hermanos Josep y Pilar, está entre las mayores 100 fortunas de España.
Paralelamente, la compañía Emte se abría paso en el difícil mundo de la construcción de la mano de Carles Sumarroca Coixet. Este fue uno de los fundadores de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) junto a Jordi Pujol. A partir de los años 80, con Pujol en el Gobierno y Sumarroca al frente de Emte, la constructora se hizo de oro con las adjudicaciones oficiales de obra pública de la Generalitat. Ambos colegas supieron sacar provecho de la situación. Gracias a las concesiones administrativas, Emte se convirtió en una de las principales constructoras catalanas. El empresario Sumarroca era un auténtico tiburón de los negocios y se llevaba las concesiones a pares. Con el cambio de siglo, supo avistar negocio donde solamente había aire y se dedicó también al negocio de la energía eólica, justamente antes de empezar a licitar parques eólicos por toda Catalunya.
UNA FUSIÓN A TIEMPO
Una de sus empresas, Entorn, incorporó a Pere Pujol Ferrusola, hijo del entonces president. Pere Pujol acabó de director de la compañía y, a la postre, en 2014, se quedó con la empresa después de la salida de los Sumarroca. En el ínterin, la sociedad había recibido multitud de contratos con la Administración pública catalana.
Cuando estalló la crisis del ladrillo, las dos constructoras señeras de Catalunya se fusionaron creando la octava constructora española. Era el año 2009 y la operación se realizó para intentar capear la inminente crisis de la construcción que amenazaba con llevarse por delante a muchas constructoras. En 2015, el grupo Comsa-Emte cambió el nombre por el de Comsa Corporación, que está presente en la actualidad en más de 20 países, consta de 29 empresas y tiene 4.126 trabajadores en España y 1.325 en el extranjero, con una cartera de pedidos de 1.562 millones de euros. Sus ventas en el último ejercicio ascendieron a 886 millones de euros y las previsiones para 2023 son alcanzar los 909 millones.
EL GRAN ESCÁNDALO
En la última década, no obstante, los negocios de la familia Sumarroca fueron de escándalo en escándalo, hasta el punto de que Jordi Sumarroca Claverol (consejero de Comsa hasta 2014, cuando fue imputado), fue detenido en el marco de la Operación 3% (las mordidas de obras públicas que las constructoras pagaban a Convergència). A partir de 2016, la corporación pasó a ser controlada totalmente por los Miarnau, que en la actualidad mantienen un 70% del capital, mientras que el otro 30% está aún en manos de los Sumarroca (en 2013 se quedaron con el 12% de las acciones que estaban en manos de Bankia y del Banco Sabadell). Las dos familias también coinciden en el lobby constructor Femcat, creado para apoyar el independentismo en tiempos del procés.
Pero el sambenito de los Sumarroca continúa intacto tras la detención de Jordi Sumarroca, además de Joaquim y Susana Sumarroca. En la misma operación fue detenido el exalcalde de Torredembarra, Daniel Massagué, que ya estaba imputado en otro caso anterior. Todos ellos se vieron envueltos en la denominada Operación Pretum, que investigaba el pago de comisiones ilegales a cambio de obras públicas, pero luego el escándalo pasó a conocerse como el Caso 3%. Fue un duro golpe que jamás pudo superar y el futuro no está despejado, ya que el caso 3%, por el que fue detenido el empresario, aún no ha llegado a juicio. Tras las detenciones en 2015, los Miarnau desalojaron a los Sumarroca de los puestos clave de la compañía y tomaron el control del negocio.
En 2022, los Sumarroca se querellaron en el Supremo contra el exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, la exministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, el excomisario José Manuel Villarejo y varios altos cargos del Gobierno Español aduciendo que habían sido afectados por la ‘Operación Cataluña’, una pretendida trama urdida para desprestigiar al independentismo. Una denuncia similar del empresario y expresidente del Barça, Sandro Rosell, acaba de ser archivada por un juzgado madrileño.