Los vecinos de Parlament, hartos de tanto restaurante
El crecimiento de locales de restauración provoca la desaparición del comercio tradicional
20 noviembre, 2017 18:25Noticias relacionadas
La calle Parlament es una pequeña vía que va desde el Paral·lel hasta Ronda Sant Antoni. Apenas tres manzanas en las que hasta hace poco tiempo se podía encontrar prácticamente de todo, desde tiendas de alimentación hasta fontanerías, pasando por tiendas de ropa, zapaterías, cristalerías, etc.
Sin embargo, en los últimos tiempos se ha producido una proliferación de locales de restauración que han tenido un efecto poco deseado para los vecinos y el resto de los comerciantes. Los primeros han visto como las tiendas tradicionales en las que hacían la compra toda la vida, que conocían al comerciante y mantenían una relación de amistad con él, han ido desapareciendo. Y lo segundos, como el alquiler de los locales ha experimentado un sensible aumento, que en algunos casos ha provocado el cierre del negocio.
Uno de los comerciantes de la zona reconoce que la situación se ha descontrolado un poco. “Desde hace un tiempo se han empezado a abrir un montón de restaurantes. Solo hay que darse una vuelta por la calle Parlament, el Pasatge Calders, Comte Borrell o Viladomat. Más de la mitad de los locales que están abiertos son restaurantes”. Y aunque, como vecino, no está en contra de que se abran nuevos negocios, si le parece mal el uso que se está haciendo de ese tipo de locales. “Está bien que haya oferta de restaurantes, pero no que haya tantos, Y menos que su horario de apertura sea en casi todos los casos por la noche. Es implica ruido todos los días de la semana por la noche, con el impacto negativo que tiene en las personas”. Entre semana, los bares y restaurantes pueden permanecer abiertos hasta la medianoche, horario que se alarga durante los fines de semana.
TERRAZAS POLÉMICAS
Otra de las quejas vecinales es que los nuevos locales de restauración ha hecho proliferar las terrazas en las aceras de la zona, con la consiguiente dificultad para los peatones. Los vecinos consideran que la permisividad administrativa ante este tipo de situaciones perjudica a la convivencia diaria de los vecinos de la zona, sobre todo para aquellos con movilidad reducida o para los que se mueven con carritos de bebé.
La asociación Fem Sant Antoni es una de las más críticas con la situación que se ha generado en el barrio. Incluso ha hecho un mapa señalando la situación de los locales de restauración en las calles Parlament, Borrell y Viladomat. Un mapa en el que queda patente que las quejas de los vecinos de la zona por la proliferación de locales de restauración está más que justificada.
Según la opinión de esta asociación, “la irrupción de este monocultivo turístico y gentrificador nos llevará a un barrio sin personalidad y sin vida en la calle. Y si a esto unimos la proliferación de los pisos turísticos, hoteles y otros establecimientos no residenciales, constatamos que el tejido social y la personalidad del barrio está en peligro”.
Y aunque no se muestran rotundamente en contra de las terrazas, si defienden que su proliferación crea serios problemas, al tiempo que denuncian que hay muchas terrazas que no cumplen la normativa, por lo que consideran que el Ayuntamiento debería implicarse más en el control de este tipo de situaciones.
PLAN DE USOS
Para intentar acallar las quejas de los vecinos, el Ayuntamiento decidió a principio de año elaborar un plan especial de usos de los comercios de la zona para regular el entorno del mercado de Sant Antoni. Al mismo tiempo, se aprobó una moratoria en la concesión de licencias para establecimientos de restauración durante un año. La intención del plan es poder regular los usos que se dan a los establecimiento de la zona e impedir un aumento desmesurado de los locales destinados a los turistas.
Sin embargo, los vecinos han visto como pese a la moratoria sigue habiendo locales en obras que están destinados a la apertura de nuevos comercios de restauración. Y aunque prefieren pesar que eran locales con licencias concedidas antes del inicio de la moratoria, hay quien no puede dejar de considerar que han pasado unos cuantos meses para creer que alguien con licencia desde hace tanto tiempo ha optado por esperar hasta ahora para iniciar las obras.